Aida Garifullina, la soprano que conquistó el Mundial de Fútbol
La cantante rusa, con más de cuatro millones de seguidores, cantó en la apertura de Rusia 2018 junto a Robbie Williams, y debutará esta noche en el Teatro Colón con un concierto
Ni la más memorable actuación en el mejor teatro de ópera podría rivalizar jamás con la exposición al público que puede dar el cantar en la ceremonia de inauguración del Mundial de Fútbol. Se calcula, según cifras oficiales, que alrededor de 4,3 millones de personas vieron el espectáculo transmitido en directo desde el Estadio Luzhniki en Moscú en 2018. Allí, la soprano Aida Garifullina enamoró al mundo con su voz y su belleza cuando apareció junto a Robbie Williams.
Pero su carrera tiene una historia importante antes de esa aparición (ganó el famoso concurso Operalia en 2013) y ha tenido también un después: es hoy en día una de las voces más solicitadas dentro de la lírica mundial. Ahora llega por primera vez a la Argentina para presentarse esta noche en un único recital en el Teatro Colón acompañada de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires, dirigida por Carlos Vieu. El concierto se transmitirá en vivo desde la página del Teatro Colón.
El mundo de la clásica no escapa de la influencia que pueden ejercer las redes sociales, consideradas hoy como el medio de comunicación más poderoso que existe. Y esta generación de cantantes sabe aprovecharlas para lograr una comunicación mas directa con su público, algo impensado en la época de las grandes divas. “Para la ópera ha sido una gran ayuda, porque a través de ellas resulta más sencillo enterarse de todo lo que pasa y son una manera directa de difundir nuestro trabajo –afirma Garifullina–. Hay gente que me ha escrito desde lugares en los que nunca he cantado para decirme que ven mis grabaciones a través de las redes y que quisieran escucharme en vivo. También sirve para mostrarnos como seres normales que hacemos las mismas cosas que cualquier persona”.
Tener un físico que acompañe al talento es otra gran diferencia con épocas pasadas. Hoy no solo es suficiente tener una gran voz, sino también una presencia que deslumbre en el escenario.
Para Garifullina, esas exigencias van todavía más allá. “Quien quiera hacer una carrera grande, estar constantemente viajando para cantar en los mejores teatros y tener una agenda repleta por cinco años, no solo necesita de la voz y el físico, sino además de otras cien cosas más. La energía que se requiere es mucha y para eso es necesario mantenerse sanos, pero lo más importante es preguntarnos si esto es lo que deseamos, porque vas a sacrificar mucho del tiempo de tu vida familiar. Esto para alguien como yo que viene de Rusia, donde la vida en familia lo es todo, es uno de los sacrificios más duros”.
La ayuda de la tecnología
Su madre, directora de un coro, fue su primera maestra y con apenas cinco años ya la estaba alentando a competir en un concurso televisado. La soprano afirma que la tradición lírica en Rusia es como la del ballet, algo que los acompaña a todos desde la infancia. Por esto fue muy importante recibir la invitación del director Valery Gergiev para unirse al Teatro Mariinsky en 2013, pero no fue sino hasta ganar ese mismo año el primer premio en Operalia cuando se le abrieron las puertas internacionales, recibiendo la propuesta de formar parte de la Ópera de Viena y de grabar para el sello Decca. “A todos los cantantes jóvenes les digo convencida de que es esencial ir a las competencias, así no las ganes, porque el solo hecho de participar te abre un mundo. Cada una representa un reto para la cual te tienes que preparar muy bien y eso deja mucho aprendizaje. En especial Operalia, porque recibir el consejo de Plácido Domingo, no solo en cuanto a la voz, sino también en cómo orientar tu carrera es invalorable. No siempre es fácil conseguir el maestro adecuado (estudió con Siegfried Jerusalem y Claudia Visca), ellos son quienes te dan la técnica vocal correcta y eso es fundamental para un cantante lírico. Aunque soy de las que creen que también el alumno debe de merecer a su maestro, por eso hay que seguir siempre estudiando. A quienes todavía no han podido encontrar uno adecuado les recomiendo buscar en las redes, hay master classes maravillosas de las cuales se puede aprender mucho. Este sería otro ejemplo de cómo la tecnología nos ayuda a todos hoy día”.
2019 ha sido un año de debuts muy importantes para Garifullina: en enero fue el Met de Nueva York; luego, la Staatsoper de Berlín bajo la dirección de Barenboim, y ahora en el Colón. En 2016 tuvo también otro gran debut: el cine. Fue en la película Florence, junto a Meryl Streep (quien estuvo nominada por su papel de cantante de ópera frustrada), y allí le quedó la inquietud por ese mundo, por eso también recibe clases de actuación. “Es muy diferente actuar para una película que sobre el escenario para una ópera. En estas, al ser los teatros tan grandes, es necesario mostrar una gestualidad exagerada para que hasta el que esté sentado en la última fila pueda comprender. En cambio, el cine se centra más en tus emociones, pero hay que saber hacerlo porque cada vez es más frecuente que nuestras apariciones sean transmitidas en vivo y allí hay que saber llegar a través de las pantallas”.
Para Garifullina resulta vital alimentarse de la energía que se crea cuando ofrece un concierto. “Soy una cantante lírica antes que nada, pero en las óperas el contacto es más entre los colegas que comparten el escenario contigo, por eso me interesa también ofrecer recitales y mi sueño es poder seguir haciéndolos, y en el futuro también incluir canciones propias. Es algo para lo que me preparo, aunque todavía no puedo decir mucho”.
El programa tiene un poco de cada uno de los compositores más populares: Verdi, Puccini, Delibes, Leoncavallo, Massenet, e incluye “Ah! Je veux vivre” de Gounod (Romeo y Julieta), un aria fundamental para Garifullina. “Es una canción que siempre me acompaña, es muy alegre y como en la ópera estamos llenos de tragedias y dramas me gusta interpretarla porque vamos a transitar muchas emociones esta noche, pero al final quiero que todos se vayan felices de haber estado allí escuchándome. Por primera vez canto un aria de Mimi (La Boheme), un rol que estrenó este año en la Ópera de Viena. Ojalá pueda volver en un futuro para cantarla completa. Resulta siempre un reto presentarme en teatros en los cuales jamás he estado y más con la historia que tiene este. Estoy preparándoles una sorpresa muy especial a los argentinos”.