Retrato íntimo de un caso de abuso
(ALLES IST GUT, ALEMANIA/2018). guion y dirección: Eva Trobisch. elenco: Aenne Schwarz, Andreas Döhler y Hans Löw. duración: 93 minutos. disponible en: Netflix.
Aunque transcurre en Múnich y zonas cercanas de Baviera, esta película consagrada como mejor ópera prima en el último Festival de Locarno se inscribe en cierta mirada del cine que desde hace algunos años viene proponiendo la denominada Escuela de Berlín (Trobisch nació en la capital alemana), de la que formaron parte –entre varias otras realizadoras– Angela Schanelec, Valeska Grisebach y Maren Ade.
Muy a tono con estos tiempos en los que la violencia machista está en pleno cuestionamiento, Todo bien tiene en el centro de la escena a Janne (excelente trabajo de Aenne Schwarz, vista en Stefan
Zweig: Adiós a Europa), una treintañera que trabaja en la industria editorial. Ella está en pareja con Piet (Andreas Döhler), pero en una fiesta de reunión de graduados bebe más de la cuenta y se termina yendo del lugar con Martin (Hans Löw). Entre equívocos y flirteos, él cree que es tiempo de una relación íntima; ella, no. La escena no es extremadamente violenta; ella no grita ni forcejea, pero él termina abusando de la protagonista. Filmado con sutileza y sin estridencias, ese momento marcará el tono del resto de la película y será además el origen de todas las angustias y desbordes de Janne.
El film –que parte de algunos planteos similares a Elle, de Paul Verhoeven, pero con una evolución muy distinta– se mete con cuestiones como el aborto (otra vez, trabajado con sensibilidad, sin excesos amarillistas) y expone los condicionamientos, la fragilidad, la descontención y la profunda soledad (más allá de las presencias ocasionales de su novio o de su madre) de nuestra heroína.
Sin prejuicios, sin oportunismo, Todo bien sintoniza con estos tiempos de #Metoo en todo el mundo. Lo hace con una poco habitual capacidad para exponer los pequeños detalles que adquieren dimensiones insospechadas, las sensaciones muchas veces contradictorias y los múltiples matices de una experiencia extrema, inquietante y traumática como la que aquí se retrata. Anoten, entonces, a Eva Trobisch, una directora para tener muy en cuenta.