LA NACION

Francisco dijo que el aborto equivale a “contratar a un sicario”

Afirmó que “nunca es la respuesta” para resolver problemas

- Elisabetta Piqué

ROMA.– El papa Francisco volvió ayer a condenar con fuerza el aborto, que “nunca es la respuesta”, y a compararlo con “contratar a un sicario para resolver un problema”, como ya había hecho el año pasado. Al recordar que para la iglesia “la vida humana es sagrada e inviolable”, también condenó el uso de diagnóstic­os prenatales “para finalidade­s selectivas”, algo que consideró un reflejo de una “inhumana mentalidad genética, que quita a las familias la posibilida­d de recibir, abrazar y amar a sus chicos más débiles”.

Durante una audiencia con participan­tes de una conferenci­a internacio­nal titulada “yes to Life! Cuidar el precioso don de la vida en la fragilidad”, organizada por el Vaticano, Francisco aseguró también que el aborto no es un asunto religioso, sino humano.

“muchas veces oímos: ‘Ustedes católicos no aceptan el aborto, el problema es su fe’. No: es un problema prerreligi­oso. La fe no tiene nada que ver. Es un problema humano. Dos preguntas nos van a ayudar a entender bien esto. La primera: ¿es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? Segunda: ¿es lícito contratar a un sicario para resolver un problema?”, preguntó. “Este es el punto. No hay que ir sobre lo religioso, sobre algo que es humano. No es lícito. Nunca, nunca eliminar una vida humana ni contratar un sicario para resolver un problema”, respondió. Francisco ya había usado esta metáfora el año pasado.

“El aborto nunca es la respuesta que las mujeres y las familias buscan”, destacó. Al admitir que son “innegables las dificultad­es de orden práctico, humano y espiritual” de padres que se enfrentan al nacimiento de un bebé con alguna enfermedad, también destacó la necesidad urgente de acciones pastorales más incisivas para sostenerlo­s.

Recuerdo

Recordó, al respecto, una anécdota de sus tiempos de arzobispo de Buenos Aires, cuando los padres de una chica con síndrome de Down de 15 años que había quedado embarazada le pidieron permiso a un juez para que pudiera abortar. “El juez, un hombre recto, muy serio, estudió el caso y dijo que quería ver a la chica. ‘Pero es Down, no entiende’... ‘No, no, que venga’. y cuando le preguntó

francisco “¿Es lícito eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es lícito contratar un sicario para resolver un problema? Este es el punto. No es lícito. Nunca, nunca eliminar una vida humana ni contratar un sicario para resolver un problema”

a la chica si sabía qué le pasaba, la chica le dijo que estaba enferma, que le habían dicho que tenía un animal adentro y que por eso tenían que operarla para sacárselo. El juez le dijo que no, que tenía un bebé adentro y la chica le dijo: ‘¡Qué lindo!’ Así, el juez no autorizó el aborto. La mamá lo quería”, relató. “Pasaron los años, nació una niña que estudió, creció, se volvió una abogada y cuando le contaron su historia, cada vez que cumplía años llamaba al juez para agradecerl­e el don del nacimiento. Las cosas de la vida... El juez murió y ahora ella es promotora de justicia. ¡Qué lindo!”, evocó.

más allá de su condena al aborto, en su pontificad­o Francisco adoptó una postura más comprensiv­a con las mujeres que se ven obligadas a cometerlo, al permitir que puedan ser perdonadas al confesarse con cualquier cura (antes solo podía perdonarla­s un obispo). Sobre las nuevas terapias fetales para curar en el vientre materno a chicos con condicione­s patológica­s, elogió a médicos y familias que reciben a niños con enfermedad­es. y reiteró que “ningún ser humano puede ser nunca incompatib­le con la vida, ni por su edad, ni por sus condicione­s de salud, ni por la calidad de su existencia”.

“Cada niño que se anuncia en el vientre de una mujer es un don”, concluyó el Papa.

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