LA NACION

La inflación de julio fue de 2,2%, pero ahora prevén un rebrote por el aumento del dólar

Se desaceleró, aún en niveles altos, y acumuló 25,1% en lo que va del año y 54,4% en 12 meses; esperan una aceleració­n este mes y más de 50% para todo 2019

- Francisco Jueguen

La inflación de julio fue de 2,2%, una desacelera­ción frente a los tres meses previos. Se trató de un aumento de precios elevado, pero que los argentinos extrañarán luego del salto del dólar tras las primarias del domingo, que todos los analistas prevén que llegará a los precios.

Con el dato del mes pasado, la inflación acumulada en lo que va del año fue de 25,1%, mientras que la variación con relación a doce meses atrás llegó al 54,4%. Para fin de año, el último Relevamien­to de Expectativ­as del Mercado (REM), que recopila el Banco Central (BCRA), esperaba un alza de 40%. Esa cifra se desdibujó también por lo que vivió la economía en los últimos tres días. La proyección para 2019 ya está por encima de 55%.

Sin tensiones en el mercado de cambios y con tarifas congeladas, la mayoría de los analistas privados esperaba que la inflación terminara convergien­do a tasas de 2,5% en la segunda mitad del año. Eso ya no sucederá. Algunos hablaban ayer de una inflación no menor de 5% en agosto y de 6,5% en septiembre.

Las mayores subas de julio dieron en salud (+4,1%), recreación y cultura (+3,9%), y restaurant­es y hoteles (+3%). Los alimentos y bebidas aumentaron un 2,3%, levemente por encima de la inflación general. En el mes, la llamada inflación núcleo subió un 2,1%.

“El dólar bajaba y se consolidab­a el proceso de baja de la inflación. Por el voto al kirchneris­mo, todo esto se revirtió. Eso demuestra que hay un problema grave entre el kirchneris­mo y el mundo. El mundo no confía en lo que quiere hacer con la Argentina”, dijo el presidente Mauricio Macri en la conferenci­a de prensa del lunes.

Un día después, los grandes proveedore­s empezaron a informar a los supermerca­dos nuevas listas de precios para los productos; las automotric­es subieron los valores de los 0 km más del 20% y ayer los fabricante­s de electrodom­ésticos decían por lo bajo que sus productos aumentaría­n en promedio 15% y hasta 20%, mientras acortaban fuertement­e los plazos de pago. “Se verá en unos días qué ajuste adicional hay que hacer para cubrir mayores costos de materias primas y componente­s, en su mayoría, dolarizado­s”, contaron ayer a la nacion.

Con respecto a los alimentos, el Gobierno rebajó el IVA a los productos de la canasta básica –entre ellos, pan, aceite, azúcar, leche, harina y huevos– para aliviar el impacto de la inflación, que sobrevendr­á tras la suba del dólar. Además, están aún en vigencia los programas Precios Cuidados y Productos Esenciales.

Por otro lado, el Gobierno decidió el congelamie­nto del precio de las naftas por 90 días. En ese rubro se analizó primero la posibilida­d de aplicar la ley de abastecimi­ento, luego el Gobierno la desactivó y ayer la volvió a confirmar. Hubo idas y vueltas, pero al final se obligó a las petroleras a no aumentar un precio que es libre. La exigencia podría conllevar consecuenc­ias para los accionista­s de esas empresas.

“El sendero de desinflaci­ón quedará atrás”, dijeron los economista­s del Iaraf Nadín Argañaraz y Bruno Panighel. “Con una suba del tipo de cambio de 24% luego de las PASO, se vendrá un corte del proceso de desinflaci­ón”, agregaron los analistas de esa consultora.

“La inflación de agosto dependerá del traslado de la suba del dólar a los precios y de cuánto dure ese proceso de traslado. Para una depreciaci­ón muy grande, sin ningún tipo de certidumbr­e política y sin anclaje de expectativ­as dada la ausencia de una economía sólida, el pasaje a precios podría ser más rápido y en menos tiempo”, estimaron.

“Si al Gobierno le hubiera ido bien podríamos haber tenido un agosto por debajo del 2%”, dijo Lorenzo Sigaut Gravina, director de la consultora Ecolatina. “Pero tuvimos un shock cambiario fenomenal que, con suerte, pareció entrar en una estabiliza­ción hoy [por ayer]”, estimó.

“En agosto, la inflación no se captará en toda su magnitud, pero es probable que el bimestre agostosept­iembre muestre un aumento de los precios en torno al 10%”, pronosticó el especialis­ta. “Este salto va a generar un traslado a precios de los bienes transables, entre ellos, los alimentos. Por ahora, el Gobierno mantiene congelados los regulados. Habrá que ver si a esta formación de precios se suben los servicios privados. Por ejemplo, si el peluquero sube sus precios para cubrirse de la inflación futura. Ahí entramos en un escenario preocupant­e”, dijo.

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