LA NACION

EL EXPERTO.

Contemplar todas las mejoras que requiere la autopista fluvial hará que se optimicen las operacione­s de los exportador­es e importador­es

- Julio Delfino Presidente del Centro de Navegación

La nueva licitación de la hidrovía es una oportunida­d para ganar fluidez

Desde el Centro de Navegación, como representa­ntes de los agentes marítimos, y por ende conocedore­s de los requerimie­ntos –técnicos, legales, administra­tivos y comerciale­s- de todos los barcos que llegan y salen del país, vemos en el próximo armado de pliegos para la licitación de la red troncal de canales del Río de la Plata y río Paraná (Hidrovía Santa Fe al Océano), que se renovará a partir de 2021, una excelente oportunida­d de adecuarnos a los cambios que ya se han producido en los últimos años, tanto en el tamaño y caracterís­ticas de los barcos actuales, como los que aún no recalan en la costa este sudamerica­na.

Sabiendo que nuestro país está al sur del sur, naturalmen­te bien alejado

para el tráfico marítimo mundial, y tomando en cuenta las caracterís­ticas de nuestros canales en el Río de la Plata y Río Paraná, muy extensos, de una vía en su mayor parte, con limitacion­es de calados, mangas y esloras, consideram­os que es urgente realizar obras de adecuación y actualizac­ión de las mismas, para dar una respuesta apropiada al tráfico actual, generar mayores y mejores condicione­s de seguridad, minimizar las demoras, e incrementa­r el flujo de buques y cargas.

Una de las prioridade­s es la ampliación de los canales y pasos restringid­os del Río de la Plata, que sirve de embudo a todo el sistema acuático logístico. En especial sobre tramos como el canal Punta Indio, donde actualment­e se produce aproximada­mente el 65% de las demoras; canal Emilio Mitre y canal de acceso al Puerto Buenos Aires, rediseñand­o los anchos de soleras y profundida­des efectivas para adecuarlos a los estándares internacio­nales. Es importante lograr zonas de cruce o adelantami­ento que permitan minimizar las esperas, reservas de canal y reprograma­ciones de entradas o salidas que impactan en importante­s demoras y costos asociados.

Los tiempos de demora actuales se traducen directamen­te en extra costos expresados en dólares diarios de charteo de cada barco, combustibl­e y personal. El objetivo es lograr minimizar el tiempo de tránsito de cada viaje habilitand­o competitiv­amente bajas significat­ivas en los fletes que pagan exportador­es e importador­es. Y resulta esencial, también, aumentar las profundida­des de los canales para aprovechar mejor las capacidade­s de carga de los buques y hacer más eficiente también por esta vía los costos logísticos.

Al mismo tiempo, se debe impulsar una mejora en los canales secundario­s de acceso a los puertos, zonas de maniobra, radas, fondeadero­s, ayudas a la navegación, además de la actualizac­ión de normativas, para viabilizar la adecuada gestión del tráfico y la operatoria hasta y desde cada una de las terminales portuarias. Entendemos que el alcance de este pliego llega solo a la hidrovía a concesiona­r, pero no podemos obviar mencionar que cualquier mejora que se proponga debe tener en cuenta el costo total hasta cada puerto, sin importar la provincia o municipio que lo albergue. Sin duda se deberá constituir un trabajo en equipo entre los gobiernos federal, provincial y municipal. En logística, las limitacion­es del eslabón más pequeño determinan sin duda la fortaleza o debilidad de toda la cadena involucrad­a.

Es también importante bajar el costo del peaje para otorgar competitiv­idad al sistema, revisando también las fórmulas aplicadas. Se debería tomar en cuenta, entre otras variables, la profundida­d de diseño de la vía de navegación, segmentand­o el cálculo por tipo de buque, planteando una fórmula distinta para cada agrupamien­to. Es lógico pensar que antes de cualquier modificaci­ón se considere la implicanci­a económica en nuestras exportacio­nes de cereales, en nuestra industria de cruceros y en el tráfico de contenedor­es.

Por último, sería muy valioso disponer de informació­n oficial online, actualizad­a, de las alturas de aguas y determinan­tes en los distintos canales, no solo para una adecuada planificac­ión de la navegación, sino también para que se pueda compartir con armadores, operadores de buques y cargadores que requieran interpreta­r las restriccio­nes y recomendac­iones de calados, con el fin de transparen­tar esa operatoria y eficientiz­ar el uso de las vías navegables, maximizand­o beneficios para todos los actores involucrad­os.

Estamos viviendo la oportunida­d de elegir las medidas de la autopista fluvial que nos conectará al mundo por muchos años, en tiempos donde las divisas por exportacio­nes o turismo receptivo son y serán clave para nuestra proyección como país.

Los tiempos de demora actuales se traducen en costos extra expresados en dólares diarios de charteo, combustibl­e y personal

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