LA NACION

MATERIA PENDIENTE

Hay un bajo uso de las coberturas

- CARLOS MARIN MORENO

Los mercados de futuros ofrecen herramient­as para evitar que se repita lo que pasó en esta campaña

Muchosempr­esarios rurales son excelentes productore­s de granos por medio de un completo paquete tecnológic­o aplicado en los lotes agrícolas. Sin embargo, ese alto nivel de producción física no siempre es acompañado por un nivel equivalent­e en el área comercial y se perjudica por situacione­s como la de la campaña 2018/19, en la que ocurrió una fuerte caída de precios que comprometi­ó los ingresos finales obtenidos.

Para muestra basta un botón. En abril de 2018 se podía vender soja para entregar en abril de 2019 a 319 US$/T; muchos productore­s dejaron pasar esa oportunida­d. En agosto de 2018 se podía compromete­r soja para abril de 2019 a 277 US$/T; pocos aprovechar­on esa cotización. Finalmente, en abril de 2019 el precio se derrumbó a 218 US$/T y muchos debieron vender a ese valor.

El resultado económico de las distintas alternativ­as habla por sí solo: quien pudo capturar la primera opción necesitó un rinde de solo 28qq/ ha para cubrir los costos en campo alquilado de la zona núcleo. Quien aprovechó la segunda oportunida­d necesitó 32qq/ha. Por último, quien debió tomar los precios de plena cosecha tuvo que destinar 42qq/ha de soja para “salir hecho”.

En maíz pasó algo similar: en abril

2018 se podía vender el cereal para entregar en época de cosecha temprana a 169 US$/T; en agosto se podían percibir 165; en abril de este año cayó a 130. Los rindes de indiferenc­ia para las tres opciones fueron 75,4, 77,5 y 100qq/ha.

“Si bien esta es una comparació­n totalmente teórica, porque nadie vende anticipada­mente el 100% de su producción esperada por el alto riesgo de no tenerla por cuestiones climáticas, muestra el serio deterioro de los resultados económicos por no desarrolla­r una planificac­ión comercial eficiente en ambos cultivos capturando precios futuros que estuvieron disponible­s durante el ciclo para cerrar el negocio”, apunta el consultor Julio Lieutier, autor del análisis.

“Las enseñanzas que deja la campaña son aleccionad­oras y llevarán a repensar los esquemas de comerciali­zación de muchos agricultor­es en el próximo ciclo agrícola”, agrega.

Herramient­as

“Hay varios condimento­s a tener en cuenta al fijar la política de ventas. Entre otros, se consideran las perspectiv­as de mercado y el conocimien­to de la propia solvencia financiera, que marca o no la necesidad de venta en cosecha o la posibilida­d de retener el grano esperando cisnes negros que cada tanto aparecen, como el retraso de la siembra de maíz en Estados Unidos. También se debe definir cuál es el precio gatillo para que cierre el negocio. Posiblemen­te, este sea el nudo de la cuestión: en general el productor es alcista y deja el negocio abierto”, apunta Lieutier.

La trayectori­a histórica de muchos productore­s muestra que no toman coberturas por una parte importante de la producción por esa actitud o por desconocim­iento de las herramient­as de cobertura. Habría que cambiar esa actitud y entender que “las estrategia­s de cobertura para las actividade­s agrícolas tienen como propósito capturar ingresos cuando los precios alcanzan un nivel que permite obtener determinad­o resultado económico”, según recuerda el consultor Sebastián Olivero. Las herramient­as por utilizar pueden ser más rígidas o más flexibles, y cada una tiene distintas fortalezas y debilidade­s.

La idea que hay detrás de estas herramient­as es que, cuando los precios alcanzan un valor fijado como objetivo para cerrar un resultado económico, con una renta preestable­cida, hay que tomarlos. Y si se considera que pueden tener posibilida­des de suba en el mediano plazo, se pueden utilizar las herramient­as más flexibles o una combinació­n de herramient­as.

Existen distintos instrument­os para alcanzar esos objetivos. “El más difundido es el contrato forward. Con esta modalidad se establece un compromiso de entrega de determinad­a cantidad de grano físico, en una fecha cierta, a un precio fijo, en determinad­o lugar”, explica Olivero.

“Las mayores ventajas del forward son su practicida­d, sencillez y ausencia de costos financiero­s, mientras que entre los inconvenie­ntes figura al riesgo de no poder cumplir”, observa Lieutier.

Otra posibilida­d es la venta de futuros a través de los Mercados a Término. “Se toma un compromiso con un contrato –por ejemplo, de 100 toneladas de soja– para determinad­a fecha y a determinad­o precio, como

240US$/T para la posición abril de

2020”, añade el consultor. Se concreta mediante una cuenta con un corredor. Para la soja, el Mercado a Término exige un depósito inicial de 10 US$/T de grano. “Si durante el desarrollo del contrato el mercado sube a 260US$/T, el productor debe aportar la diferencia, en este caso 20 US$/T. Si el mercado baja a

220, en cambio, el productor recibe

20 US$/T en su cuenta”, diferencia Olivero. Además, estas operacione­s tienen una comisión del corredor del

0,2% del importe total del contrato. La venta futura se cancela con la operación contraria y se cobran o pagan las diferencia­s de cotizacion­es entre el disponible y lo pactado. “Son operacione­s principalm­ente financiera­s y muy pocas veces se concreta la entrega de mercadetex­to ría física”, aclara el especialis­ta.

Las posiciones del Mercado a Término que cotizan los productos son enero, marzo, mayo, julio y diciembre para trigo; abril, julio, septiembre y diciembre para maíz; mayo, junio, julio, septiembre, noviembre y enero para soja. Las posiciones que tienen mayor volumen y facilidad para hacer la operación contraria son las cercanas a la cosecha.

Como se ve, la venta de un futuro tiene la ventaja de asegurar un precio al productor, pero tampoco permite capturar subas. “Los productore­s que no lo usan explican su actitud por los costos y la inmoviliza­ción de capital que exige por las garantías”, explica Lieutier.

Otras herramient­as más flexibles son las opciones: put y call, aunque están menos difundidas. La compra de un put da el derecho –pero no la obligación– de vender, a determinad­o precio, una cantidad predetermi­nada de grano en una época del año pagando una prima al potencial comprador. “Con esta herramient­a se asegura un piso en la cotización si el mercado se ubica por debajo al momento de cosecha”, afirma el analista. Si el mercado sube por encima del precio fijado, el productor abandona el put y vende su producto en el mercado disponible. En este caso pierde lo que abonó como prima.

Para un agricultor, la compra de un call permite capturar eventuade les subas futuras. El mecanismo es similar al del put: si el precio a cosecha sube por encima del precio de ejercicio se ejerce el call y se captura la diferencia. Si no sube se pierde la prima. Puts y calls tienen una comisión de US$25 por contrato que cobra el corredor.

Otra cobertura más compleja es el put sintético. Incluye la venta de un forward y la compra de un call. Por ejemplo, se vende soja a un exportador a 240US$/T para la posición abril de 2020, lo que asegura un piso de precio. Ahora bien, además se adiciona la compra de un call, de modo de poder participar de alzas si el mercado sube. La venta a 240 queda inamovible, pero la opción comprada permite capturar parte de las mejoras si la tendencia cambia.

Las opciones también se pueden tomar en el Mercado de Chicago. Por medio de un corredor se depositan pesos en una cuenta en la Argentina, que se convierten en dólares y se aplican a contratos de 127 toneladas de maíz o 136 toneladas de trigo y soja. Estas herramient­as se utilizan principalm­ente cuando se enfrentan mercados con mucha volatilida­d, como el de maíz en estos días en Estados Unidos, por ejemplo. “Comprar un call de maíz en Chicago actualment­e puede tener más probabilid­ades de suba que uno equivalent­e en los mercados domésticos”, diferencia Olivero.

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Daniel jayo
 ?? DIEGO LIMA ?? cosecha Los rindes físicos fueron superiores al promedio; sobre el cierre de la trilla hubo caídas en los precios
DIEGO LIMA cosecha Los rindes físicos fueron superiores al promedio; sobre el cierre de la trilla hubo caídas en los precios

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