Mujeres en la Iglesia
Recientemente se realizó el sínodo de la Iglesia Católica sobre la Amazonia, importante iniciativa para escuchar la realidad, analizarla y proponer caminos a seguir. Y nos encontramos con que una veintena de mujeres “han podido participar y tener voz… ¡pero no voto!”. Esto es hoy un criterio muy anacrónico. ¿Cómo puede existir una comunidad religiosa en la que los derechos de los varones y mujeres no están igualados? ¿Cómo puede ser que haya instituciones donde la mujer no tenga voto? ¿Acaso las mujeres no tenemos capacidad para discernir, reflexionar y opinar sobre temas tan vitales en un plano de igualdad y consideración con los varones? ¿El Espíritu Santo sopla solo sobre los varones y célibes? ¿Solo ellos pueden elegirse entre ellos para guiar a la Iglesia? Suena fuerte, porque lo es. Difícil de comprender para nosotras. Como madre y abuela, puedo ver que para nuestros hijos y para nuestros nietos esto ya es un tema inconcebible, y me da pena ver cómo, cada vez más, sus valores humanos, tan profundos y auténticos, queden divorciados de la fe y el amor a Jesús y sus enseñanzas porque hoy están atadas a estructuras y pensamientos muy viejos y ya no valorados.
No estoy diciendo nada nuevo, somos muchos los que venimos pidiendo un cambio radical en nuestra Iglesia. Pero no terminamos de decirlo firmemente. Queremos una Iglesia que refleje la dignidad de todos y cada uno, pero en los hechos, una comunidad de iguales, solidaria, donde todos puedan tener voz y voto. Queremos elegir entre todos a quienes nos conducirán, sean varones o mujeres, jóvenes o viejos, célibes o casados, porque lo que necesitamos es que esas personas transmitan e irradien en sus propias vidas el mensaje de Jesús. Angie Fernández Mouján
DNI 13.417.917