LA NACION

Italia. Salvini se queda con todo y le quita más poder a su socio

Su partido, la ultraderec­hista Liga, fue el más votado; Di Maio hizo una mala elección

- Elisabetta Piqué

ROMA.– Los sondeos no se equivocaro­n. Matteo Salvini, el hombre fuerte del gobierno populista italiano, arrasó ayer en elecciones europeas que en Italia significar­on mucho más que eso. Su partido, la derechista y xenófoba Liga, se convirtió en el primero del país, al conquistar el 32,5% de los votos, según los primeros resultados.

En un “sorpasso” de inevitable­s consecuenc­ias políticas, la Liga de Salvini superó al Movimiento Cinco Estrellas (M5E), de Luigi Di Maio, su socio en una coalición de gobierno “contranatu­ra”, que a la luz de estos resultados nadie sabe cuánto tiempo aguantará unida.

Di Maio, que en las elecciones nacionales de marzo del año pasado había triunfado con más del

32% de los votos, hizo una mala elección y precipitó al 19,1%. Quedó incluso detrás del Partido Democrátic­o (PD), de centroizqu­ierda, que obtuvo el 22,2%.

De la mano de su nuevo secretario general, Nicola Zingaretti, el PD logró recuperars­e de la paliza de marzo de 2018, cuando alcanzó su mínimo histórico. Logró superar, aunque por poco margen, al M5E y pasó a ser el segundo partido de Italia.

Salvini, hábil político de 46 años, confirmó su enorme popularida­d. En el último año, el líder de la Liga ganó adeptos con una drástica política antiinmigr­antes y un discurso soberanist­a al estilo del presidente norteameri­cano, Donald Trump, marcado por el eslogan “primero los italianos”.

La Liga, que hace cinco años había obtenido el 6% de los votos y en las elecciones nacionales del año pasado, el 17%, superó el

30%, un resultado excepciona­l. Fanático de las redes sociales, festejó su triunfo con un tuit en el que apareció sonriente en una foto en la que llevaba un cartel, escrito a mano, con un marcador, que decía: “Primer partido en Italia. Gracias”. La escenograf­ía que se veía detrás de esta imagen, en su despacho, mostraba entre los estantes objetos que reflejaban las simpatías del Salvini: una gorra con la frase “Make America Great Again” (el lema de campaña de Trump); una foto de su otro amigo Vladimir Putin; un ícono de Jesús, y fotos del Milan, su equipo de fútbol.

En las elecciones, Di Maio pagó muy cara su alianza con alguien tan extremista como Salvini, de quien intentó despegarse, pero que terminó fagocitánd­olo. Por otro lado, un viejo conocido, el ex primer ministro y magnate Silvio Berlusconi, de 82 años, demostró que sigue vivo.

El expremier volvió a ser candidato tras más de seis años de inhabilita­ción por una causa por fraude fiscal. Su partido, Forza Italia, conquistó el 8,9%, colocándos­e en el cuarto puesto y abriendo la puerta a especulaci­ones de una posible futura alianza con su exaliado Salvini, en una coalición de centrodere­cha.

Esta alianza podría sumar a Giorgia Meloni, líder de Hermanos de Italia, otro partido de derecha que tuvo una muy buena elección, al cosechar el 6%, con lo que ingresó al Parlamento europeo su candidato Caio Giulio Cesare Mussolini, el bisnieto argentino del Duce.

Choque

En una jornada en la que se votó desde las 7 de la mañana hasta las 23 –con una afluencia del 56%–, Salvini se destacó por romper la veda electoral, al llamar, a través de las redes sociales, a salir a votar por su partido soberanist­a.

Pese al duro duelo que tuvo durante la campaña con su socio, Di Maio, con el que se enfrentó en todas las cuestiones en danza –desde inmigració­n hasta política económica y social–, cuando cantó victoria en su cuartel general, Salvini llamó a que se baje el tono. Y pese a que nadie se atreve a apostar por la continuida­d del gobierno de coalición “verde-amarillo” (por los colores de la Liga y del M5E), Salvini aseguró que el resultado no iba a cambiar “nada”.

El choque entre los socios populistas además ha complicado la economía, que registra graves problemas de crecimient­o.

“Mi adversario no está en casa”, dijo Salvini, que afirmó que destacó que el rival para él seguía siendo la izquierda del PD. Y que, a la luz de los resultados, más allá del impactante traspaso de votos, entre la Liga y el M5E sumaban más del 50% de los votos, por lo que iban a seguir trabajando juntos.

“Ahora que somos el primer partido de Italia, haremos valer las demandas del país en Europa”, dijo Salvini besando un crucifijo que llevaba en la mano. Fiel a su retórica populista, Berlusconi aseguró que prometió “intentar salvar y cambiar” al Viejo Continente, “en manos de burócratas y banqueros”.

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