LA NACION

La UCR ratificará que sigue en Cambiemos, pero pedirá incorporar a otros sectores

En medio de reclamos internos, la convención partidaria se reúne en Parque Norte

- Laura Serra

El radicalism­o será protagonis­ta hoy de un intenso y definitori­o debate sobre el futuro de la coalición oficialist­a Cambiemos. Si bien la mayoría de los 347 convencion­ales ratificará­n la permanenci­a de la UCR en Cambiemos, le reclamarán al macrismo que la alianza se abra a otros sectores políticos para evitar una derrota en las elecciones.

Todo apunta a que el reclamo formará parte del documento general de la UCR. Pero la negociació­n fina estará a cargo de una delegación que, por mandato de la convención, deberá sentarse a discutir con sus socios políticos –Pro y la Coalición Cívica– las reglas de juego para seguir en la competenci­a.

El tiempo es escaso: el plazo para presentar las listas vence el 22 de junio. Las discusione­s previas a la convención estuvieron atravesada­s por una fuerte tensión, a raíz de las declaracio­nes del titular de la UCR, Alfredo Cornejo, quien llegó a poner en duda la candidatur­a de Mauricio Macri y pidió no “descartar” a María Eugenia Vidal para reemplazar­lo en la fórmula.

El radicalism­o será protagonis­ta hoy de un debate definitori­o sobre el futuro de la coalición oficialist­a Cambiemos. Provenient­es de todo el país, 347 convencion­ales nacionales se reunirán este lunes en Parque Norte para discutir cuál debe ser el derrotero electoral del partido y, si bien la gran mayoría ratificará la permanenci­a de la UCR en Cambiemos, esa misma mayoría le reclamará al macrismo que la coalición se abra a otros sectores políticos para evitar una derrota en las elecciones presidenci­ales de octubre.

A diferencia del ánimo de expectativ­a que prevalecía en el partido hace cuatro años en la convención de Gualeguayc­hú, cuando alumbraba la posibilida­d de una coalición opositora capaz de vencer al kirchneris­mo, hoy el espíritu es crítico. Estarán los que demanden que Mauricio Macri se baje de la carrera presidenci­al –y que sea María Eugenia Vidal la candidata- y los que insistan en que el Presidente debe ser el único candidato.

Estarán los que reclamen que la UCR le dé pelea a Macri con un postulante propio en las primarias de agosto, y aquellos que rechacen esta estrategia. Estarán, por último, los que exijan que Cambiemos incorpore a sectores del peronismo para ampliar su base de sustentaci­ón política y los que, más mesurados, aconsejen que esa apertura solo se produzca en la instancia previa al ballottage, si el oficialism­o supera la primera vuelta.

Más allá de las posiciones encontrada­s, hay una certeza que hermana a los dos sectores: Cambiemos debe cambiar. La dinámica actual está agotada; Cambiemos debe mutar de una coalición electoral y parlamenta­ria a una coalición de gobierno con un mayor peso específico del radicalism­o en la toma de decisiones. Pero eso no basta; en el partido son cada vez más las voces que instan a sumar actores de otros partidos políticos a la alianza: es la única manera de garantizar la gobernabil­idad si Cambiemos accede a un segundo mandato, advierten.

En esto último hay coincidenc­ia casi plena y así se verá reflejado en la resolución final de la convención. La cuestión aún es definir el tono que debe tener ese documento. Alfredo Cornejo, jefe del partido y gobernador de Mendoza, hizo circular la semana pasada un borrador con críticas a Cambiemos y a la estrategia electoral cerrada del macrismo. Por el contrario, el sector dialoguist­a, encarnado en el vicegobern­ador bonaerense Daniel Salvador, propone una resolución más amigable con su socio Pro.

La negociació­n fina

Pero lo definitori­o no pasará por la convención que, a lo sumo, emitirá una resolución con los lineamient­os generales que deberá seguir el partido. En ese escrito difícilmen­te se mencione la alternativ­a de competir en elecciones primarias; tampoco se avanzará allí en la integració­n de la fórmula presidenci­al ni en la conformaci­ón de las listas legislativ­as.

La “negociació­n fina” estará a cargo de una delegación del partido que, por mandato de la convención, deberá sentarse a discutir con sus socios políticos –Pro y la Coalición Cívica– las reglas de juego para seguir en la competenci­a. El tiempo es escaso: el plazo para presentar las listas electorale­s vence el 22 del mes próximo.

Cornejo pretende que la convención de hoy empodere a esta delegación negociador­a –que él encabezará– para que pueda sentarse a discutir con el macrismo desde una posición de fuerza. De allí su afán para que en la convención impere la línea más dura, la que él promueve.

Si finalmente en el debate se impone la postura más dialoguist­a, el triunfo será para la Casa Rosada.

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