Cómo se vive en la calle la inesperada economía tras la devaluación
Desde concesionarios de autos hasta verdulerías y casas de electrodomésticos, todos subieron los precios
Las concesionarias de autos suspendieron sus ventas por orden de las terminales. La palta pasó de $2000 a $3000 el cajón en el Mercado Central. Una casa de indumentaria aumentó automáticamente 20% sus precios, y lo mismo hizo una conocida cadena de electrodomésticos. Son todas postales de la Argentina post-PASO, en la que el salto del dólar marca el ritmo de la vida. El resultado de las elecciones hizo que el dólar se disparara, algo que en estas latitudes solo significa una cosa: el veloz traslado a los precios en pesos de los productos importados o que tienen componentes provenientes del exterior.
Julián está levantado desde las 4 de la madrugada. Tres veces a la semana deja la cama a esa hora para hacer la compra de frutas y verduras en el Mercado Central. Parado en medio de los cajones de su local, en Billinghurst y Güemes, cuenta lo que vivió apenas horas antes: “Todo aumentó un 20%, y más también. Todo. Lo que viene de afuera y lo de acá también. La palta, por ejemplo, pasó de $2000 a $3000 el cajón; ya casi ni vendemos por kilo. Si querés, te vendo una a 70 pesos”, invita.
Fernando La Valle, uno de los dueños de la frutería Libertador, fundada en 1969 y ubicada en Juan F. Seguí 4434, cuenta que los duraznos que vienen de España, por citar un caso, tiene que venderlos a $230 el kilo. “Hubo una suba de precios en todo lo que viene importado, sobre todo la palta, la banana y el ananá. Para que te des una idea, dicen que la banana premium, que llega de Ecuador, se va a ir a $1000 el cajón”, relata La Valle.
El efecto del aumento del dólar llega hasta las operaciones concretadas por Mercado Libre. Gustavo Biondini, un paseador de perros que trabaja en la zona de Recoleta, cuenta su caso. Compró anteayer a la mañana un anafe marca Brogas por $1499, lo pagó y recibió la confirmación y el detalle de su compra, pero la operación no llegó a buen puerto. “Me acaban de mandar un mensaje de cancelación”, subraya. El mensaje dice: “... la empresa Brogas no está