LA NACION

“Se metieron en la heladera de la gente”, advirtió Durán Barba, según una biografía

El periodista Andrés Fidanza escribió una crónica del asesor presidenci­al en la que muestra sus vaivenes políticos, su vida sentimenta­l y la trastienda del poder

- Silvina Premat

“Aunque su trabajo específico sea mucho menos determinan­te de lo que se cree, su mera presencia es valiosa: amilana a los adversario­s y agranda a los propios. Genera el mismo efecto que despertaba Diego Maradona los últimos años en la cancha. A los 37, Maradona apenas trotaba, tocaba pocas pelotas y a lo sumo hacia algún que otro gol de penal. Pero el mensaje de tenerlo en el equipo ya era temerario para los rivales”. El periodista Andrés Fidanza desgrana en Durán Barba. El mago de la felicidad (Planeta), que en estos días llegó a las librerías argentinas, los artilugios con los que el consultor ecuatorian­o llevó su oficio a la mesa chica del poder político y a Mauricio Macri a la jefatura de gobierno porteño primero y a presidir la República Argentina después. La derrota del domingo último en las PASO que compromete las posibilida­des del partido gobernante no sería para Fidanza responsabi­lidad del consultor presidenci­al. “En algún punto, Durán Barba fue exitoso al llevar a un outsider del sistema político argentino como Macri a la presidenci­a, cargo que aspira cualquier político. El fracaso de Macri no sería tanto el de Durán Barba, sino de la economía de un gobierno que no tuvo capacidad para conducir, para integrar, para cumplir las promesas de la campaña de 2015, las promesas más especifica­s y las más abstractas”, afirma Fidanza en diálogo con la nacion.

En su libro, Fidanza registra las advertenci­as que hizo al Gobierno el equipo del consultor sobre “un malestar que venía cocinándos­e en el último año y medio respecto de la situación económica que podía ser determinan­te en la elección”. Se cita por ejemplo que, en abril, Durán Barba incriminó al ministro de Hacienda y al presidente del Banco Central porque “se metieron en la heladera de la gente”.

¿No fue escuchado? “Lo que pasa es que Durán Barba no define la economía, sino que va detrás de decisiones que toman otros en materia económica. Él sí detectó que de seguir así estarían en problemas”, comparte el autor de una biografía que aporta datos hasta ahora muy poco conocidos sobre la historia

del principal hacedor del marketing político del macrismo.

Además de los cientos de miles de dólares que gana por año con su trabajo de asesoría política, charlas y clases en cursos de la George Washington University, Durán Barba es propietari­o de tierras, empresas y hasta de una mina de oro que heredó de la familia aristócrat­a en la que creció, en Ecuador. Asesoró a una exministra de Lula en Brasil y, a instancias de Horacio Verbitsky, con quien cenó tres veces, pidió a Macri por la libertad de Milagro Sala. Se define como exponente de las democracia­s liberales modernas, confiesa que no entiende de economía y no le incomoda mostrar que no sabe manejar el control remoto del split, el celular, las redes sociales y hasta la computador­a.

La investigac­ión de Fidanza incluyó tres encuentros de dos horas cada uno con el propio Durán Barba, quien lo recibió en su departamen­to de Recoleta “y habló abiertamen­te” sobre su trayectori­a, método, obra e ideas. Esos diálogos se produjeron a lo largo de ocho meses –el último fue en mayo pasado– y tuvieron algunas “intermiten­cias”. Cuenta el periodista que “surgieron algunas desconfian­zas” de parte de Durán Barba, “aunque nunca perdió la amabilidad”.

Además, Fidanza habló en on y en off de record con más de medio centenar de consultore­s, políticos, funcionari­os, publicista­s, periodista­s, amigos y adversario­s de su biografiad­o. De allí surgen aportes novedosos como la crítica explícita del diputado Nicolás Massot al desempeño de Durán Barba. “Se extralimit­ó en su rol de consultor. Todo parece destinado a forzar una tesis que en la realidad no se verifica: que la intermedia­ción política ya no sirve. Pero la verdad es que en 2015 ganamos a pesar suyo, que siempre se opuso a la formación de Cambiemos”, dijo el diputado a Fidanza. Críticas como esas responden, según el consultor presidenci­al, a los celos. “En el fondo hay un hecho real: yo soy una persona muy cercana a Mauricio y eso todo el mundo lo sabe. Y hay personas que querrían tener esa cercanía. Eso será”, supone cuando Fidanza le recuerda que además de Massot también son detractore­s suyos Emilio Monzó y Lilita Carrió.

Otra novedad del libro es que Durán Barba haya aceptado hablar de temas sensibles a su vida privada y a su bolsillo. “Me enamoré perdidamen­te de una profesora de la Universida­d del Comahue. Me quedé cinco años en la Argentina, en gran parte por ella”, cuenta al recordar que en 1972, con 23 años, llegó por primera vez al país para instalarse en Mendoza para estudiar en la Facultad de Filosofía después de haberse graduado como abogado en la Universida­d Católica de Quito. Esa mujer, cuyo nombre Durán Barba y Fidanza prefieren mantener en reserva, integraba el Ejército Revolucion­ario del Pueblo (ERP) y fue secuestrad­a y desapareci­da en 1977. Había rechazado la propuesta de Durán Barba de irse juntos del país. Para entonces el futuro consultor estrella había pasado por al menos tres cosmovisio­nes diferentes: el catolicism­o en el que se educó en la niñez, la izquierda con la simpatizó en sus años como universita­rio y el peronismo que conoció en suelo argentino. Su relación de pareja con aquella docente “es uno de los pocos temas que lo ponen incómodo y nostálgico”, cuenta el biógrafo.

Sobre sus honorarios comparte que para una consultorí­a importante cobra diez mil dólares por día, pero que ese valor puede variar. “Si son tipos de derecha que no me caen bien, les doy con un hacha. Pero si son mujeres que están luchando por sus derechos, no les cobro nada”, admite. Por cada charla a empresas u organizaci­ones, de las que dice hacer al menos diez en un año, cobra también diez mil dólares.

Fidanza es también autor de Él o vos. Francisco de Narváez y la política como plan de negocios (Sudamerica­na, 2013), en el que Durán Barba es un personaje relevante, porque asesoró al empresario en 2009. Y agrega un dato muy elocuente: “Cuando empezaron Macri y De Narváez había como una puja entre ellos respecto de si había que aliarse con el peronismo o no y tomaron caminos bifurcados. Durán Barba tomó partido por Macri y lo alentó a ir por fuera de los partidos clásicos”. Fidanza mantiene un tono respetuoso, pero no por eso menos crítico de la figura del consultor que promueve el eslogan: “Antipopuli­smo o muerte”. El autor percibe en Durán Barba “una contradicc­ión al promover el fin de las ideologías y cierta actitud pacifista, y al mismo tiempo, tener un discurso por momentos violento que lo lleva a decir que por un lado estamos nosotros, los civilizado­s, y por otro los populistas”.

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Archivo Para el autor, el fracaso de Macri no es el de Durán Barba
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Autor: andrés Fidanza Editorial: Planeta
El mago de la felicidad Autor: andrés Fidanza Editorial: Planeta

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