Un boliche aparece en causas por trata y drogas
En flores. Lo investigaban en tres expedientes sin conexión entre ellos
Primero fue Lulú. Después lo conocieron como Bar Victoria y este año su fachada se presentaba como La San Vicente Vip. Sobre un comercio ubicado en el barrio porteño de Flores se focalizaron en los últimos cinco años tres jueces, varios fiscales, organismos de control porteños y detectives de la por entonces Policía Metropolitana, la Policía Federal, la Prefectura y la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Todos los agentes siguieron diferentes pistas. Unos investigaban la explotación sexual de mujeres, otros directamente la trata de personas, algunos fueron tras la ruta de falsificación de dólares y algunos merodeaban la zona por un llamado anónimo que advertía sobre un potencial contrabando internacional de drogas. Las líneas judiciales avanzaron por separado sin saber que se unían en un punto en común: el local nocturno de Varela 64, quizá el lugar más vigilado en la Argentina.
En los último días se conoció la decisión del Ministerio de Seguridad de la Nación de aumentar a $500.000 la recompensa por datos sobre el paradero de Marcelo Uscheroff, más conocido como “Locatti”. El prófugo se había postulado en 2015 como precandidato a intendente de Tres de Febrero. Sumó 605 votos y perdió la interna con el actual jefe comunal, Diego Valenzuela. El pedido de captura fue emitido por el juez federal Sebastián Casanello a partir de una investigación del fiscal Franco Picardi sustentada por los fiscales de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). En marzo de este año una unidad especializada de la Prefectura especializada en trata de personas capturó a siete sospechosos de explotar sexualmente a mujeres. Uscheroff logró, al menos por el momento, evadirse. Dejó su huella en el expediente judicial en el que se establece la existencia de 64 víctimas desde 2012. Y el centro de la pesquisa de Casanello, la Protex y la Prefectura fue el local de Varela 64.
Los investigadores de esa causa señalaron que ese lugar, con el nombre entonces de Bar Victoria, era la fachada de una red de trata. No fue ese el único expediente en el que aparecía la dirección investigada por los detectives de la Prefectura. En 2014 ese Bar Victoria fue clausurado por la Agencia Gubernamental de Control del gobierno porteño. En ese momento fueron agentes de la Policía Metropolitana -hoy transferidos a la Policía de la Ciudad- quienes realizaron un operativo en Varela 64 y rescataron a 11 mujeres en situación de esclavitud sexual. Pese a ese antecedente, el local pudo volver a funcionar como centro de diversión nocturna y fachada de una red de trata.
Cuando el juez federal Casanello y los agentes de la Prefectura cerraban su investigación sobre la banda de Uscheroff, el local de Varela 64 se había adoptado un aire caribeño. La bachata era el nuevo ritmo en ese lugar que llevaba ahora el nombre de La San Vicente Vip. Ya tenía página en Facebook y cuenta en Instagram para presentarse como el punto de encuentro de dominicanos en Buenos Aires.
Esa firma había sido registrada el 30 de enero pasado por Luis Pérez Mendoza, un ciudadano dominicano que pocos días antes había notificado también la creación de una sociedad para la fabricación e instalación de sistemas de refrigeración. Ambos emprendimientos resultarían una fachada para el lavado de dinero, según determinarían el mes pasado dos investigaciones que avanzaron en paralelo sobre el local de Varela 64.
El 11 de abril pasado, casi inmediatamente después que el juez federal Casanello cerrase la investigación sobre la red de trata en el Bar Varela, en la oficina antidrogas de la Policía de Seguridad Aeroportuaria se recibió un mensaje anónimo. “Hay una gente que se llama Javier Pérez Mendoza y su hermano Luis Eduardo Pérez Mendoza que están mandando personas con la droga a España. Ellos manejan el boliche La San Vicente en la calle Varela [...]. La señora Xiomara Pérez Mendoza, que es la madre de Javier y Luis, el mes pasado hizo un viaje a España llevando la maleta con droga”, fue el aviso que derivó en la interceptación en el aeropuerto internacional de Ezeiza de diez mulas que habían despachado más de 250 kilos de cocaína en un vuelo rumbo a España. Entre el 11 de abril y el 24 del mes pasado, los detectives de la PSA monitorearon a los sospechosos que utilizaban como pantalla al local nocturno de Varela 64. El juez en lo penal económico Pablo Yadarola tenía abierta esa causa sobre el presunto contrabando de drogas efectuado por los dominicanos que figuraban entonces como propietarios del boliche que funcionaba en Varela 64.
Tras ser atrapadas las seis mujeres y cuatro hombres que intentaron llevar la droga a Europa, los investigadores empezaron a buscar nexos para definir la mecánica de reclutamiento de esas personas con carencias económicas. En varios casos habrían sido contactadas esas mulas en el barrio Ejército de los Andes, conocido como Fuerte Apache y ubicado en el partido de Tres de Febrero. Ese era el territorio casualmente de Uscheroff, el prófugo buscado por trata de personas y que supuestamente operaba el local de Varela 64 antes de la llegada de los dominicanos.
Entre la explotación de mujeres de Uscheroff -investigada por Casanello y la Prefectura- y el contrabando de drogas iniciado con un anónimo que apuntaba a los hermanos Pérez Mendoza –seguido por Yadarola y la PSA–, el local de Varela 64 apareció en otro expediente en manos de Ariel Lijo y de la Policía Federal: el operativo Bachata. Fue allanado y clausurado el bar La San Vicente Vip -el que antes supo ser Victoria y Lulú- por múltiples delitos. Se informó que en Varela 64 había explotación de mujeres, narcomenudeo y falsificación de dólares. En menos de seis meses, Varela 64 fue la dirección más registrada en causas judiciales que avanzaron sin saber la existencia de posibles vínculos.