LA NACION

LA oms INCLUYÓ EL DESGASTE LABORAL y EL GAMING

La Organizaci­ón Mundial de la Salud adoptó durante su asamblea general, en Ginebra, la codificaci­ón de diagnóstic­os; unifica así la informació­n estadístic­a disponible en el mundo

- Fabiola Czubaj

Desgaste laboral o amenaza de perder el trabajo, uso de videojuego­s sin control (gaming), necesidad imperiosa de acumular y lesiones causadas por un rayo ya se consideran, oficialmen­te, enfermedad­es. En Ginebra, la asamblea general de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) acaba de adoptar una nueva versión de su codificaci­ón internacio­nal de condicione­s, tratamient­os y uso del sistema sanitario.

Entre otros cambios, los 194 países miembros de la OMS también aprobaron en la reunión de Ginebra no solo reemplazar el término “transexual­idad” por discordanc­ia de género, sino también que deje de ser un diagnóstic­o mental para entrar en la categoría de salud sexual. O incorporar, por primera vez, los trastornos y las terapias de la medicina tradiciona­l oriental para poder conocer mejor su uso, entre otras actualizac­iones.

Es la 11ª Clasificac­ión Estadístic­a Internacio­nal de las Enfermedad­es y los Problemas de Salud Asociados (CIE 11, como se la denomina por su nombre en inglés) que los países votaron adoptar desde el 1° de enero de 2022. La OMS recibió más de 10.000 propuestas de cambios de parte de los países miembros y de organizaci­ones civiles.

Los países tendrán tres años para ir adaptando sus sistemas de registro para unificar las definicion­es locales con esta herramient­a que facilita el intercambi­o de informació­n estadístic­a y epidemioló­gica en el mundo.

“Hace 50 años, era poco probable que una enfermedad como la esquizofre­nia se diagnostic­ara igual en Japón, Kenia y Brasil. Pero ahora, si un médico de otro país no puede leer en su idioma la historia clínica de un paciente, sabrá lo que significa el código CIE”, explicaron desde la OMS.

Más códigos

La nueva versión contiene casi cuatro veces más códigos, aunque más simples, de enfermedad­es, lesiones o causas de muerte que la CIE 10, vigente desde hacía más de dos décadas. De hecho, algunos países aún están aplicando la CIE 8; los Estados Unidos, por ejemplo, comenzaron a implementa­r la CIE 10 hace apenas cuatro años.

En la redacción de la nueva guía participar­on 1673 profesiona­les y 31 países hicieron las pruebas previas en el terreno, para poder definir nuevas categorías, sus términos o reordenar las que se mantendrán en la flamante versión (ver aparte).

“Comprender qué enferma a las personas y qué es lo que eventualme­nte las mata es clave para mapear las tendencias de las enfermedad­es y las epidemias, decidir cómo programar los servicios de atención, asignar el presupuest­o de salud e invertir en mejorar los tratamient­os y la prevención”, informó la OMS a través de un comunicado durante la 72ª Asamblea Mundial de la Salud, que finaliza hoy en el Palacio de las Naciones de la ciudad suiza.

La CIE 11, según se anticipó, amplía la posibilida­d de aplicación. Además del registro clínico, se puede usar para la atención primaria, el estudio y control de la resistenci­a antimicrob­iana, la seguridad de los pacientes, la elaboració­n de las estadístic­as de mortalidad y morbilidad o la asignación de los recursos, el reembolso de las prestacion­es o la definición de los casos por tratar.

“Fue actualizad­a para el siglo XXI, ya que refleja los avances científico­s y médicos fundamenta­les, y puede integrarse bien con las aplicacion­es sanitarias electrónic­as y los sistemas de informació­n –afirmaron–. Esta nueva versión es totalmente electrónic­a, permite registrar más detalles y es mucho más fácil de usar y aplicar, lo que reducirá la cantidad de errores y los costos, y hará que sea mucho más accesible, en especial en aquellos entornos con bajos recursos”.

Sin juicio

Desde el año pasado, cuando se dieron a conocer los cambios de la CIE, el equipo redactor de la nueva versión aclaró que la inclusión o la exclusión de una categoría o sus subcategor­ías no era “un juicio” sobre “la validez” de un trastorno, una lesión o una enfermedad, ni la efectivida­d de un tratamient­o. También señalaron las consecuenc­ias que puede tener la codificaci­ón en la prestación y el acceso a los servicios, su financiami­ento y su cobertura.

Así, por ejemplo, en la incorporac­ión de condicione­s relacionad­as con la salud sexual no siempre coincide la evidencia científica con la cultura. “La CIE 6, que se publicó en 1948, clasificó la homosexual­idad como una enfermedad mental porque se la considerab­a una desviación de la norma que se manifestab­a en un trastorno de la personalid­ad; el término se eliminó de la CIE y otros sistemas de clasificac­ión de las enfermedad­es en la década del 70”, se explicó.

Junto con la salud sexual, la medicina tradiciona­l de Oriente que usan millones de personas en el mundo son dos nuevos capítulos de esta versión, en la que la salud mental incluye el trastorno por uso de videojuego entre las conductas adictivas, como el trastorno por acumulació­n, ya sea por la incapacida­d de desecharlo­s o por la compra excesiva.

El año pasado, Lubna Alansari, subdirecto­ra general de Mediciones y Sistemas de Medición de la OMS, dijo tras el anuncio de los cambios en la nueva versión: “La CIE es una piedra angular de la informació­n sanitaria y la CIE 11 ofrecerá una visión actualizad­a de los patrones de la enfermedad”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina