En el tedeum, el cardenal Poli reclamó “un gran pacto nacional”.
En la homilía del tedeum, el arzobispo pidió “dejar de lado los intereses sectoriales”; Peña dijo que es lo que el Gobierno hace
El mensaje de la Iglesia por el Día de la Revolución de Mayo, una vez más, caló profundo en la política nacional. El arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Poli, exhortó en el tedeum celebrado ayer a que el gobierno de Mauricio Macri y todas las fuerzas políticas, económicas y sociales celebren “un gran pacto nacional, dejando de lado los intereses sectoriales, con mirada amplia y generosa”.
El Presidente escuchó la homilía con atención en la Catedral Metropolitana junto a su esposa, la primera dama Juliana Awada. En primera fila estaban también el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y su esposa, Bárbara Diez, y el ministro de Defensa, Oscar Aguad.
En la celebración del 209° aniversario de la gesta de Mayo, Poli señaló que “la buena política está al servicio de la paz, que respeta y promueve los derechos humanos fundamentales, que son deberes recíprocos”.
Como es habitual, a la salida del tradicional tedeum habló el jefe de Gabinete, Marcos Peña, que buscó tender un puente con el cardenal primado y aseguró que “es muy importante trabajar al servicio de la gente, y es algo que el Gobierno ha venido haciendo desde el primer día”.
Macri llegó caminando desde la Casa Rosada antes de las 10. En su paso por la avenida Rivadavia, junto a su esposa, recibió los honores de la Fanfarria Alto Perú y del Regimiento Granaderos a Caballo General San Martín. Lo acompañaban la vicepresidenta, Gabriela Michetti, y los ministros del gabinete nacional.
El arzobispo Poli señaló también que “cada cita electoral es una oportunidad para volver a las fuentes y a los puntos de referencia que incitan a la justicia y el derecho”, en una referencia a las elecciones presidenciales del 27 de octubre.
“El poder solo tiene sentido si está al servicio del bien”, enfatizó el cardenal. Y allí fue cuando puso de relieve la necesidad de “ir hacia un gran pacto nacional, con mirada amplia y generosa, dejando de lado mezquinos intereses sectoriales, con una propuesta superadora de todo partidismo y fracción con la conciencia de que la unidad prevalece sobre el conflicto, y que la realidad es más importante que la idea”.
La defensa de la Iglesia a un pacto nacional se produjo justo después de que el Gobierno convocó a la oposición a firmar un acuerdo de diez puntos por la estabilidad. Hasta ahora no hubo grandes acuerdos, más allá de diálogos, fotos y la adhesión de solo algunos de esos puntos por los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y de Salta, Juan Manuel Urtubey, precandidato presidencial por Alternativa Federal. Otros precandidatos, como Roberto Lavagna y Sergio Massa, todavía no suscribieron nada: reclaman cambios y un replanteo de todos esos puntos. Lavagna, que en su propuesta electoral propone la concertación social, dijo ayer en Twitter que “reconforta el llamado del cardenal Poli en favor de un pacto nacional”. Sin embargo, el peronismo no kirchnerista transita un conflicto mayúsculo por desacuerdos en el mecanismo de selección del candidato presidencial.
El arzobispo porteño dijo que ese acuerdo debe ser “un gran pacto de honor jerarquizando la política con justicia, paz y trabajo”. Pidió que produzca “el encuentro” y “como hermanos en la tarea de reconstruir la nación”, donde “todos son más que las partes”. Luego de la homilía, Macri leyó una oración por la patria, junto a diversos líderes de cultos religiosos. “Señor, haz de nosotros un instrumento de tu paz: donde hay odio pongamos amor, donde hay ofensa pongamos perdón”, pidió el Presidente en esa lectura.
La ceremonia terminó con la entonación del himno nacional. Además de Macri, Michetti, Peña y Aguad, participaron del tedeum el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo; el titular de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y los ministros Carolina Stanley (Desarrollo Social), Alejandro Finocchiaro (Educación), nicolás Dujovne (Hacienda), Germán Garavano (Justicia), Patricia Bullrich (Seguridad) y Guillermo Dietrich (Transporte), entre otros funcionarios.
El cardenal Poli también planteó que “permanecen en el tiempo cuestiones de Estado sin resolver” y habló de “una propuesta superadora de todo partidismo y fracción”, al tiempo que destacó: “La unidad prevalece sobre el conflicto”. Y pidió: “La realidad es más importante que la idea, el todo es más que la parte. Una propuesta que convoque a los principales actores de la política, que sean capaces de gestar una cultura del encuentro con inteligencia, creatividad, imaginación, reunidos en una mesa de diálogo que acentúe las coincidencias y no tanto las diferencias”. “Con claridad, afabilidad, confianza y prudencia”, añadió.