El avance del ecosistema en América Latina y su proyección
La tecnología y los avances digitales, al servicio de la inclusión financiera
Junto con confirmar el rápido crecimiento y consolidación de las fintech en América Latina, el último informe sectorial del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), constata el nivel de interés que este segmento de la economía despierta. En diálogo con la nacion, Gabriela Andradey Mikael Larsson especialista Líder de Mercados Financieros y Senior de Integración y Comercio del BID, respectivamente, analizaron el comportamiento del sector.
“Las inversiones fintech en América Latina y el Caribe han concentrado gran parte de las nuevas inversiones, superando los US$600 millones solo en 2017. Esto presenta una gran oportunidad para la región, donde contamos aún con una gran cantidad de personas –casi la mitad– que no están bancarizadas”, señala Larsson.
Según explica el especialista, en 2018 se alcanzaron US$128 mil millones en inversión en empresas fintech en el mundo. Dentro de los servicios basados en el conocimiento, el sector financiero fue pionero en la utilización de la tecnología para entregar un mejor servicio al cliente, una mejor experiencia al usuario y nuevos servicios a través de soluciones expeditas, rápidas y de manera eficiente a sus clientes. “Hay que destacar que la persona es el centro de la experiencia, y los bancos o entidades financieras son los facilitadores y no los protagonistas”, plantea.
La Encuesta Findex (2017) arrojó que tan sólo el 54% de la población adulta de la región tenía acceso a una cuenta bancaria. “Se trata de una cifra que, aunque todavía reducida, supone una mejora respecto al 39% observado en 2011”, analiza Andrade, y repasa que en 2017 sólo el 12% de la población declaró haber ahorrado en una institución financiera formal, el 9% reconoció haber tomado un préstamo de una institución financiera, mientras se estima que el 61% de la población en la región todavía paga sus facturas en efectivo.
“La alta proporción de la población que actualmente lleva a cabo transacciones en efectivo y utiliza servicios financieros informales, no migrará al sector formal a menos que los productos sean extremadamente fáciles de entender, utilizar y acceder, y contengan una propuesta de valor relevante. Y es aquí donde las fintech hacen la diferencia”, valora Andrade.
Tecnologías y canales digitales han mostrado que permiten reducir el costo de ofrecer productos y servicios a consumidores de la base de la pirámide, lo cual favorece la inclusión financiera. “El índice de startups que han internacionalizado sus operaciones todavía es bajo; un 14% de las empresas de la región operan en más de 10 países”, grafica Larsson. “Su éxito radicará en la importancia de una integración a nivel regional que permita profundizar la consolidación y crecimiento de la industria”, añade.
El BID lanzó a inicios de 2019 la Red Fintech Latam, con el objetivo de contribuir al mejoramiento de las regulaciones financieras y políticas, así como el fortalecimiento institucional de los actores del ecosistema fintech de la región.•