Peregrinación a Luján: caminaron madres que buscan a sus hijos
Las mamás de Sofía Herrera y María Cash, entre otras, encabezaron una campaña de Red Solidaria para encontrar a chicos desaparecidos
La caminata, si el peregrino parte desde el Santuario de San Cayetano, en Liniers, es de casi 60 kilómetros, más de 10 horas a pie, para llegar a la Basílica de Nuestra Señora de Luján. Cada uno le dio un sentido a esa andar que parecía interminable. Un ejemplo fue el de María Elena Delgado, la mamá de Sofía Herrera, que desapareció en Tierra del Fuego cuando tenía tres años y ocho meses. Ella, junto con otras madres de jóvenes cuyos paraderos se desconocen, asistieron ayer a la peregrinación de la virgen.
La propuesta de que las madres formen parte de la marcha de fieles nació de Red Solidaria, la ONG que encabeza Juan Carr. Con la iniciativa se intenta difundir la búsqueda de estas personas. Para eso, se usaron carteles y fotos en las mochilas y remeras de los peregrinos.
“Hay una imagen o un cartel, cada 6000 caminantes”, explicó Carr a y agregó que más de 250 la nacion personas se sumaron a la iniciativa a través de redes sociales.
En Liniers, estaba, además de Delgado, Marisa Olguín, la madre de Bruno Gentiletti, que fue visto por última vez cuando tenía 9 años, hace 22, en Rosario. Una vez que llegaron a Luján, se encontraron con María del Carmen Gallego, la mamá de María Cash, la joven que desapareció cuando tenía 29 años, en 2011.
“Solo nosotras sabemos lo que es sentir que esperás a alguien que no llega durante días, meses, años. La fe es todo. Yo me aferro a Dios y a la esperanza. Voy a buscar a Bruno hasta que me muera. Quiero pedir que el Estado investigue, queremos que se interesen en saber dónde están nuestros hijos”, explicó, entre lágrimas, Olguín.
“Venimos movidas por la fe y por la iniciativa de Juan Carr. Es importante que esto se haga visible, mostramos fotos de mi hija, Sofía, y de otros chicos desaparecidos. La súplica es para que aparezcan, hay más de 70 chicos desaparecidos”, dijo Delgado.
Cerca del mediodía muchos fieles caminaban desde el santuario hasta la Avenida Rivadavia, que estaba salpicada por el agua bendita que arrojaban los sacerdotes y monaguillos.
“Transformar el mundo”
Entre los caminantes también había personajes coloridos, que entendieron que su misión era hacer que el camino de los otros sea más alegre.ese era el caso de Alejandro Pallone, de 63 años. Estaba vestido con un traje de Papá Noel y montado en una bicicleta. Llevaba carteles con reflexiones, a su modo de ver, inspiradoras. También tenía bolsas, cajas y, como, “renos”, según dijo, seis perros malteses que llevaba en un canasto. “Siempre vengo a la peregrinación, antes íbamos con varias personas en muchas bicicletas y, a nuestro lado, unos autos de apoyo. Traigo a los perritos porque a la gente le da mucha alegría verlos. Hoy voy a llegar hasta la curva de Haedo y ahí freno. Las personas están pasando por tiempos complicados, trato de hacerles pasar un lindo momento. La madre de los perritos se llama Sol, luego están Rayos, Centellas, Fipi, Cucú y Okemoi. El 24 de diciembre se convierten en renos”, dijo Pallone.
Otros caminaron solo un tramo del camino, como Civila Herrera, de 84 años, que a paso lento se propuso recorrer 50 o 60 cuadras. Su propósito era pedir por los jóvenes. “Yo ya soy grande, tengo nietos, bisnietos. Me preocupa la juventud, hay mucha droga. Los chicos pobres no tienen recursos para salir de una situación que es muy compleja. Vengo hace años a la peregrinación y todos los días hago una plegaria. También hay una juventud muy pujante y hermosa. Vengo a pedir por ellos, para que puedan transformar el mundo”, argumentó Herrera.
En la peregrinación hubo 40 ambulancias y cerca de 30 puestos de hidratación. Debido a que el cardenal Mario Poli participará en las celebraciones de los 50 años de la creación de la Prelatura de Cafayate (Salta), la misa de hoy a las 7, en la Basílica de Luján, la presidirá monseñor Jorge Vázquez, obispo de Morón.