Francisco: “No les tengo miedo a los cismas, rezo para que no se den”
El Papa se refirió a una hipotética separación de la Iglesia de EE.UU.
ROMA.– “Yo no les tengo miedo a los cismas. Rezo para que no se den”. Fue una de las definiciones que dio el papa Francisco en la tradicional conferencia de prensa que tuvo en el vuelo de Air Madagascar que lo trajo ayer de su viaje a Mozambique, Madagascar y Mauricio.
Ante una pregunta sobre la posibilidad de un cisma en la Iglesia estadounidense, que se destaca por tener un sector conservador formado por cardenales, obispos, curas, laicos e incluso medios católicos, que suelen atacarlo continuamente, se mostró tranquilo. Y recordó que en la historia de la Iglesia “hubo varios cismas”, entre ellos uno después del Concilio Vaticano I y otro después del Concilio Vaticano II, durante el pontificado de Juan Pablo II, cuando se separaron los lefebvristas (seguidores del obispo ultraconservador Marcel Lefebvre).
“Siempre está la opción cismática en la Iglesia. Es una elección que el Señor deja a la libertad humana. Yo no le tengo miedo a los cismas. Rezo para que no se den, porque está en juego la situación espiritual de tantas personas… Rezo por el diálogo, porque el camino del cisma no es cristiano”, agregó según la transcripción de la conferencia de prensa a más de diez mil metros de altura de Vatican News, el portal del Vaticano.
“Un cisma es siempre un desapego elitista provocado por una ideología desprendida de la doctrina. Es una ideología, quizá justa, pero que entra en la doctrina y la separa... Por eso rezo para que no haya cismas, pero no tengo miedo. Las cosas sociales que digo son las mismas que las de Juan Pablo II. ¡Las mismas! Lo copio. Pero dicen: ‘El Papa es comunista’”, lamentó. “Las ideologías entran en la doctrina y cuando la doctrina se desliza en las ideologías, existe la posibilidad de un cisma”, admitió.
Durante el vuelo de ida hacia África, la semana pasada, al recibir el libro de un periodista francés, Nicolas Seneze, titulado Cómo Estados Unidos quiere cambiar al Papa, que recopila los ataques en su contra de un sector conservador de ese país, Francisco no se mostró preocupado. “Es un honor ser atacado por los norteamericanos”, comentó.
Al referirse nuevamente a esto, Francisco dijo que, en verdad, los ataques no solo vienen de la gran superpotencia. “Las críticas no son solo de los norteamericanos, vienen de todos lados, incluso desde la curia”, afirmó.
Acto seguido, elogió a quienes lo critican de frente y, como ya dijo en otras oportunidades, reiteró que siempre es buena la crítica constructiva. “A mí no me gusta cuando las críticas son por debajo de la mesa, que sonríen y después clavan el puñal por detrás”, aseguró.
“La crítica siempre ayuda, siempre. Cuando uno recibe una crítica inmediatamente tiene que hacer autocrítica y decir ¿es eso cierto o no? ¿Hasta qué punto? La crítica siempre me beneficia. A veces te hacen enojar... Pero hay ventajas”, agregó.
Ante otra pregunta sobre la información del futuro, luego de bromear diciendo que necesitaría “la bola de cristal” para saber cómo será, destacó la importancia de distinguir un hecho de un relato. “Una de las cosas que daña la comunicación, del pasado, del presente y del futuro, es el relato. La comunicación siempre corre el riesgo de pasar del hecho al relato y esto arruina la comunicación”, dijo. “También lo veo en la curia: hay un hecho y da la vuelta y vuelve adornado… No con mala intención, pero pasa”.
De buen humor, dijo que recientemente le contaron el cuento de Caperucita Roja “desde el relato”, que termina “con Caperucita y la abuela haciendo un puchero de lobo”.