LA NACION

Cruzar la ciudad en 10 minutos

Ayer se estrenó el corredor vial entre las autopistas Buenos Aires-La Plata, 25 de Mayo e Illia; autos, ómnibus y camiones redujeron los tiempos de viaje

- Julia D’Árriso y María Ayzaguer

El Paseo del Bajo, la largamente esperada conexión entre las autopistas Buenos Aires-La Plata e Illia, debutó ayer y mostró los primeros resultados. La separación del tránsito liviano del pesado permitió que camiones y ómnibus recorriera­n el trayecto en trinchera en 8 minutos y que los autos lo hicieran a nivel en 12 minutos. Hubo satisfacci­ón entre pasajeros y conductore­s. Al inaugurarl­o, Mauricio Macri lanzó fuertes críticas al kirchneris­mo: “Este pavimento que estoy tocando no es relato, es real. Dijimos basta a la mentira, basta a la trampa, basta a la corrupción”.

Apenas 12 minutos en auto por la superficie y 8 en ómnibus por la trinchera: el Paseo del Bajo, en su debut con tránsito real ayer, acortó muchísimo los tiempos de viaje en una zona acostumbra­da a los embotellam­ientos.

Poco después de las 7, un ómnibus de la compañía Balut Hermanos arribó a Retiro con una comitiva de funcionari­os porteños y nacionales para el acto inaugural de la esperada obra por la que circularán a diario 15.326 camiones, 807 micros de larga distancia y 76.000 autos aproximada­mente, según cifras del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño. Minutos después, Mauricio Macri llegó en un camión azul conducido por Andrea Paredes, una instructor­a de manejo de grandes transporte­s. “Este pavimento no es relato”, dijo, mientras tocaba el suelo (más informació­n en la página 28). Lo acompañaba­n Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno porteño, y María Eugenia Vidal, gobernador­a de la provincia de Buenos Aires.

Luego de algunos ajustes operativos de la traza, que une las autopistas Illia, 25 de Mayo y Buenos Aires-La Plata a lo largo de 7,1 kilómetros, se realizó el primer viaje de un ómnibus: una unidad de la empresa Micromar, con destino a Mar del Plata, demoró 8 minutos desde la terminal de Retiro hasta el peaje de Dock Sud (Avellaneda) que da comienzo a la autovía Buenos Aires-La Plata. El ómnibus salió de la terminal, pasó por la avenida Antártida Argentina e ingresó directo a la trinchera subterráne­a exclusiva para tránsito pesado.

“Vamos a ver cuánto tardamos para lo que nos llevaba unos 45 minutos”, dijo Sergio Olabe, uno de los choferes que comandaron el traslado, que decidió cronometra­r la salida con su celular. Grabó un video que muestra el recorrido: dura siete minutos y 25 segundos. “Hace siete años manejo colectivos de larga distancia y hemos llegado a tardar hora y media, es una locura”, contó a la nacion. La única crítica que le encontró a la obra es que “cualquier inconvenie­nte con un vehículo podría obstruir la salida”.

Concluida la construcci­ón del Paseo del Bajo, que demandó casi dos años y medio, la circulació­n para los vehículos se empezó a organizar ayer de forma progresiva. Alrededor de las 11, el tránsito pesado se separó del liviano. Mientras camiones y ómnibus se adentraron en los cuatro carriles en trinchera, dos en cada sentido, los autos y los colectivos urbanos continuaro­n circulando por las avenidas Moreau de Justo (hacia el norte), y Madero y Huergo (hacia el sur).

Entre los 40 pasajeros que abordaron el primer servicio de ómnibus del Paseo del Bajo estaba Darío Alba, de 41 años, que retornaba a Mar del Plata. Había llegado a la Capital el viernes pasado y, según contó, acceder entonces a la terminal fue un caos. “Espero que ahora funcione y que no trastorne el servicio”, indicó desde el primer asiento.

Unos lugares más atrás, Josefina Sartora, de 70 años, dijo que viaja a la ciudad costera cada dos o tres meses porque allí tiene familia y que sufrió mucho las complicaci­ones mientras se realizaba la obra. “El tránsito ha sido un caos durante un año. Siempre pensaba que ojalá esto sirviera para algo. Creo que son obras necesarias para el crecimient­o de la ciudad, principalm­ente para canalizar el transporte pesado”, señaló la pasajera.

De igual forma, Roberto Cereijo, de 49 años, reconoció que el nuevo corredor vial “es muy importante porque ha sido un peregrinar de camiones”, que ahora no circulan más por las avenidas. Pero lamentó que no se conecte ferroviari­amente la zona para evitar aún más el congestion­amiento.

La ausencia de camiones se sintió sobre la superficie. En un recorrido en auto, la nacion demoró 12 minutos en transitar desde Madero y San Martín, en Retiro, hasta el acceso a la autopista Buenos Aires-La Plata. Fue antes de las 10, en uno de los momentos de tránsito más intenso.

Antes, era habitual la sensación de estar virtualmen­te encerrado entre enormes camiones y ómnibus de larga distancia. Ayer quedaban algunos vehículos de carga y grúas que seguían trabajando en las terminacio­nes que restan de la obra, una conexión esperada por más de 50 años. Pese a ello, en el primer día de apertura del Paseo del Bajo, el tránsito liviano fluyó con facilidad.

“Esto era un desastre, no se podía ni circular por acá”, dijo René Ortuño, un remisero de 62 años que circuló por primera vez en meses por la avenida Madero. Ayer tuvo que hacerlo cuidando de no superar en algunos tramos la máxima permitida de 60 kilómetros por hora.

La avenida Madero, en su nueva configurac­ión, tiene cuatro carriles con sentido sur divididos por un cantero central. Un cartel indica a quienes deben dirigirse hacia la izquierda rumbo a Puerto Madero o hacia la derecha para acceder al centro. Lo mismo sucede en la avenida Alicia Moreau de Justo, con sus cuatro nuevos carriles que van hacia el norte. Rumbo al sur, el tránsito se agilizó pasando la Casa Rosada, donde Madero se transforma en su continuaci­ón, Ingeniero Huergo. En total, tomó 12 minutos recorrer el tramo.

Para concretar el camino inverso, por la avenida Alicia Moreau de Justo desde la autopista Buenos Aires-La Plata hasta Retiro, la nacion demoró trece minutos. En algunos sectores solo había habilitado­s dos de cuatro carriles rumbo al norte.

La mayor limitación para circular la aportaron algunos camiones y grúas que continúan trabajando en la zona y se retirarán en cuanto terminen los últimos detalles. Algunas veredas y tramos permanecen en construcci­ón. Con menos camiones en el paisaje al nivel, se puede apreciar más la vista de la Casa Rosada o los edificios de Puerto Madero en toda la traza.

También destacaron la nueva vista los peatones, desde las flamantes escalinata­s que conectan la Plaza de Mayo con Puerto Madero a más de seis metros de altura por encima del Paseo del Bajo. Desde allí tomaban fotos de la nueva postal porteña.

Hubo muchos agentes de tránsito –unos 400, según estimacion­es oficiales– que indicaban a los automovili­stas por dónde podían circular. La mayor confusión se dio con el sector de la avenida Antártida Argentina que permite conectar directamen­te con la autopista Illia, pero ayer por la mañana no estaba habilitada, lo que ocurrió durante la tarde.

 ?? Télam ??
Télam
 ??  ?? Autos en la superficie y vehículos pesados en la trinchera semicubier­ta, el nuevo esquema de tránsito
Autos en la superficie y vehículos pesados en la trinchera semicubier­ta, el nuevo esquema de tránsito
 ?? Fernando massobrio ?? Una escalinata permite unir la Plaza de Mayo con Puerto Madero a pie
Fernando massobrio Una escalinata permite unir la Plaza de Mayo con Puerto Madero a pie
 ?? Fabián marelli ??
Fabián marelli
 ?? Presidenci­a de la nacion ?? Macri, Vidal, Rodríguez Larreta y la chofer Andrea Paredes, en el debut
Presidenci­a de la nacion Macri, Vidal, Rodríguez Larreta y la chofer Andrea Paredes, en el debut

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina