Mentiras sin condena
Me pareció excelente el artículo de Déborah Huczek (“El daño de la mentira sin condena”). Si bien se refiere a la Justicia, el hecho de mentir es algo que se ha instalado en nuestra sociedad, a tal punto que parecería que todos lo hacen. Faltar a la verdad es algo que ya no se ve tan mal. Entonces se mienten entre padres e hijos, las parejas entre sí, a los amigos, en los negocios, en las transacciones, dentro de las instituciones, en el gobierno y en todo tipo de relación. En esto no existen los matices. Una mentira piadosa no quita el mal proceder. Sería bueno recordar que dentro de los valores morales existe uno que es común a varias religiones: no levantar falso testimonio ni mentir. Y que los que lo hacen deben afrontar las consecuencias de sus actos. Adriana Di Paolo
DNI 6.221.705