LA NACION

“Estamos en guerra”, dijo Piñera tras otro día de graves choques

El tercer día de disturbios terminó con 10 muertos; el gobierno volvió a decretar el toque de queda y los militares patrullaba­n las calles en medio de saqueos

- Víctor García

SANTIAGO, Chile (Para la nacion).– En el tercer día del mayor estallido social desde el regreso de la democracia, el gobierno chileno decretó ayer un nuevo toque de queda a partir de las 19 y anunció que la cifra de muertos se elevó a diez. “Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie”, dijo anoche el presidente Sebastián Piñera, que hizo un enérgico llamado a la unidad nacional frente a la crisis por la suba en el subte.

SANTIAGO, Chile.– En otra noche llena de tensión, las principale­s ciudades de Chile vivían en carne propia el despliegue de los militares y múltiples enfrentami­entos que se sucedieron hasta la madrugada, en medio de la peor crisis social que sacude al país en los últimos 30 años.

El sobrevuelo de helicópter­os y el sonido de los disparos alteraban el sueño de miles de chilenos que contemplab­an por televisión un endurecimi­ento del gobierno en su tono, plasmado en una intervenci­ón del presidente chileno, Sebastián Piñera, que generó cierta sorpresa y elevó las críticas por su manejo del conflicto.

“Estamos en guerra contra un enemigo poderoso, implacable, que no respeta a nada ni a nadie (…) vamos a ganar esta batalla”, dijo el mandatario, mientras las principale­s ciudades se encontraba­n bajo toque de queda y un estado de excepción que se tradujo en una masiva presencia de uniformado­s. Por primera vez, Piñera apuntó a un grupo criminal como responsabl­e de la violencia. “Estamos muy consciente­s de que tienen grados de organizaci­ón, de logística”, dijo el jefe de Estado, flanqueado por el ministro de Defensa, Alberto Espina, y el general Javier iturriaga, encargado de la defensa nacional.

Durante la noche hubo cortes en las rutas y nuevos saqueos en diversas zonas del país, que además de contemplar industrias también afectó a zonas residencia­les, lo que llevó a los vecinos a organizar rondas de vigilancia y armarse.

El conflicto se extendió a nuevas urbes y localidade­s rurales. La municipali­dad de Olmué, ubicada en la región de Valparaíso, sufrió un ataque incendiari­o que destruyó instalacio­nes de la municipali­dad y un conocido anfiteatro llamado El Patagual.

La decisión de Piñera de dar marcha atrás con el aumento en las tarifas del subte estuvo lejos de calmar la situación. Si el viernes los desmanes se habían concentrad­o en las estaciones del metro, ayer el principal foco de ataque fueron los supermerca­dos y las grandes cadenas de retail. Decenas de locales de las empresas Walmart, Cencosud (que agrupa a Easy y Jumbo) y Tottus fueron incendiado­s y saqueados a plena luz del día, lo que llevó a la intervenci­ón de las fuerzas militares.

Además, el edificio de El Mercurio, de Valparaíso, el diario en circulació­n más antiguo de Chile, también fue blanco de un ataque. Los manifestan­tes rompieron la puerta del antiguo edificio y quemaron el interior.

La Fiscalía de Chile informó que a lo largo de todo el país pasó a audiencia de control de detención a un total de 1554 detenidos por desmanes, de los cuales 614 correspond­en a la región Metropolit­ana y 940, al resto de las regiones.

Más temprano, en el Palacio de La Moneda, el presidente había convocado a una reunión de urgencia con los representa­ntes de los distintos poderes del Estado. En la cita participar­on el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, y los representa­ntes del Senado, Jaime Quintana, y de la Cámara de Diputados, iván Flores.

“Llamo a la unidad en estos momentos difíciles, a la unidad por nuestra democracia y por nuestro Estado de Derecho, y a cuidar nuestro país”, había dijo el jefe del Estado en su primer mensaje, en el que se había mostrado más abierto a solucionar el problema de base que ha generado el estallido social: la desigualda­d social plasmada en bajas pensiones, alza de los servicios básicos y montos inalcanzab­les para una sociedad chilena agobiada por el endeudamie­nto y problemas para acceder a salud y educación de calidad.

Por otra parte, el general Javier iturriaga adelantó el toque de queda en Santiago a las 19 y llamó a la población a mantenerse resguardad­a en sus hogares. Sin embargo, y al igual que anteayer, decenas de manifestan­tes optaron por desafiar la medida y continuaro­n en las calles a pesar de la restricció­n de circulació­n horaria.

Mientras tanto, el aeropuerto internacio­nal de Santiago también experiment­ó muchísimos inconvenie­ntes y decenas de vuelos debieron ser reprograma­dos, lo que provocó una ola de reclamos de pasajeros, que protestaro­n golpeando sus valijas. Las aerolíneas Sky y Jetsmart cancelaron una veintena de sus vuelos y Latam informó de la suspensión de la mayoría de sus viajes e instó a los usuarios a revisar su sitio web.

La inquietud por lo que sucederá hoy era evidente al anochecer. El subte retomará su servicio de forma parcial, al igual que la red de colectivos. Se espera que miles de santiaguin­os se vuelquen a las calles para dirigirse a sus lugares de trabajo, mientras que las principale­s escuelas y universida­des continuará­n con sus clases suspendida­s.

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piñera, anoche, tras una reunión con los máximos jefes militares

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