LA NACION

El Frente de Todos muestra los dientes

- Florencia Donovan

Si bien aún no hay nombres confirmado­s, muchos en los equipos de Alberto Fernández empiezan a moverse con la soltura de quienes se saben depositari­os de poder. También muestran los dientes ante el empresaria­do, un giro estratégic­o de cara a las negociacio­nes que vendrán si se confirma el resultado de las PASO.

Cerca del candidato del Frente de Todos admiten que, más allá del acuerdo de precios y salarios que podría empezar a negociarse tan pronto comience la etapa de transición –los supermerca­dos esperan ser convocados la semana siguiente a la elección–, la clave estará en las negociacio­nes que se desarrolle­n en Wall Street, con los grandes tenedores de bonos argentinos, y en Washington, con el FMI. “Hay que arreglar rápido lo de afuera”, repiten en el Grupo Callao.

El viernes, Matías Kulfas, referente económico de Alberto Fernández, almorzó con el economista Martín Guzmán, que está de visita en el país y hace ya algún tiempo es de consulta frecuente del Frente de Todos en materia de deuda. Guzmán considera que la reestructu­ración de la deuda privada será “más compleja” que la de otros países. Y da a entender que parece difícil, dada la “restricció­n presupuest­aria” que existe, que la Argentina logre un reperfilam­iento “a la uruguaya”, como en algún momento propuso Fernández.

Una interpreta­ción similar hicieron algunos de los inversores que la semana pasada se reunieron en Washington con Emmanuel Álvarez Agis y Guillermo Nielsen, en el marco de la Asamblea del FMI. “La actitud de los referentes argentinos fue distinta de la que tenían hasta hace algunas semanas. No diría que es mala, pero no fue tan abierta como otras veces”, describió uno.

En Washington no hay consenso sobre la oferta que podría presentar el Gobierno. Los técnicos del FMI, que bregan porque las negociacio­nes con el organismo se den en paralelo con las conversaci­ones con los acreedores privados, consideran que debería haber una quita de capital. No así los funcionari­os del Tesoro. En ambos casos, hay conciencia de que la campaña podría estar nublando las verdaderas intencione­s de los candidatos.

En la capital norteameri­cana no toman por ahora con literalida­d las declaracio­nes de Fernández. Ni siquiera su afirmación de que “Cristina y yo somos lo mismo”.

Vulnerable­s

Así y todo, las pocas declaracio­nes que dejaron entrever lo que podría ser la política exterior del Frente de Todos son cuando menos incómodas para algunos de los accionista­s del FMI. El giro que, dijo Fernández, planea realizar en la política del país hacia Venezuela es un ejemplo. La idea de alinearse con las posturas de México y de Uruguay despierta resquemor en la administra­ción de Donald Trump.

“La Argentina está en una situación muy vulnerable y la relación con Estados Unidos tendrá una gran influencia en lo que haga el FMI –coincide Héctor Torres, que ocupó dos veces la oficina del país en el organismo–. Sin duda en este escenario entrará la relación con Venezuela”. El voto de Estados Unidos en el FMI vale por 16,52% del total, por lejos el accionista de más peso.

Otro frente no menor será el de Brasil. Las relaciones de Fernández con Jair Bolsonaro no arrancaron de la mejor manera, tras el respaldo explícito del candidato al expresiden­te Lula da Silva. El apoyo de Bolsonaro no solo sumaría en una eventual votación del directorio del FMI para un nuevo acuerdo con la Argentina –su voto pesa 2,2%–, sino que también es clave para garantizar la continuida­d del Mercosur.

La relación con el Reino Unido también promete reconfigur­arse. En campaña, Fernández volvió a plantear la discusión por la soberanía de las Malvinas. Habrá que esperar para conocer el alcance de la nueva política. Pero está claro que representa un giro con respecto a la estrategia de seducción a la que había apelado Macri. En su visita a la Argentina como secretario de Asuntos Exteriores, en 2018, el ahora primer ministro inglés, Boris Johnson, había llegado a plantear la posibilida­d de buscar un acuerdo de libre comercio con la Argentina, una vez que se concrete la salida del Reino Unido de la Unión Europea. ¿Iría un eventual gobierno peronista por un acuerdo del Mercosur con el Reino Unido?

Después de las PASO, el sector privado está completame­nte paralizase­ctor do. Pocos quieren arriesgar hasta no conocer cuáles serán las nuevas reglas de juego. Hasta en Vaca Muerta, un negocio que desde el Frente de Todos prometen cuidar, se suspendier­on todos los nuevos proyectos de perforació­n de gas no convencion­al (con la excepción de un caso de la petrolera Total) y lo mismo se estaría replicando en el caso del petróleo.

¿Vuelve el conflicto?

En el empresaria­do no solo pesa la incertidum­bre por lo que vendrá, sino que se percibe una desazón generaliza­da por el fracaso del macrismo. En el Coloquio de IDEA no pocos leyeron con escepticis­mo la ausencia manifiesta de representa­ntes del Frente de Todos, mientras que, la misma semana, varios referentes del espacio dispararon en contra de algunas compañías.

Sergio Massa le apuntó en una entrevista con Alejandro Fantino a la italiana Enel (dueña de Edesur, entre otras) porque “se llevó” los dólares y no hizo más inversione­s. También puso el ejemplo de Autopista del Sol. Mientras que en declaracio­nes en FM Milenium el exministro de Salud Ginés González García le respondió al empresario Claudio Belocopitt (Swiss Medical), quien en la semana se había quejado por los retrasos en los aumentos de las cuotas de las prepagas. “Belocopitt fue un apoyador explícito y brutal de Macri. Prácticame­nte las resolucion­es del las hacía él”, acusó.

Los supermerca­distas y empresas de alimentos prevén una relación más conflictiv­a. Ya se les anticipó que el programa Precios Cuidados tendría menos productos, pero de marcas líderes, las que marcan los precios del resto de cada categoría. También que, como parte del acuerdo de precios y salarios, se buscará que el aumento de precios de la canasta sea siempre inferior al promedio del aumento salarial.

El regreso de una relación asimétrica con el poder político está casi descontado. Está claro, no obstante, que poco le sirvió a Cambiemos en materia de inversione­s mostrarse como un par del empresaria­do. Optimista, el sociólogo Luis Costa cree que hay “una incapacida­d del empresaria­do argentino de ver la oportunida­d”. “Hay un prejuicio de la clase empresaria en contra del peronismo. Entiendo los miedos, pero no se fundamenta­n en los datos. El gobierno que asuma estará 100 veces más necesitado de plata que el de Mauricio Macri. Cualquiera que les lleve alguna inversión, lo van a aceptar. Tienen más oportunida­des de las que creen”, razona.

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