LA NACION

TIERRA DE PROMESAS

Australia, la nueva meca laboral de los jóvenes argentinos

- María Ayzaguer

Agustín Videla tenía 28 años y un trabajo monótono de revisión de contratos cuando aplicó a una visa Work & Holiday (trabajo y vacacionar, por su traducción del inglés) en Australia. Abogado y fanático del surf, quiso tener la experienci­a de vivir cerca del mar, en otra cultura y con otro idioma. Apenas llegó a Bondi Beach –una popular playa de Sydney– se enteró de una búsqueda laboral para el día siguiente. “Mi primer trabajo fue como peón de una empresa de mudanza, me pagaban 20 dólares australian­os (US$13,85) la hora y era dinero muy fácil. Empecé un sábado, había quedado en tomar una cerveza con un amigo a la noche y tuve que cancelar: estaba liquidado”, cuenta riéndose, de vuelta en Buenos Aires. Después levantó escombros, aisló térmicamen­te ambientes, podó arboles, trabajó en bares y ordenó depósitos. Lejos de lamentarse de no haber trabajado en lo que se había formado, logró ahorrar mucho dinero y recorrer el sudeste asiático.

Videla es apenas uno más de los cientos de argentinos, en su mayoría jóvenes y profesiona­les, que cada año viajan a Australia en busca de trabajos que les permitan ahorrar dinero rápido y viajar. Para muchos, el objetivo final es conocer ciudades de Asia.

La embajada de Australia en la Argentina emite 1500 visas de Work & Holiday por año, que permiten trabajar y viajar por 12 meses a jóvenes que puedan acreditar estudios. Este cupo se duplicó en 2017 –hasta entonces eran 700– y se agotan apenas se abre cada temporada en julio. “Nunca sobra”, explican voceros de la embajada. Esta visa se puede extender por un año más para aquellos que realicen determinad­os trabajos en ciertas zonas del país. Se estima que, por fuera de las 1500 visas oficiales, hay un universo grande que ingresa al país con pasaportes extranjero­s. Desde la embajada estiman que son muchos, pero no hay forma de contabiliz­arlos. Otro gran contingent­e de argentinos va a estudiar a Australia cada año: en 2018 fueron 1260, cuando hace cinco años eran menos de 300.

La gran mayoría de los jóvenes que van a trabajar se establecen en Bondi Beach y en Manly, más hacia el norte. En cada una de esas zonas hay tres grupos de Whatsapp para argentinos en los que se avisan de trabajos, cuartos de alquiler, cambio de divisas y viajes compartido­s. Se vende yerba en los supermerca­dos y sobran grupos con guitarras en la playa. “Hay tantos argentinos que te ponés a pensar si de verdad estás en Australia”, cuenta Videla, que terminó quedándose por siete meses.

Clara Preve es porteña y llegó hace dos meses a Sydney con su pasaporte italiano. “Preferí venir a un lugar que no esté lleno de argentinos para poder conocer a otra gente”, dice la joven de 22 años, que en 2018 viajó por la India, Nepal y Sri Lanka, y ahora quiere hacer base en Australia para seguir recorriend­o Asia. “Me gusta poder trabajar y estar cerca de todos los destinos que quiero conocer”. Ella consiguió un trabajo relacionad­o con su profesión. Es licenciada en Comunicaci­ón y dos veces por semana acude a una pasantía en periodismo. El resto de los días hábiles se desempeña como recepcioni­sta en un centro médico.

Según los jóvenes consultado­s, los trabajos casuales se pagan bien. “Desempeñán­dote en limpieza cobrás 20 dólares australian­os (AUD) la hora. En un restaurant­e, si trabajás durante el fin de semana se paga

AUD40 la hora. Si ganás AUD5000

(US$3463,50) por mes podés ahorrar AUD3500 (US$2424,45). Eso sí, trabajás unas 10 o 12 horas, por lo general en trabajos que los australian­os no quieren hacer”, detalla Ayelen Benhart, una licenciada en Marketing oriunda de Villa Constituci­ón, Santa Fe. Ella trabaja como camarera en Manly Beach. Planea aprender inglés y juntar dinero para poder ir a hacer el profesorad­o de yoga en la India.

Juan Álvarez, un mendocino de 24 años, acaba de obtener una visa, mediante el pasaporte italiano. “Acá se hace imposible juntar plata con tanta rapidez”, explica desde Godoy Cruz. En su ciudad trabaja en la industria metalúrgic­a, pero piensa viajar sin pretension­es. “No tengo nada decidido, básicament­e llego y me pongo a buscar cualquier cosa”, cuenta. El objetivo final: recorrer el sudeste asiático. Tramitó la visa por internet: tardó 15 minutos y le costó alrededor de AUD400 (US$277,08). Tuvo que acreditar el pasaje de regreso y demostrar que comprende inglés.

“Mi primer trabajo fue en un depósito de maquillaje, después pasé a otro de joyas. También hice licuados en un café, limpié casas, trabajé en una ferretería y acomodé frutas”, cuenta Trinidad Ferrer, una licenciada en Comunicaci­ón Publicitar­ia, que llegó a Australia en noviembre pasado. “Actualment­e armo paquetes para cirugía en un laboratori­o”, agrega. Todos los días trabaja horas extras que, según cuenta, le permiten ahorrar mucho, pese a que el costo de vida es alto.

Formación

El número de argentinos que viajó a estudiar a Australia creció exponencia­lmente en los últimos cinco años. Según Austrade, la Comisión de Comercio e Inversione­s de ese país, la cifra aumentó un 350% entre 2013 y

2018. Parte de este crecimient­o se explica por el gran trabajo de difusión que está haciendo el gobierno australian­o para posicionar­se como un destino educativo. “Australia siempre fue uno de los destinos preferidos por estudiante­s de todas partes del mundo y acostumbra­ba a estar en el tercer lugar. Hoy ya desterró a Inglaterra y quedó segundo después de Estados Unidos”, explica Carola Woeber, directora de CW Internatio­nal Education. Dentro de los estudiante­s globales que van hacia ese destino, la Argentina fue uno de los diez países que más creció en 2018.

Según indica, el número de argentinos que viaja a Australia viene en aumento desde hace diez años “sin parar”, en parte por una política atractiva de visas. “La Work & Holiday empezó hace cinco años y realmente sirvió para aumentar el flujo entre los dos países. Luego las facilidade­s para quienes terminan posgrados, pueden hacerlo si la empresa en la que trabajan los esponsorea, que es muy probable. Australia tiene una población muy pequeña en un territorio enorme: son 23 millones y hacen falta profesiona­les”.

Los posgrados y las carreras de grado en Australia rondan los

AUD30.000 por año, lo que equivale a unos US$20.600, según explica Gabriela Herrera Vidal, directora de ANZ Group. “Esta inversión se puede recuperar no como estudiante, ya que la visa permite trabajar part time en época de estudios y full time en vacaciones, pero sí una vez finalizada una carrera de grado o posgrado. Ahí se puede postular a una visa post study de dos años para trabajar y así es posible recuperar la inversión”.

Agustín Videla abogado “Hay tantos argentinos que te ponés a pensar si de verdad estás en australia” Trinidad Ferrer lic. en comunicaci­ón publicitar­ia “mi primer trabajo fue en un depósito de maquillaje, después pasé a otro de joyas. también hice licuados en un café, limpié casas, trabajé en una ferretería y acomodé frutas”

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GZA. T. ferrer Trinidad Ferrer, tercera de izq. a der., trabaja en un laboratori­o
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GZA. A. Videla El abogado Agustín Videla trabajó en Sydney durante siete meses

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