Las PASO repercutieron en el fútbol: ganadores y perdedores del espectro nacional
El gran desempeño electoral en la Ciudad de Buenos Aires reposicionó a Matías Lammens: algunos lo postulan como el sucesor, en 2021, de Claudio Tapia, que quiere un segundo mandato
Como la pelota no rodó en todo el fin de semana, los dirigentes del fútbol argentino vivieron pendientes de sus celulares. Sobre todo, los que integran la mesa chica de la AFA. Hubo mensajes de audio, largos llamados y conversaciones que buscaron explicar el abultado éxito de Alberto Fernández. Hubo, también, quienes felicitaron a los que apuntalaron la candidatura de Matías Lammens a Jefe de Gobierno porteño por el Frente de Todos. Lammens supo ser tesorero de la AFA y debió irse por la puerta de atrás, con la mayoría de los clubes de ascenso criticándolo por su gestión. Algunos de los dirigentes que hasta hace unos meses sólo tenían descrédito para el máximo dirigente del Ciclón hoy saludan el 32% de votos que cosechó en la Capital en las PASO, una cifra impensada, incluso para quienes lo encumbraron en su espacio político. Dentro del fútbol, Lammens es el gran ganador de las primarias.
El presidente de San Lorenzo tendió puentes con la Superliga (ocupa una de las vicepresidencias) y, luego de las elecciones, consiguió el apoyo de algunos dirigentes kirchneristas que frecuentan la Casa del Fútbol argentino. A algunos de ellos no les caería mal que en un futuro no muy lejano Lammens ocupe el lugar de Claudio Chiqui Tapia como máximo dirigente del fútbol argentino. La primera oferta le llegó hace casi cuatro años: Macri acababa de ser elegido Presidente de la Nación. Lammens todavía celebraba la primera conquista de la Copa Libertadores en la historia de su club. Le preguntaron si quería ser director general de la Anses macrista. Dijo que no. Y, a través de un intermediario con poder en el fútbol, le ofrecieron el sillón de Grondona. También se negó.
Esos interlocutores con llegada al presidente Macri son los que pasarán a tener menos influencia en el edificio de la calle Viamonte. El principal: Daniel Angelici. En una de las últimas reuniones de la Superliga, el presidente de Boca emplazó a los que se quejaban de que Tapia “hacía y deshacía” a su antojo en la AFA. “Para cambiarlo tenemos que ir. Trabajar. Estar. Y hace seis meses que no vamos”, les respondió el hombre que confirmó su candidatura como vocal en la lista del oficialismo xeneize que llevará como candidato a presidente al actual secretario general, Christian Gribaudo.
Para mantener (algo de) su influencia en la Casa del Fútbol, Angelici precisa tener un cargo en la comisión directiva de Boca. Claro que tampoco tiene ganadas las elecciones en su club. Y todo dependerá de hasta dónde llegue el equipo dirigido por Gustavo Alfaro en esta Copa Libertadores.
El clan Moyano y sus variables
La virtual presidencia de Alberto Fernández (un fanático de Argentinos Juniors) les brinda más poder a los gremialistas preferidos del kirchnerismo: los Moyano. Hugo, el patriarca, ocupa una de las vicepresidencias de la AFA y allí se quedará, tal vez con aún más voz que en los últimos meses. Con él crecerá Pablo Moyano, vicepresidente de Independiente y hombre fuerte de Camioneros, que a comienzos de año le mandó una carta documento a Tapia, su cuñado, por aumentar los ascensos de la B Metropolitana a la B Nacional (hoy rebautizada Primera Nacional), en desmedro del Consejo Federal.
Tapia y Pablo Moyano están distanciados desde hace años, a tal punto que el hijo de Hugo ha tildado al presidente de la AFA de “funcionario macrista”, en alusión a la vicepresidencia del Ceamse, cargo que también ostenta el máximo dirigente del fútbol argentino. Por más que todo quede en familia, un eventual ascenso de Pablo Moyano en la escala de poder del fútbol no será una buena noticia para Tapia.
La AFA elegirá a su nuevo presidente en marzo de 2021. Falta un año y medio, tiempo suficiente para que a Tapia se le presente un candidato opositor. Sobre todo, si un eventual gobierno de Alberto Fernández quiere tener a un hombre propio en la sala de operaciones de la pelota. Aunque es conocida su extracción peronista, en el Frente de Todos no se refieren a Tapia como “uno de los nuestros”. Un detalle importante: en las elecciones de la AFA votan asambleístas elegidos por las diferentes categorías. Sufragan directivos, y no la opinión pública. Ni los hinchas. Una muestra gratis del mecanismo electoral fue el fatídico 38 a 38 de 2015, cuando Luis Segura y Marcelo Tinelli empataron pese a que votaban...75 asambleístas.
Tapia quiere otro mandato
A sus íntimos, el “Comandante” Tapia (así le dice uno de los integrantes de su círculo áulico, Pablo Toviggino, quien es secretario ejecutivo de la presidencia de la AFA y, en rigor, el hombre que maneja el fútbol argentino en nombre de Tapia) les confiesa que quiere ir por un segundo mandato. El estatuto, reformado antes de la elección que terminó ganando en 2017, lo habilita para hacerlo. Ese año no tuvo candidato opositor. Iba a ser Alejandro Marón, expresidente de Lanús y exasesor letrado de la Conmebol. Pero apenas tenía los apoyos de River y San Lorenzo, quienes habían quedado al margen de la coalición que comandaba el entonces presidente de Barracas Central. Ese frente, con aliados de peso como Boca, Racing e Independiente, se llamó “Ascenso Unido”.
Más allá del frente externo que Tapia tiene abierto con la Conmebol y que le significó su salida de la FIFA, el presidente de la AFA se blindó a nivel local. Consiguió que todas las categorías eligieran este año a los asambleístas que él propuso, por lo que la reunión anual para aprobar memoria y balance no aportará ninguna sorpresa y destilará apoyo al líder. Dentro de un año, tal vez la historia sea otra.