LA NACION

Dos monitos entrañable­s sueltos en Londres

Ossie y Ricky, la emoción de una eterna amistad

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Nacieron en agosto de 1952. Osvaldo el 2, Ricardo Julio el 18. Naturalmen­te, tienen la misma edad, ‘Ossie’ y ‘Ricky’ andan por los 66 años. Se marcharon juntos para Inglaterra después de Argentina 78. Ilustres campeones del mundo, los primeros extranjero­s en Inglaterra, una rareza que despertaba recelos y hasta en el Parlamento británico hubo voces críticas. Ellos nunca habían escuchado hablar de ese club, Tottenham, que acababa de ascender. A Villa le tocó el número 5 y Ardiles llevó la 7. Pagaron 750 mil libras esterlinas, casi un millón de dólares hoy. Sí, por los dos.

No entendían nada. Ar diles había tenido inglés 3 años en la secundaria y más o menos se las ingeniaba para leer los diarios. Copiaban los ejercicios mirando a sus compañeros. “Pare cíamos monitos”, bromea Ricardo. Daban ventajas, sin dudas. Todavía se divierte Villa cuando recuerda que el día de la presentaci­ón en los Spurs, el pantalonci­to le quedaba enorme a Osvaldo. Él, con su 1,85 metro, evitó sonrojarse.

Con Villa se equivocaro­n, fue un fantástico error. ‘Ricky’ había jugado dos medios tiempos en el Mundial, y como en Inglaterra se publicitó una imagen suya pegándole una patada a un brasileño en el 0-0 en Rosario, creyeron que era un volante áspero. Pero Villa era exquisito, lo entendiero­n más tarde y lo recordarán siempre porque un gol suyo fue elegido como el mejor de todos los que se marcaron en Wembley en el siglo XX. ¿Y Ardiles? Se trató de un adelantado para su época, un todocampis­ta que les mostró a los ingleses que se podía jugar al ras del piso.

A Villa le costó el desarraigo, extrañaba sus costumbres, su Roque Pérez natal. Igual, estuvo cinco años, pero acepta que sin ‘Ossie’ no hubiese resistido mucho. Ardiles pensaba que iba por unas temporadas y volvía a la Argentina para completar la carrera de abogacía. La vida lo sorprender­ía a ‘Ossie’, si hasta sus hijos se casarían con inglesas. “La cigüeña lo tiró mal a Osvaldo…, no era en Córdoba, era en Londres”, bromea Villa.

Ricardo cuenta con orgullo haber sido compañero en los Spurs del mítico arquero Ray Clemence y del volante Glen Hoddle, y haberse enfrentado con Kevin Keegan. Algunos hinchas todavía lucen una camiseta con una imagen que es la mezcla del rostro de Villa con el Che Guevara. Ardiles, directamen­te, es una leyenda. Fue incómodo vivir en Londres alrededor de la guerra de Malvinas, pero nunca nadie los agredió. Una vez, ante Leicester, en el viejo estadio White Hart Lane, los hinchas visitantes comenzaron a gritarles uhhhhhh! cada vez que tocaban la pelota, pero los fanáticos de los Spurs tomaron la escena con un atronador “¡Argentina, Argentina!”. En esos tiempos, en la tribuna local podía leerse una pancarta muy especial: ‘Quédense con las Falklands. Nosotros tenemos a

Ardiles’. El 7 de febrero de 2008, Ardiles y Villa fueron incluidos en el Hall of Fame del Tottenham. Momentos increíbles de una vida juntos. Ayer, hoy. Siempre.

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