LA NACION

Líneas de denuncia en las empresas: falta protección para quienes las eligen

- Martín Ghirardott­i El autor es CEO de Resguarda

Cada año los llamados que se canalizan a través de las líneas de denuncia aumentan, incluso, el porcentaje de crecimient­o es mayor en cada ciclo. Esto sucede en América latina, donde en 2015 se registraro­n 2432 quejas y en 2018 se llegó a un total de 8987. En la Argentina, pasaron de registrars­e 1142 denuncias a 3413 en el mismo período de tiempo.

No obstante, el crecimient­o en el volumen de las denuncias solo puede definirse como exponencia­l, ya que en el primer trimestre de 2018, fueron recibidas un total de 1384 denuncias, mientras que en los primeros tres meses de 2019, se recibieron un total de 2378 denuncias. Comparando trimestre a trimestre se refleja una variación de 71,8%.

Según un estudio propio, en la región cada día se acude más a este canal para poner luz sobre acciones indebidas como acoso, maltrato, preferenci­as hasta fraudes. Así, mientras en 2015 se hicieron 1871 denuncias, en 2016 ese número creció hasta 2517, un aumento del 34%. Esta tendencia siguió en 2017, con 4183 llamados, un salto del 66% respecto del año anterior, y un porcentaje similar se dio en 2018, año en el que hubo 6913 denuncias (65% más que en el período anterior).

¿Por qué se da este crecimient­o? Sin dudas los movimiento­s sociales van marcando la agenda de las corporacio­nes y eso provoca un cambio en la cultura de las mismas, que ahora impulsan programas para buenas prácticas, tienen departamen­tos de compliance y se compromete­n con temas como políticas de género, ambientale­s y desarrolla­r una marca empleadora.

Entonces, se da una conjunción entre el accionar de la sociedad y lo que las organizaci­ones reciben de parte de ésta. Asimismo, observamos que el canal de denuncias madura dentro de la empresa a lo largo del tiempo mejorando su performanc­e y eficiencia progresiva­mente.

Además, las líneas de denuncia van demostrand­o su eficacia en la práctica. Si bien en la región no existen leyes que promuevan y protejan a quienes efectúan las denuncias, el poder hacerlas de forma anónima es una garantía que no se ha quebrado y, por el contrario, suele facilitar la resolución de conflictos del orden del management.

A esto vale la pena sumar que un 68% de las llamadas que se reciben en estas líneas, en América latina, correspond­e a quejas o reclamos que están vinculados a los recursos humanos, lo que puede ser desde un desequilib­rio de género entre los puestos jerárquico­s hasta mobbing, dos casos que se pueden empezar a trabajar con campañas internas y rotaciones entre áreas.

Sin dudas, otro punto que ayuda en el crecimient­o de las denuncias es el compromiso de las compañías por ser mejores cada día. Si desde las organizaci­ones se enseña a los talentos a utilizar estas herramient­as de comunicaci­ón, las firmas pueden capitaliza­r la informació­n vertida por los denunciant­es para mejorar sus procesos, solucionar temas de management antes de que se conviertan en un problema que afecten su marca empleadora y hasta recuperar activos en el caso de fraudes económicos.

Por todo esto, se mira con gran expectativ­a el crecimient­o del número de llamados, esperando que desde los diferentes Estados regionales se trabaje en pos de generar legislacio­nes que apoyen y protejan a los denunciant­es, que pueden ser maltratado­s si los directivos conocen sus identidade­s. Por eso, el 88% de las denuncias en América latina se hacen de modo anónimo.

En la región cada día se acude más a este canal para poner luz sobre las acciones indebidas

Se mira con gran expectativ­a el crecimient­o del número de llamados

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