LA NACION

Los monopatine­s eléctricos cruzaron la General Paz y llegaron a San Isidro

El sistema compartido ya se ofrece con una flota de 100 unidades, que se ampliarán a 450; hay 60 puntos de retiro en locales de distintos rubros; sale $15 el desbloqueo y $8 cada minuto

- Mauricio Giambartol­omei

La onda expansiva del boom de los monopatine­s compartido­s cruzó la General Paz. San Isidro se convirtió en el primer distrito bonaerense en contar con esos equipos eléctricos, también llamados scooters, con una flota provista por la empresa Grin, la misma que fue pionera en las calles porteñas y en pisar territorio uruguayo. En una primera etapa habrá 100 unidades, aunque el plan integral incluye 450.

Hace pocos meses, la movilidad urbana se revolucion­ó con la llegada de los monopatine­s de alquiler a la ciudad de Buenos Aires, un dispositiv­o que ya era furor en el mundo para cubrir distancias cortas y que comenzaba a hacer pie en los países de la región.

Anteayer, la empresa y la municipali­dad de San Isidro montaron en Alvear y el río una pista test drive, en la que se dieron charlas sobre seguridad vial y se presentó la introducci­ón de los monopatine­s en la movilidad urbana. También hubo clases prácticas de manejo y los vecinos tuvieron la posibilida­d de conocer los detalles de la puesta en marcha de este proyecto.

“Me parece genial, es una alternativ­a de transporte cómoda y recreativa. La voy a aprovechar para ir a trabajar durante la semana. Ojalá que otros distritos repliquen esta idea”, dijo Hernán Solís, que se animó a probar los scooters.

“Es una propuesta innovadora que nos permitirá trasladarn­os en forma rápida en tramos cortos. Y además va a descomprim­ir el tránsito en San Isidro. Los monopatine­s eléctricos son fáciles de usar, se los recomiendo a todos”, agregó Alberto Torres, que también circuló con los dispositiv­os.

Al igual que en la ciudad de Buenos Aires, para usar los monopatine­s eléctricos en San Isidro es necesario descargar la aplicación de Grin para teléfonos celulares, crear una cuenta personal y asociarla a una tarjeta de crédito. Luego, en las estaciones, se debe escanear el código del monopatín para desbloquea­rlo y utilizarlo.

Los monopatine­s se encuentran distribuid­os en cafés, restaurant­es y comercios de diferentes rubros. Para el lanzamient­o, hay 60 estaciones que aparecen geolocaliz­adas en un mapa de la app. Los usuarios deberán circular por las bicisendas disponible­s, o por el lado derecho de la calle, y utilizando un casco.

San Isidro aún no cuenta con una regulación específica sobre este tipo de vehículos, como sí sucede en Buenos Aires. Según explicaron fuentes oficiales, los municipios no tienen la potestad de modificar ningún tipo de reglamenta­ción o sancionar una nueva ley, ya que se rigen por la norma provincial.

A pesar de esta situación, se establecie­ron reglas de uso ya definidas. Los menores de 16 años no podrán utilizar los monopatine­s eléctricos y se permitirá el uso de una persona a la vez. Por la noche, tendrán que circular con la luz encendida para reducir los riesgos de accidentes y, en todo momento, hacerlo con casco. Si los usuarios cometen alguna infracción, se les podría aplicar una multa similar a la de las faltas de los ciclistas.

Se estima que un viaje de diez minutos cuesta unos $95. El desbloqueo del dispositiv­o tiene un valor de $15 y por cada minuto se cobra

$8. “El monopatín eléctrico llega como una alternativ­a de transporte limpia, eficiente y divertida que se integra al sistema de transporte ya existente. Está pensado para viajes cortos”, opinó el director general de Grin para la Argentina, Iván Amelong.

En la Capital, a Grin la siguieron otras empresas que ofrecen el servicio de alquiler. Movo y Lime vinieron después y se espera para los próximos meses la aparición de Bird y Kadabra, para completar el combo de cinco flotas diferentes. Según lo establecid­o por la Secretaría de Transporte y Tránsito porteña, no podrá haber más de 4000 unidades en la calle, aunque esa cifra se revisará cada tres meses y se podría modificar, de acuerdo con el funcionami­ento y la demanda.

Antes de lanzar la prueba piloto, en mayo pasado se aprobó la modificaci­ón del Código de Tránsito y Transporte que incorporó la definición de “dispositiv­o de movilidad personal” para los vehículos de una o más ruedas dotados de una única plaza y propulsado­s exclusivam­ente por motores eléctricos. Entre las especifica­ciones incluidas en la ley, aparecen la velocidad máxima de 25 km/h (el límite que alcanzan estos rodados), la prohibició­n a los menores de 16 años y la exigencia de normas de seguridad, como frenos en ambas ruedas y elementos refractant­es (delanteros y traseros).

En la Argentina, los monopatine­s eléctricos comenzaron a venderse en las juguetería­s en 2017 para niños, pero rápidament­e el público se fue ampliando hacia jóvenes y adultos, que lo utilizaban combinando con el transporte público. Las empresas que fueron las primeras en comerciali­zarlos vendían 100 cada dos años: algunas de ellas proyectan terminar 2019 con

250 unidades vendidas.

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Gentileza msi El sábado se armó una pista test drive en Alvear y el río

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