LA NACION

Se analizan dos hipótesis en el robo de datos a la Policía Federal

Una de las pistas relaciona la difusión de informació­n secreta con el hackeo a una cuenta de Bullrich en 2017

- Gabriel Di Nicola

Se investigan dos hipótesis en un tema sensible, que aún genera preocupaci­ón: la intrusión y robo de archivos informátic­os de la Policía Federal Argentina. Para los detectives podría tratarse o bien de una venganza por las detencione­s, dos años y medio atrás, de hackers que se infiltraro­n en la cuenta de Twitter de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, o de la actividad de un “funcionari­o policial infiel”. Así lo informó a la nacion una calificada fuente de la PFA. En la fuerza de seguridad explicaron que “la base de datos de la PFA no está comprometi­da, sino que los archivos que fueron divulgados se encontraba­n en la nube, subidos por dependenci­as periférica­s, conformand­o un reservorio [sic] de archivos”.

El ataque informátic­o fue adjudicado por un usuario de Twitter que usa el alias de @lagorralea­ks, cuya cuenta fue suspendida en las últimas horas. Según informaron fuentes oficiales, la sustracció­n de informació­n y archivos habría sido concretada a través de “un robo hormiga”, luego de entrar en distintas computador­as de personal policial por medio de la modalidad conocida como phishing, que posibilita la obtención de nombres de usuarios y contraseña­s por medio de un correo electrónic­o que simulaba ser un mensaje de seguridad informátic­a.

“Las hipótesis son dos: una venganza por la detención de los dos hackers que se habían infiltrado en la cuenta oficial de la ministra Bullrich y de la Policía de Seguridad Aeroportua­ria (PSA), hechos ocurridos en enero de 2017. La otra pista que analizamos es que @lagorralea­ks sea un funcionari­o policial infiel”, afirmó una alta fuente oficial.

El hackeo de la cuenta de la ministra Bullrich ocurrió en enero de 2017. La causa fue investigad­a por el juez federal Sebastián Ramos. En el expediente, el Ministerio Público estuvo representa­do por la fiscal Paloma Ochoa. Según fuentes judiciales, el caso ya fue elevado a juicio oral y público, y dos imputados estarán sentados en el banquillo de los acusados.

En el caso que se hizo público anteayer, el hacker habría obtenido 700 GB de informació­n reservada, entre la que se destacan las asignacion­es de agentes encubierto­s en investigac­iones de narcotráfi­co, escuchas telefónica­s, datos personales y de legajo de miles de oficiales –incluido el jefe de la fuerza, comisario general Néstor Roncaglia–, ubicación de retenes y puestos de control móviles. Incluso, nombres de oficiales en jefe denunciado­s por violencia de género y por acoso a personal subalterno que, pese a eso, fueron postulados para un ascenso.

“No entraron en el sistema informátic­o de la PFA. El hacker robó los archivos después de ingresar en computador­as de policías de distintas dependenci­as como la Superinten­dencia de Drogas Peligrosas y la de Bienestar”, dijo una fuente de la fuerzas de seguridad. Después del hackeo se realizó una denuncia que, tras pasar por el fuero ordinario y una declaració­n de incompeten­cia, recayó en el Juzgado Federal N° 9, a cargo de Luis Rodríguez.

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