LA NACION

Con un mapa fragmentad­o, la UE empieza a negociar por los cargos claves

El avance de los populistas y los ecologista­s estableció un nuevo equilibrio de fuerzas; la derecha pretende mantener el control

- Luisa Corradini CoRRESPoNS­AL EN FRANCIA

PARÍS.– No bien terminadas las elecciones que dejaron un Parlamento Europeo más fragmentad­o que nunca, comenzaron las verdaderas maniobras. Ayer, tanto en Bruselas como en Estrasburg­o, las grandes fuerzas políticas del bloque se pusieron en línea de batalla para obtener los puestos claves de la Unión Europea (UE).

Con el avance de los partidos euroescépt­icos y populistas –limitado en relación con las previsione­s– y la neta progresión de ecologista­s y liberales, los 28 países intentan desde ayer sacar las conclusion­es que impone el nuevo equilibrio de fuerzas.

“Hemos ganado las elecciones. Solo reclamamos un puesto: la presidenci­a de la Comisión Europea (CE) para Manfred Weber”, se apresuró a declarar Joseph Daul, el influyente presidente del Partido Popular Europeo (PPE), que dominaba el Parlamento desde hace medio siglo.

Es verdad, en número de diputados (179), el PPE sigue siendo la primera formación, aun cuando haya perdido 37 en relación con la legislatur­a anterior. Puede así mantener su capacidad de negociació­n en el gran mercado que acaba de comenzar. En juego: los principale­s puestos de la UE, comenzando por la presidenci­a de la CE, que ocupa hoy el luxemburgu­és Jean-Claude Juncker.

Pero la elección del domingo estuvo marcada por el avance de los ecologista­s –liderados por los Verdes alemanes y el tercer puesto de los Verdes franceses–, así como por un grupo liberal-centrista revigoriza­do por los diputados de Emmanuel Macron. Todos ellos son actores de la reconfigur­ación de un Parlamento en el cual la hegemonía de la histórica alianza liderada por el PPE con la centroizqu­ierda acaba de estallar.

Desde anteayer, “la escena política europea se ha vuelto más fragmentad­a y polarizada”, observa el politólogo Martial Foucault. “El apoyo a los partidos tradiciona­les se trasladó de la centrodere­cha a la centroizqu­ierda, hacia los liberales y los verdes. Es decir, hacia los grupos cuyas ideas con frecuencia son exactament­e lo contrario”, agrega.

Dopados por los resultados de Marine Le Pen en Francia y Matteo Salvini en Italia, pero también por el partido pro-Brexit de Nigel Farage en Gran Bretaña, los euroescépt­icos deberían ocupar por su parte hasta un cuarto del Parlamento (171 bancas, contra 155 en la legislatur­a anterior). Sin embargo, no solo su avance fue limitado. También tendrán serias dificultad­es en lograr un frente común: “Las fuerzas antieurope­as se harán oír, se harán notar, pero no están suficiente­mente organizada­s como para pesar”, estima Foucault.

En todo caso, aunque la derecha europea es consciente de que ya no es cuestión de exigir todos los cargos como en el pasado –actualment­e ocupa la presidenci­a de la CE, la del Parlamento e incluso la del Consejo Europeo–, pretende conservar el control del puesto más importante.

Weber es candidato de los alemanes y el protegido de Angela Merkel. Si no llegase a reemplazar a Juncker, sería un nuevo fracaso para la canciller, cuya alianza de gobierno volvió a retroceder en las elecciones del domingo.

¿Qué dirán liberales, verdes y socialdemó­cratas? ¿Cederán a cambio de otros cargos de prestigio, como la presidenci­a del Banco Central Europeo para Francia o la del Parlamento Europeo o la conducción de la diplomacia de la UE?

Sin posibilida­d de obtener la presidenci­a de la comisión, los Verdes –que ganaron 70 bancas el domingo– están decididos a promover en forma drástica sus ambiciones medioambie­ntales y sociales. Y el PPE los necesitará, así como a los socialdemó­cratas y a los liberales, para formar una amplia coalición proeuropea en el Parlamento.

Los socialdemó­cratas también tienen a su campeón para remplazar a Juncker: el actual primer vicepresid­ente de la comisión. Pero el holandés Frans Timmermans tiene escasas chances, si se consideran los malos resultados obtenidos por su grupo en las elecciones del domingo (-35 bancas).

¿Cuál será por fin la estrategia de los liberales (ALDE)? A la espera de la adhesión formal de La República en Marcha (LRM), de Emmanuel Macron, el grupo no había designado hasta ayer oficialmen­te a su candidato para la comisión. Pero Margrethe Vestager, la mediática comisaria para la Competenci­a, responsabl­e de las multas millonaria­s a las grandes multinacio­nales que evaden el fisco, se impuso rápidament­e como favorita.

En ese caso, por primera vez en la historia, la UE tendría una mujer como presidenta de la comisión. ¿Emmanuel Macron le dará su apoyo, a riesgo de entablar una pulseada con el PPE, los alemanes e incluso con Angela Merkel?

Esta noche, los jefes de Estado y de gobierno se reúnen en Bruselas para una cena que promete ser agitada.

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FranÇois Mori/aP Emmanuel Macron recibe en París al primer ministro español, Pedro Sánchez

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