Macri. Apuntó directo hacia su contrincante y resaltó que el kirchnerismo no cambió
El Presidente criticó a Fernández en cada intervención y lo cuestionó por no haber denunciado “bolsos y valijas”
“No somos lo mismo. Creemos en la república, en la transparencia, en la libertad de prensa”
“El Presidente va a dejar en claro que hay dos modelos y que somos distintos al kirchnerismo”, decía uno de los principales asesores de Mauricio Macri, minutos antes del inicio del segundo debate y a pocos pasos del salón de actos de la Facultad de Derecho.
Desde el minuto uno, el Presidente fue por ese objetivo, escondido hasta última hora por sus hombres de confianza. A diferencia de lo que hizo en el primer debate, Macri apuntó y disparó contra Alberto Fernández, a quien tenía al lado, casi en cada intervención, y también contra Cristina Kirchner, con duras críticas a su gestión, sobre todo en su último período, y con énfasis en los casos de corrupción que la salpicaron.
Su principal rival, que pareció preparado para recibir sus embestidas, le contestó y hasta contragolpeó con fuerza, incluyendo en el contraataque a miembros de su propia familia. Casi sin mirarlo en las más de dos horas que duró el debate, y en un par de ocasiones enojado, Macri le respondió con parecido énfasis, y hasta tomó “prestadas” críticas de otros candidatos, como José Luis Espert, para reforzar su polarización con el candidato del Frente de Todos.
“No cambio para acomodarme y tengo un candidato a vicepresidente que siempre da la cara”, dijo en el inicio, en crítica directa a la expresidenta. A partir de allí, no desaprovechó ningún espacio para fustigar al kirchnerismo y asegurar que seguía siendo lo mismo. Con relación a la seguridad, lo atacó al afirmar que “el kirchnerismo quiso encubrir a los responsables del atentado a la AMIA”. También, cuando lo acusó de “darles gatillo fácil a los delincuentes”. En obra pública, responsabilizó al gobierno anterior de “robarse la plata de las obras” y recordó a exfuncionarios presos, como Julio De Vido o Ricardo Jaime.
Cuando Fernández lo acusaba de mentiroso, Macri bajaba la vista y agregaba alguna anotación. Tampoco permitió que su rival lo ayudara a levantar una hoja que se le había caído en un tramo del debate. La paciencia le duró hasta que Fernández le preguntó si no había visto “la corrupción en el clan Macri”, incluido su fallecido padre, Franco. “Es de muy mal gusto acusar a alguien que no se puede defender”, respondió el Presidente, y enumeró: Lázaro Báez, José López, Antonini Wilson y la efedrina. “Creo que esto ya es goleada”, se entusiasmaba un asesor detrás de bambalinas, vía Whatsapp. Espert lo hizo reír con ganas al pedirles a Fernández y a él que se “abracen” y dejen de “tirarse misiles”. Sin cambiar la táctica ni responderles a los otros candidatos, Macri destacó que Fernández “dijo esta semana y por primera vez una verdad: ‘Cristina y yo somos lo mismo’”, al tiempo que les endilgó a ambos: “No les molesta la corrupción”. Luego de prometer un nuevo debate “en tres semanas”, en referencia a un eventual ballottage, Macri cerró con un agradecimiento a quienes participaron de las marchas del “Sí se puede”. “Vamos a dar vuelta la elección y la historia”, prometió, antes de recordar sobre el final, una vez más, que su rival se había puesto “agresivo”.