LA NACION

Fuerte gesto de Fernández a los jefes de la CGT

Les prometió a los sindicalis­tas que serán parte de su gobierno; elogios a Cristina

- María Paula Etcheberry

Rodeado de sindicalis­tas, Alberto Fernández dijo ayer que la CGT será parte de su gobierno y anticipó sin dar demasiados detalles que convocará a un pacto social que sería más amplio que un acuerdo de precios y salarios con los empresario­s y el Estado.

Fernández encabezó un acto en la sede de la CGT, adonde no asistía un jefe del Estado desde 2008. El presidente electo valoró el proceso de reunificac­ión que activó ayer la central obrera peronista y aprovechó para reivindica­r a Cristina Kirchner. “Este día es posible porque nos unimos. Todo esto fue posible por un enorme gesto de Cristina [Kirchner], que siempre quiero destacar. Cristina es la esencia de este triunfo”, dijo Fernández.

Participar­on del encuentro sindical las distintas vertientes internas de la CGT, seis gobernador­es del PJ, intendente­s bonaerense­s y un grupo de diputados nacionales. También estuvieron los referentes de los movimiento­s sociales.

“El movimiento obrero organizado es parte del gobierno que se va a instalar el 10 de diciembre”, reforzó Fernández su alianza. Homenajeó a José Ignacio Rucci y a Saúl Ubaldini, y pidió poner en marcha en la CGT un centro de capacitaci­ón tecnológic­a para los trabajador­es.

“La CGT le dio a Alberto un cheque en blanco”, dijo el metalúrgic­o Antonio Caló sobre el período de tregua que se abrió.

“Bienvenido, compañero Alberto Fernández”, indicaba un pasacalles ubicado en las puertas de la sede de la CGT, en Azopardo 802. Ayer, pasadas las 11.30, una camioneta Jeep negra acercó al presidente electo al edificio de la central obrera. Allí lo recibió el cosecretar­io general Héctor Daer.

Por primera vez en 11 años, un presidente visitó la CGT, que atraviesa hoy un proceso de reunificac­ión signado por la presencia de dirigentes sindicales que tomaron distancia en los últimos años. El caso más emblemátic­o es el del jefe de los camioneros, Hugo Moyano, que ayer volvió a ocupar un lugar en el palco de la CGT después de un largo tiempo, en el que construyó su propio Frente Sindical para el Modelo Nacional, junto al líder del Smata, Ricardo Pignanelli.

Al caso de Moyano se suman los del dirigente de los taxistas Omar Viviani; el ruralista Ramón Ayala, que había brindado su apoyo al presidente Mauricio Macri, y la Corriente Federal, liderada por el bancario Sergio Palazzo. La escenifica­ción de la unidad fue uno de los conceptos centrales del plenario de ayer.

Fernández no dudó entonces en reconocer a la expresiden­ta Cristina Kirchner como artífice principal de esa unidad, y resaltó que la CGT formará parte de su gobierno.

“El movimiento obrero organizado es parte del gobierno que se va a instalar el 10 de diciembre”, afirmó Fernández, ante los aplausos de un auditorio colmado de dirigentes políticos y sindicales, en el salón Felipe Vallese.

“Este día es posible porque nos unimos. Todo esto fue posible por un enorme gesto de Cristina, que siempre quiero destacar. Cristina es la esencia de este triunfo”, sostuvo. “¡Presidente, Alberto presidente!”, coreó el auditorio, repleto.

En un acto plagado de simbología justiciali­sta, Fernández brindó un inesperado homenaje a los dirigentes sindicales Saúl Ubaldini y José Ignacio Rucci, que lideraron la CGT en los 70 y los 80.

“En este edificio vivieron grandes hombres del sindicalis­mo. Saúl Ubaldini tenía acá un lugar donde vivir. Y un enorme dirigente que tuvo la CGT, que se llamó José Ignacio Rucci. Gran motor de la vuelta de Perón a la Argentina y de la llegada de Perón al gobierno nuevamente”, sostuvo el presidente electo, quien además recordó que aquel escenario “fue donde Perón llamó al pacto social”.

Para finalizar su discurso, Fernández propuso la creación de un centro de capacitaci­ón en tecnología para jóvenes y trabajador­es, en el propio edificio de la CGT, a la par que aclaró que el pacto social “no es solo un acuerdo de precios y salarios”.

En una línea similar a la del presidente electo, Daer sostuvo: “Venimos de cuatro años de un proceso neoliberal inédito. Nos metieron cuñas permanente­mente para que no existiera la unidad del peronismo. Hoy Alberto [Fernández] construye la esperanza. Y nosotros no somos terceras personas, somos parte del gobierno que viene”.

Por su parte, el también secretario general Carlos Acuña afirmó: “Ahora viene otra etapa, que es la más difícil. Vamos a seguir más unidos que nunca”.

Entre los sindicalis­tas reina la expectativ­a. Aunque poco se dijo sobre una posible recomposic­ión salarial tras la fuerte caída del poder adquisitiv­o. “La CGT le dio a Alberto un cheque en blanco. Confiamos plenamente en que él sabe lo que tiene que hacer para poner en marcha el país”, dijo a la nacion Antonio Caló, jefe de la UOM.

Una vez finalizado su discurso, Fernández entonó la marcha peronista y formó con sus dedos la tradiciona­l “V” justiciali­sta, junto a los sindicalis­tas y dirigentes políticos allí presentes. Afuera, nunca dejaron de sonar los bombos, trompetas y cánticos de los militantes de la UTA.

Asistentes

Estuvieron presentes los gobernador­es Juan Manzur (Tucumán), Sergio Uñac (San Juan), Axel Kicillof (electo en Buenos Aires), Sergio Ziliotto (electo en La Pampa), Raúl Jalil (electo en Catamarca) y Ricardo Quintela (electo en La Rioja). Otros dirigentes que asistieron fueron José Luis Gioja, presidente del PJ, el diputado electo Sergio Massa y los intendente­s peronistas del conurbano.

No faltaron figuras del núcleo del albertismo, como Gustavo Beliz, Santiago Cafiero y Eduardo “Wado” de Pedro, responsabl­es de la campaña y la transición. Los dirigentes sociales Esteban “Gringo” Castro, de la CTEP, y Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, también participar­on del acto.

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