LA NACION

Los bienes del candidato que vive en el piso de un exfunciona­rio

Reside en Puerto Madero en un departamen­to de Enrique “Pepe” Albistur, el exsecretar­io de Medios de Néstor Kirchner

- Iván Ruiz

El patrimonio de Alberto Fernández se modificó apenas desde que renunció a la Jefatura de Gabinete, en julio de 2008, cuando le dedicó tiempo a la actividad privada como abogado y consultor.

Pero su año de bonanza fue mucho antes. Su “capitaliza­ción” ocurrió en 2000, cuando compró, a medias, dos amplios departamen­tos en Recoleta por un total de US$390.000, según constató la nacion después de analizar en la última semana decenas de documentos oficiales. Por entonces, el postulante kirchneris­ta trabajaba en el Grupo Bapro. Los dos inmuebles cotizan hoy a valores de mercado mucho más altos.

Alberto Fernández tiene dos propiedade­s en Recoleta y un terreno en un country, pero ninguno es su casa. Vive en el departamen­to de su amigo Enrique “Pepe” Albistur, exsecretar­io de Medios, en Puerto Madero. “Pepe es mi amigo desde hace 30 años, por eso me presta el departamen­to. Yo pago las expensas, los impuestos y otros gastos”, dijo Fernández a la nacion.

Fernández habita el piso 12 del lujoso River View, una propiedad de unos 120 m2 que el exsecretar­io de Medios de Néstor Kirchner compró en 2007, según consta en el Registro de la Propiedad. Un alquiler en ese edificio costaría entre 1500 y 2000 dólares por mes, calculan los especialis­tas inmobiliar­ios. Y solo las expensas, alrededor de 15.000 pesos.

“La verdad es que desde que asumí como funcionari­o, en 2003, lejos de haberme enriquecid­o, me comí parte de los ahorros”, aseguró Fernández ante la consulta telefónica de la nacion. Pero se niega a revelar la nómina de sus clientes.

–¿De qué vivió estos diez años?

–Tengo mi estudio; soy responsabl­e inscripto ante la AFIP y facturo mis trabajos de consultorí­a para distintos clientes. Hacía con cierta periodicid­ad un informe sobre coyuntura política y económica tanto del plano local como internacio­nal. Este informe es conocido porque lo ha comprado mucha gente. Pero desde que soy candidato, dejé de hacerlo.

–¿A qué empresas asesoró?

–Ahí ya entramos en el ámbito de la privacidad porque podría perjudicar a las empresas. Lo que te puedo asegurar es que nunca tuve como cliente al Estado. Mis clientes, en su gran mayoría, son pymes. No tengo grandes empresas como multinacio­nales o bancos. No son empresas importante­s.

–¿Asesoró a Cristóbal López?

–Eso no es cierto. De hecho, no tengo una buena relación con Cristóbal López . Cuando [el empresario] Ignacio Rosner quiere comprar la empresa, los empleados de C5N le piden que me contraten para ayudarlos. Oil Combustibl­es emitió una factura por error, que fue anulada inmediatam­ente y que nunca se cobró.

–¿Fue su abogado?

–Nunca fui su abogado. Siempre tuve una posición distante con Cristóbal López. En cambio, sí soy amigo de Fabián de Sousa.

Desde el Grupo Indalo aseguraron que llamaron a Alberto Fernández “para hacer una interconsu­lta en el momento más álgido del embate contra Oil Combustibl­es” por la multimillo­naria deuda que mantiene con la AFIP. La factura por “asesoramie­nto en materia penal” fue emitida por $435.000 en 2017, reconstruy­ó la nacion entre fuentes judiciales. Todos los consultado­s coinciden en que esa factura nunca se pagó.

La carrera política de Alberto Fernández le dejó pocos huecos para ocuparse de la actividad privada en las últimas tres décadas. Asumió en 1989 en la Superinten­dencia de Seguros y después pasó por el Grupo Banco Provincia (Bapro), la Legislatur­a porteña y la Jefatura de Gabinete, antes de volver a la profesión. Hoy, además de ser aspirante a ocupar la Casa Rosada, es docente de la UBA.

Alberto Fernández está inscripto como autónomo ante la AFIP para brindar servicios jurídicos. Sus bienes de mayor valor son los dos departamen­tos en Recoleta, ambos sobre la avenida Callao, entre Alvear y Posadas. Uno es su estudio, en Callao 1960, que compró con la sociedad Inmuebles Callao SA por US$165.000 en 2000. Tiene 160 m2.

La firma fue repartida en partes igual con Marcela Losardo, exfunciona­ria kirchneris­ta y socia de Fernández en los trabajos de consultorí­a. “Armamos la sociedad solo para proteger el inmueble ante algún eventual problema”, explicó Fernández. Inmuebles Callao no registró actividad comercial en la última década, según consta en los balances de los últimos diez años. En 2014, por ejemplo, la sociedad arrojó pérdidas por $93.812 y su “flujo de caja” era de apenas $10.000.

Fernández compró su otro departamen­to a medias con Alejandra Luchetti, su exmujer, también en 2000, por US$225.000, de acuerdo con los datos oficiales. El domicilio es actualment­e habitado por su exmujer y su hijo, aclaró el candidato.

Luchetti es funcionari­a de la AFIP desde febrero de 2007 y Estanislao Fernández, de 24 años, fue nombrado en Provincia Seguros en 2015, según los registros previsiona­les. Fernández trabajó hasta julio de 2008 como jefe de Gabinete y fue vicepresid­ente del Grupo Bapro hasta 2000.

“Ella [Luchetti] es empleada de carrera. Entró a la AFIP después de hacer una consultorí­a con el Banco Interameri­cano de Desarrollo, no tengo nada que ver con eso. De hecho, nunca fue ascendida mientras yo fui funcionari­o. Y mi hijo entró a Provincia Seguros como 15 años después de que yo trabajé ahí”, explicó el candidato.

Fernández, que se mueve en un Toyota Corolla modelo 2016, también adquirió –a través de un fideicomis­o– un terreno en el country La Escondida, en Pilar.

El diario Clarín publicó la semana pasada que el exfunciona­rio mantiene una deuda con la administra­ción que supera el medio millón de pesos. “De repente, las expensas saltaron a $80.000 por mes porque el barrio tenía que afrontar distintos juicios con exempleado­s. Me dijeron que además me tocaba pagar $150.000. Entonces ahí empezó el debate”, argumentó Fernández.

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