Realidad versus relato, el eje de la campaña para la reelección
Con el kirchnerismo como contraparte y la ciudad como ejemplo. Realidad (obras) versus relato. Transparencia contra corrupción. Esos son los ejes de la campaña que tendrá al presidente Mauricio Macri con el papel protagónico, pero con dos compañeros indispensables: María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
La primera parte de la campaña ya concluyó: Macri será el candidato, irá por la reelección; lo mismo harán Vidal y Rodríguez Larreta. Esa discusión se terminó, por lo menos puertas adentro. Ahora comenzó la segunda etapa, la instalación de los ejes discursivos sobre los que quiere ganar la batalla.
Es por eso que ayer fue un día perfecto para el Presidente. Es que mientras Macri se arrodillaba para tocar el pavimento en la inauguración de la monumental obra del Paseo del Bajo, su archirrival, la expresidenta Cristina Kirchner, se sentaba en el banquillo de los acusados y escuchaba la lista de delitos por los que se la juzga.
“Este pavimento que estoy tocando no es relato, es real”, disparó el Presidente contra el kirchnerismo. Esta será una postal que el macrismo atesorará por el resto del año electoral.
En la Casa Rosada no quieren saber nada con la campaña. Cerca de Macri se esforzaron por dejar en claro que no se trató de un acto de esa naturaleza, sino que se trata de la misma “visión” de gestión que ya lleva más de una década.
“La obra es fruto de la continuidad”, destacaron fuentes cercanas al jefe de Gabinete, Marcos Peña. Ese es el argumento que se repetirá en público y en privado. Las obras que presentan Rodríguez Larreta y Vidal son posibles gracias al trabajo de Macri. La gobernadora bonaerense y el jefe comunal, bastones irreemplazables del plan reelección, le concedieron esa gracia al acto ayer por la mañana.
Una de las principales banderas será la ciudad de Buenos Aires. Macri y su equipo de campaña pondrán énfasis para comunicar “la transformación” que ocurrió en los últimos 12 años. “De una ciudad inundada a tener trenes que parece que vuelan y camiones que van bajo la tierra”, se entusiasmaron cerca de Macri.
Pero no fue un tránsito sencillo. “En el medio pagamos costos”, resumieron fuentes oficiales. Es parte del libreto que se posa sobre la actualidad. La difícil situación económica es “el costo” que hay que abonar para alcanzar soluciones definitivas a problemas que llevan más de siete décadas. Es el corazón del relato macrista.
Las obras serán una constante de aquí en más. El listado de inauguraciones es extenso y en la mayoría de los casos tendrá al Presidente como presentador. La obsesión del equipo de campaña es mostrar a un “hacedor”.
Habrá para todos los gustos: aeropuertos, con Ezeiza como punto destacado, pero también se pondrán en marcha las terminales de Jujuy, Iguazú, La Rioja, Mar del Plata y Bariloche. Además, hay en carpeta tres metrobuses y el viaducto San Martín, entre otras que ya tienen el visto bueno del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
Todo esto, aseguran desde la Casa Rosada, incrementa el fanatismo de los militantes macristas, que hasta ahora tenían pocos argumentos para salir a defender la reelección de Macri. Hoy ese clima de desesperanza está cambiando, al menos en la cúpula del Poder Ejecutivo. En esto trabajan full time Peña y su equipo.
El Presidente está disfrutando del momento. Después de un año difícil, “el peor de su vida”, según admitió, cree que por fin la crisis llegó a su fin y que de ahora en más todo mejorará. Esta es la quinta semana sin volatilidad cambiaria, y la inflación, de confirmarse los pronósticos, tendría dos meses consecutivos con una tendencia a la baja. Parece poco, pero en el Gobierno celebran esos datos con satisfacción y optimismo.