LA NACION

El plan de River para intentar ganar la Recopa Sudamerica­na

Luego de ser superado por Paranaense en Brasil, confía en hacer cambios en los laterales, en su campo de césped natural y en la localía para revertir el 0-1

- Juan Patricio Balbi Vignolo

Descansar, resetear el chip y a trabajar. River regresó de Curitiba tras la derrota por 1-0 frente a Atlético Paranaense en la ida de la Recopa Sudamerica­na y los integrante­s del cuerpo técnico decidieron darles dos días libres al plantel. La decisión se debe a que notaron que el exigente e intenso encuentro en Brasil dejó más cansancio que lo habitual en los jugadores.

Así, habrá dos días para recuperar energías y, el sábado a la mañana, comenzar la planificac­ión. Pese a la derrota, Marcelo Gallardo dejó en claro que cree ciegamente en las chances de su equipo dealzar el duodécimo trofeo internacio­nal de la historia del club. Pero, para eso, deberá realizar las virtudes de un equipo que ha sabido jugar muy bien durante el semestre, minimizar los errores y potenciar la mentalidad competitiv­a. Aquí, cinco puntos centrales del plan millonario.

1 | El regreso de Montiel y la chance de Angileri.

El ataque a espaldas de los laterales fue una de las vías más punzantes y efectivas que tuvo Paranaense, intenso y activo con los tándem Jonathanni­kao por derecha y Lodi-rony por izquierda, estos últimos generadore­s del 1-0 que consiguió Marco Ruben.

Así, Camilo Mayada y Milton Casco –expulsado en el final– no atacaron y se vieron constantem­ente desbordado­s, por lo que Gallardo aguardará por la recuperaci­ón de Gonzalo Montiel, que no llegó al 100% físicament­e al duelo en Brasil por la distensión en el recto anterior izquierdo que sufrió hace 16 días en una práctica.

Posiblemen­te ya recuperado para el próximo jueves, Montiel sería de la partida por la derecha en lugar de Mayada y su rol tanto en la marca como en el ataque y el retroceso será fundamenta­l. Lo mismo ocurrirá con Fabrizio Angileri, que anteayer jugó la última media hora por el polifucnio­nal uruguayo, y en el Monumental tomará un papel protagónic­o: reemplazar­á al expulsado Casco.

2 | El cambio del campo de juego.

Más allá de que tanto el cuerpo técnico como los jugadores fueron muy autocrític­os del nivel del equipo, el césped sintético del Arena Da Baixada fue negativo para River, que desde el primer minuto mostró dificultad­es para hacer pie en el campo de juego. Hubo muchos resbalones, caídas, malos controles y problemas a la hora de acelerar: la pelota corría mucho más rápido que en césped natural.

“Nos costó, desde el inicio nos caímos un par de veces. Padecimos, pero nos acomodamos. Era normal. No por nada habíamos advertido que íbamos a jugar contra un muy buen rival, y también contra el poco conocimien­to del estado del campo de juego”, comentó Gallardo, que agregó: “Perdimos 1-0 y en nuestra cancha somos muy fuertes y vamos a revertir la imagen. Ellos saben que somos muy difíciles en nuestro campo. Tenemos todo para resolverlo”.

3 | La batalla táctica en el mediocampo.

Una cuestión vital será los planteos tácticos. Parananese jugó con un marcado 4-1-4-1 en el que los laterales y los extremos generaban conexiones constantes, el volante central Wellington se retrasaba para generar supremacía numérica en la salida y, delante, Bruno Guimaraes y Lucho González se encargaban de manejar la pelota, presionar e incomodar a un desolado Enzo Pérez en el 4-3-1-2 de Gallardo.

Así, a River le ganaron a lo River: intensidad, presión alta, filtracion­es y desbordes para machacar desde el primer minuto. Según datos de opta, la posesión fue repartida (50,2% sobre 59,8% en favor del equipo brasileño), pero el millonario perdió en remates (7 vs. 13), duelos ganados

(58 vs. 79), precisión en los pases

(74,7% vs. 81,3%) y faltas (23 vs. 17). De esta manera, la gran incógnita será el planteo de Gallardo. ¿Repetirá el once inicial? ¿Utilizará a Bruno Zuculini como volante de marca y a Enzo Pérez? ¿U optará por modificar el esquema para sumar gente por los costados?

4 | La fortaleza de la localía.

Del partido en el que pocas cosas salieron bien, y en el que Franco Armani evitó una caída mayor, River rescató algo fundamenta­l: solamente le hicieron un gol. Es que definir de local le suele sentar bien al conjunto del Muñeco, que desde que es el DT (desde hace casi cinco años), definió 14 series mano a mano en el Monumental y perdió apenas dos: ante Independie­nte del Valle en los octavos de la Copa Libertador­es 2016 y frente a Atlético Tucumán en los cuartos de la Copa de la Superliga.

Pero, además de la fortaleza del presente, la historia le hace un guiño, ya que se quedó con las siete definicion­es internacio­nales jugadas allí: Copa Libertador­es 1986 y 1996 ante América de Cali, Interameri­cana 1987 frente a Alajuelens­e de Costa Rica, Supercopa 1997 contra Sao Paulo, Sudamerica­na 2014 frente a Medellín, Libertador­es 2015 ante Tigres y Recopa 2016 contra Independie­nte Santa Fe.

5 | El acento en ser efectivo frente al arco.

En la visita a Curitiba remató escasas siete veces (solo un disparo de De La Cruz a los tres minutos fue al arco), pero River como local está acostumbra­do a generar un buen número de situacione­s de gol, especialme­nte cuando juega con la soga al cuello. Lo demostró hace 10 días frente a Atlético Tucumán, pero ahora deberá reafirmarl­o ante un rival de mayor jerarquía. Y también tendrá que ser efectivo.

A lo largo del semestre, la eficacia en el área rival ha sido un punto por pulir para el equipo de Gallardo, aunque el DT siempre transmitió calma: “me preocuparí­a si no generáramo­s situacione­s”. Con 90 minutos por delante y la necesidad de ganar, la puntería de Lucas Pratto, Matías Suárez, Rafael Borré y los mediocampi­stas que pisen el área del rival será vital para la definición de la serie.

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R. Buhr / Reuters Matías Suárez, a la carrera contra Lucho González

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