El sueño de la casa inteligente
El avance de los sistemas totalmente inalámbricos facilita la transformación de un hogar análogico; además, la posibilidad de automatizar en etapas baja los costos
El avance de la tecnología facilita la transformación de un hogar analógico; además, la posibilidad de automatizar en etapas baja los costos.
La tecnología puede hacer la vida más sencilla, y en el caso de las propiedades permite no sólo construir casas más confortables sino también más seguras. El secreto está en la aplicación del “Internet of things” (iot) que permite interconectar los objetos de uso cotidiano. El concepto actual de casa inteligente está ligado con el hecho de que todos los dispositivos que forman parte de la vivienda estén conectados a internet: desde la iluminación, las cortinas, el aire acondicionado, los sistemas de audio y de video hasta la seguridad. “Una casa íntegramente inteligente es aquella en la que todos los servicios que funcionaban de forma manual pasan a ser digitalizados y operados desde un dispositivo, ya sea a través de una tablet o desde un celular, pudiendo acceder incluso desde afuera del hogar”, señalan los arquitectos Gabriela laino y roberto alonso. Este tipo de casa, también llamadas domóticas, poseen sistemas que aportan servicios de gestión energética, seguridad, bienestar y comunicación.
“Una casa inteligente, en primer lugar, debería ser un hogar construido en base a la eficiencia, que puede manifestarse en ahorro energético, aislamiento acústico, seguridad antirrobo, y por supuesto, también, dispositivos que permitan controlar las diversas funciones del hogar desde nuestro teléfono”, define Martín Mom, ceo para Sudamérica de rehau, empresa que trabaja en la eficiencia en todos sus aspectos: desde las ventanas hasta en sistemas completos de calefacción y agua sanitaria – con tuberías hasta con calderas, paneles solares y sistemas nea smart, que permiten controlar la temperatura desde el celular–.
El equipamiento mínimo que se necesita para lograr una propiedad domótica es un procesador conectado a internet, una especie de cerebro que procesa información de todos los elementos que haya en la casa. “Se puede empezar con un controlador básico, y luego ampliarlo. por ejemplo, colocar un control de iluminación en áreas sociales de la casa, luego ir incorporando otros rubros incluyendo un sistema que permite atender al timbre desde el celular, interactuar (con cámara y micrófono), y hasta abrir la cerradura desde cualquier parte del mundo”, relata Darío Kasvin, ceo de Haustech, empresa especializada en la instalación de sistemas inteligentes en el hogar. Estos pueden personalizarse al punto de hacer que el acceso al hogar sea a través de la huella digital, código personal o reconocimiento facial. Es decir la casa se amolda al perfil del usuario. “De esta manera la persona al ingresar a su hogar podría tener la escena de luces deseada, la temperatura preferida y hasta podría encender la televisión en su canal preferido y disfrutar de su listado de Spotify cuando abre la puerta”, agrega Kasvin.
La aplicación de la tecnología también permite que determinados sistemas funcionen de manera autónoma como por ejemplo: si el sol entra por la ventana se bajen automáticamente las cortinas para proteger los muebles cercanos. “la domótica mejora la calidad de vida pero lo más importante es que busca la simpleza en el manejo de la vivienda, y que cualquier integrante de la familia pueda disfrutarla”, analiza Kasvin.
Mom pone otro tema sobre la mesa y adelanta que antes que hablar de una “casa inteligente”, hay que pensar en “usuarios inteligentes” para elegir la mejor ecuación entre confort y eficiencia. “Hoy está al alcance de todos; ya no se trata de proyectos imposibles o muy costosos: todos nuestros siste
mas se ofrecen a precios competitivos, inclusive a veces hasta de menor precio que alternativas de productos que no son tan eficientes”, desmitifica el tema de alta inversión, el ejecutivo. “Hoy dejó de ser un servicio altamente costoso, y se puede aplicar hasta en un edifico de departamentos de alquiler de un ambiente. Con un procesador y pocos actuadores lográs controlar por medio de un teléfono toda tu vivienda”, coinciden Laino y Alonso. Además la automatización se volvió más accesible gracias al avance tecnológico. Sebastián Ikonicoff, Ceo de Life2better, una compañía con ocho años de experiencia en el mercado agrega que “hoy la domótica ya no es ni cableada ni demanda de grandes sistemas de instalación, esto sin duda hizo mucho más accesible su aplicación en viviendas”. Respecto a la inversión estima que para hacer inteligente “una casa de 50 metros cuadrados hay que destinar entre US$2000 y
US$2200; mientras que en el caso de una vivienda de 400 m2 los valores ascienden a US$12.000 y US$15.000. Un dato importante es que antes ese proceso demandaba entre US$30.000 y USS60.000”,
Una buena noticia para quien sueña con habitar una casa inteligente es que la tecnología que se usa es cada vez menos invasiva a nivel constructivo y, hoy se puede transformar una casa que ya esté terminada.
En el caso de que la decisión sea transformar una casa tradicional en inteligente, la ventaja de los sistemas totalmente inalámbricos, basados en radiofrecuencia, es que no se necesita romper paredes, ni pasajes de caños independientes a los de tensión, ni revoques ni pintura, ya que la unidad central de proceso ( UCP ) y los módulos que integran la red se comunican entre sí mediante radiofrecuencia utilizando algún protocolo internacional diseñado de forma tal que permita una gestión automática de las comunicaciones entre los elementos del sistema. Estos protocolos aseguran la formación de redes dinámicas, comunicaciones seguras con aviso de recepción de mensajes y confirmación de ejecución, elección de las rutas de comunicación más efectivas, reemplazo de rutas en caso de problemas en alguno de los nodos. Tal es así, que en estas redes cada módulo cuenta con un número de serie único que lo identifica dentro de la misma, evitándose así el ingreso de dispositivos ajenos a la red y la posibilidad de accesos externos no deseados.
Otra ventaja que tienen los sistemas para domótica que utilizan radiofrecuencia es que son escalables. Se puede comenzar automatizando algunos artefactos para ir agregando luego otros módulos a la red a medida que se presentan nuevas necesidades.
Bien protegidas
La seguridad es uno de los ejes centrales del desarrollo de las casas inteligentes. “La seguridad electrónica supone un ecosistema de dispositivos para control de acceso, sistema de vigilancia con cámara, sistema de alarmas inteligentes, control de incendio y de monóxido de carbono, entre otros que conforman el funcionamiento de una casa inteligente”, cuenta Guillermo Freund, miembro del comité directivo de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas, Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel) que junto a Messe Frankfurt Argentina organizará el BIEL Light + Building Buenos Aires. Un encuentro que se desarrollará entre el 11 y el 14 de septiembre en la Rural en el que se presentará lo último en iluminación inteligente, domótica, smart cities, energía renovable y telegestión. Además se entregarán los premios del concurso Cadieel 4.0 IOT, que distinguirán proyectos de aplicación de IOT desarrollados en Argentina por emprendedores. Es que el tema despertó la atención de más de un entrepreneur. Un caso es el de We Haus, la una app para casas inteligentes compatible con los sistemas IOS y Android desarrollada por un argentino. El sistema funciona a partir de la instalación de un hub que se conecta al wifi de la casa y actúa como un cerebro que controla todos los equipos domóticos del hogar. Entre ellos, la temperatura, iluminación, climatización, consumo eléctrico, sistema de alarmas, sistema de audio. Además permite crear reglas de automatización personalizadas según las necesidades y gustos del consumidor. Por ejemplo, se pueden encender las luces de la casa de manera remota antes de llegar, prender la calefacción o el aire acondicionado, la tele o el equipo de música. También abrir la puerta a alguien y hasta activar el sistema de riego. El valor del sistema arranca en los US$500 sin instalación. Y desde US$600 con servicio técnico de instalación. Pero para un proyecto donde hay una gestión del hogar con cerradura, luces, cámaras y sensores se calcula un costo que oscila entre los US$2500 y los US$3500.
En la Argentina la seguridad electrónica para los hogares se desarrolló hace más de 50 años pero la ventaja actual es que los sistemas modernos son más fáciles de instalar, más económicos y fundamentalmente más sutiles a la detección. “En el corto plazo a estos elementos se sumarán desarrollos de Internet de las cosas aplicados por ejemplo a iluminación eficiente o control remoto de electrodomésticos que brindarán aún una mejor calidad y confort a las casas y edificios en general”, comenta Freund. Respecto a los principales componentes que hacen a un inmueble seguro, el especialista enumera: los sistemas de control de intrusión exterior que detectan la presencia de una persona o movimiento extraño en el exterior de la casa y da aviso al propietario o la policía; las barreras infrarrojas y de microondas que detectan y dan alarma ante intrusiones y suelen aplicarse en propiedades abiertas, sin casas alrededor; los cercos energizados y de protección que funcionan con alta tensión de pulsos y muy baja corriente; los controles de intrusión interior. En este caso se utilizan centrales que dividen la casa hasta en ocho zonas. El sistema básico incluye: entre seis y ocho detectores de movimiento y/o calor, seis magnéticos para la apertura de puertas o ventanas, dos sirenas, dos teclados e instalación cableada. También está la opción de aplicar un sistema de video vigilancia que utiliza entre cuatro a seis cámaras conectadas a dispositivos de grabación digital (DVR). Su monitoreo puede hacerse desde el teléfono celular o desde páginas web. También existen detectores de rotura de vidrios que funcionan con un micrófono especial, muy sensible; los controles de acceso que funcionan a partir de tarjetas o llaveros electrónicos y cerraduras electromagnéticas para la puerta; los sistemas biométricos que utilizan métodos de identificación mediante lectores de huella dactilar, palma de mano o por reconocimiento facial y los sistemas de detección de incendios y de monóxido de carbono. Los costos de estos sistemas varían entre los $25.000 y los $ 35.000 para el sistema de control de intrusión con cableado (si es inalámbrico el costo de instalación se triplica). Mientras que la colocación de un cerco energizado para un frente de unos 10 metros es de $14.500; un sistema de vigilancia de video demanda $30.000, y el de control de acceso, $22.000, según Cadieel.
En síntesis, todo está cambiando a un ritmo vertiginoso. “Hoy el centro no es la domótica. Va más allá. Por ejemplo, en un hogar todo se conectará a través de Internet: el teléfono, el sistema de alarmas y hasta la medicina. Es decir, en no mucho tiempo tendremos una chapita o un cheap con nuestra historia clínica. Y no sólo portaremos nuestro historial de sanitario sino que además hasta servirá para salvar vidas ante un accidente callejero. También se utilizará para saber dónde dejaste el auto o la bici”, finaliza Ikonicoff.