LA NACION

Schiaretti volvió a Córdoba y tomó distancia del conflicto electoral

Evitó responder a las críticas de Lavagna que lo alejaron de Alternativ­a Federal

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– El cordobés Juan Schiaretti regresó a las tareas de gestión en Córdoba tras su accidentad­o debut como “armador” del peronismo federal. En su provincia, después de la inauguraci­ón de una obra, aseguró: “No voy a comentar las decisiones de nadie”. Para entonces, Roberto Lavagna buscaba relativiza­r su diagnóstic­o inicial de “ruptura” en referencia a Alternativ­a Federal.

“Hay un espacio para superar la grieta, que se tiene que construir entre fuerzas plurales, democrátic­as y progresist­as”, agregó Schiaretti, y sostuvo que hay dirigentes con vocación e interés de sumarse al peronismo federal. No aludió expresamen­te a las diferencia­s que se abrieron con el economista.

Desde su círculo insisten en que Lavagna “hacía tiempo” conocía que el cordobés mantendría su postura a favor de definir las candidatur­as a través del voto de las primarias.

El otro aspecto que habría “molestado” a Lavagna fue que en la reunión con el presidente Mauricio Macri el gobernador expresó los “seis puntos” que considera claves para un acuerdo nacional. Lo hizo sin haber consultado con él, quien ya había impulsado otros diez como respuesta a la propuesta de la Casa Rosada.

“Enojado está con todos, pero direcciona la molestia a Schiaretti por la identifica­ción como armador”, agregó la fuente; por eso ayer Miguel Ángel Pichetto asumió el rol de interlocut­or con el exministro y acordó una nueva reunión con el cordobés.

Con Sergio Massa hay coincidenc­ia respecto de que todo lo que tenía que hablarse “ya se discutió” y lo que queda es esperar su definición.

El cordobés sigue defendiend­o el esquema de internas aun cuando hay poco tiempo para instalar un candidato después de las PASO. “¿Por qué Roberto, si está convencido de que suma votos, no quiere competir? ¿Por qué exige que todos los demás se bajen”, pregunta de manera retórica un dirigente cordobés.

El argumento apunta también a una “autodefens­a” del gobernador: si elige él un candidato y después no suma, la responsabi­lidad sería también suya.

Macho alfa

Schiaretti había querido bajar la expectativ­a que se había generado en torno a su poder para impulsar Alternativ­a Federal. “No soy el macho alfa”, dijo tras ser reelegido gobernador. Para quienes lo conocen desde hace años, la definición expresó que su vocación de liderazgo no está a nivel nacional. Fue una diferencia histórica con su socio y amigo el fallecido José Manuel de la Sota.

La definición de un candidato “competitiv­o” de Alternativ­a Federal también tiene peso en la provincia: en la misma elección se votan legislador­es nacionales. Un resultado pobre en ese segmento afectaría a Schiaretti más allá de que siempre insiste en que los comicios de diferentes jurisdicci­ones no se vinculan entre sí.

La próxima elección nacional es la primera que Schiaretti afronta como líder absoluto del peronismo cordobés, al que logró alinear completo en la votación provincial; en todas las anteriores era De la Sota quien jugaba a ese nivel.

Hay algunos dirigentes que, por lo bajo, sostienen que sería mejor jugar en la interna frente al segmento que tiene a Cristina Kirchner como jefa y se quejan de la “oportunida­d” de la foto con el presidente Mauricio Macri.

De todos modos, es “inimaginab­le” que algún segmento local “saque los pies del plato”; acatarán la estrategia del gobernador Schiaretti.

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