LA NACION

Un ajuste inevitable en Estados Unidos,

- por Enrique Erize

Manejar los “tiempos del mercado” ha sido una muletilla muy utilizada en este espacio. Todo pareciera indicar que hoy es la consigna del momento. El productor argentino enfrenta en estos días una coyuntura sumamente compleja. a punto de cosechar trigo y sembrando o por sembrar los cultivos de cosecha gruesa con un cambio de gobierno de por medio. Mientras tanto, no puede descuidar su atención sobre lo que sucede en el mercado internacio­nal granario, toda vez que la marcada estructura­lidad exportador­a que caracteriz­a a nuestro país en la materia genera una dependenci­a que no se da en países competidor­es.

así las cosas, el productor tiene dos frentes abiertos. a la hora de evaluar las “señales externas” es importante considerar que, siendo chicago la plaza de referencia, las cotizacion­es en EE.UU. están siendo muy influencia­das por el hecho de que en dicha nación están en plena cosecha. Esto es, los silos se están llenando de maíz y de soja. Por tal motivo, la discusión sobre el volumen final de la producción estadounid­ense en esta campaña (gran tema) pierde relevancia en la evolución de los valores en el muy corto plazo. Se suma a ello que los fondos especulati­vos, actores claves en chicago, también

“deben” responder a sus inversores con resultados en plazos perentorio­s. El “track record” (resultados de sus movidas) normalment­e es evaluado en cortos períodos de tiempo.

Es por las razones enumeradas que resulta muy difícil asistir a un rally de precios en el último cuatrimest­re de cualquier año. Es el “timing” del mercado al cual nos referimos en nuestra anterior nota. Teniendo en cuenta que “chicago queda en EE.UU”, son momentos en los cuales la oferta supera a la demanda y tranquiliz­a a los compradore­s. Nadie puede, por razones vinculadas con su capacidad de almacenaje e incluso con su capacidad financiera, nutrirse de sus necesidade­s de todo el año en los meses de cosecha. además, todos los integrante­s de la cadena comercial de un producto agrícola son intermedia­rios. con la sola excepción del productor, todos los demás “pueden” trasladar costos a la siguiente instancia.

En nuestra opinión, el hecho de que el productor argentino esté a “contraesta­ción” de los grandes actores de chicago (los “farmers” estadounid­enses y los compradore­s que abastecen el mercado interno en dicha nación) es una ventaja importante. cuando aquí sea imprescind­ible vender la nueva cosecha gruesa, las cotizacion­es habrán mejorado. El factor absolutame­nte clave para los valores en chicago es el balance de oferta y demanda estadounid­ense y el verdadero “termómetro” es la relación stocks/consumo en dicha nación. Pues bien, dicho indicador va camino a un ajuste negativo indefectib­lemente. La magnitud del mismo se puede discutir, pero los años calendario­s en los que ello se verificó en forma significat­iva (1996, 2004, 2008 y 2012/13) las cotizacion­es experiment­aron alzas de duración relativame­nte acotada (entre un mes y tres meses) y de entre 50 y 100%. a medida que avancemos en el calendario se sabrá la real magnitud del ajuste de la presente temporada. Probableme­nte no se asimile a la de los años consignado­s, pero con algo menos los números se pondrían más que interesant­es. Pregunta, por si acaso: ¿puede que no haya ajuste en las reservas estadounid­enses? Por los retrasos en la siembra y los avatares climáticos del presente año en EE.UU. pareciera que cierto ajuste sería irreversib­le.

En semejante contexto, resta conocer las intencione­s del nuevo gobierno aquí en nuestro país. Versiones hay muchas y muy variadas. Es de esperar que no se vuelva a recetas que han evidenciad­o ser negativas para la evolución del sector más dinámico y competitiv­o del país.

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