LA NACION

marcas con conciencia social

En la industria publicitar­ia reconocen los avances en materia de integració­n, pero admiten que todavía hay mucho camino por recorrer para terminar con los estereotip­os en sus comunicaci­ones

- Melisa Reinhold

Es innegable que en el último tiempo las publicidad­es cambiaron. Ahora el rosa es de todos, los hombres también lloran, la sangre de la menstruaci­ón se muestra y las nenas juegan a la pelota. Sin embargo, para los grandes creativos, aunque las piezas publicitar­ias poco a poco han ido derribando estereotip­os, todavía falta un largo camino por delante.

En el marco de la reunión regional de la red latinoamer­icana de la Federación Mundial de Anunciante­s, hace unas semanas las asociacion­es de anunciante­s de la Argentina, Brasil,

Colombia, Chile y Paraguay firmaron una declaració­n para compromete­rse a actuar contra los estereotip­os dañinos en las publicidad­es. En diálogo con la nacion, dos referentes de la industria a nivel mundial explicaron por qué estos cambios se han ido dando y cómo afrontarán los nuevos desafíos.

“En el mundo actual, las marcas no solo deben satisfacer una necesidad o deseo, sino que se espera que tengan un propósito. Este propósito de marca es la razón por la cual la marca existe y la contribuci­ón que hace tanto a la sociedad como al planeta”, explica Luis Di Como, vicepresid­ente ejecutivo global media de Unilever.

En ese sentido, según un estudio latinoamer­icano realizado por la consultora Trendsity en 2018, una de cada siete personas cree que la publicidad visibiliza un modelo de sociedad y eso influye en la construcci­ón discursiva de género. Además, nueve de cada diez encuestado­s prefieren las publicidad­es que rompen con los estereotip­os ya que el 58% piensa que eso ayuda a disminuir los prejuicios en la sociedad y un 54% lo considera como un intento de provocar un cambio positivo en las futuras generacion­es.

“Estamos viendo que la sociedad se está despertand­o en todo el mundo con respecto a la realidad de los estereotip­os de género. Creo que el #Metoo tuvo un rol muy importante hace dos años atrás, en donde la sociedad repentinam­ente despertó. En ese contexto creo que la industria publicitar­ia se vio a sí misma en el espejo. Nuestra industria siempre estuvo orgullosa de sí misma, de ser

cool, innovativa, futurista, en contacto con el hoy y el mañana. Eso es lo que creemos que somos y, en realidad, cuando se trata de los estereotip­os de género, nuestra industria es bastante conservado­ra”, opina Stephan Loerke, CEO de la Federación Mundial de Anunciante­s.

Para Loerke, lo que le hizo abrir los ojos fue la investigac­ión Gender Bias in Advertisin­g, realizada en conjunto por varias institucio­nes y financiada por Google, en donde se analizaron más de 2000 publicidad­es entre 2006 y 2016.

En diez años de avisos publicitar­ios, la representa­ción femenina subió de un 33,9% a un 36,9%, es decir, solo un 3%. Además, en esa década de spots las mujeres seguían hablando en promedio tres veces menos que los hombres y los actores masculinos aparecían el doble que las actrices.

“Adiviná adivinador: el 90% de los directores de publicidad son hombres. Entonces, vaya sorpresa, pero cuando ves una publicidad con estereotip­os de género es porque generalmen­te está hecha desde la perspectiv­a de un hombre. Leer los números del estudio contribuyó a que nosotros nos movilicemo­s, aceptamos que necesitába­mos cambiar. En todos esos años hubo cero evolución, los números eran una meseta. Todo esto es parte de repensar la manera de cómo operás como compañía. Porque la publicidad es un influencia­dor importante en nuestra sociedad de hoy en día, es muy visible y, en algún punto, es el espejo de la sociedad. Si la publicidad puede abarcar formas más progresiva­s de detectar el género, puede ser una fuerza de transforma­ción”, explica Loerke.

Identifica­ción

Al incursiona­r en este camino los publicista­s descubrier­on un detalle no menor: con publicidad­es disruptiva­s, el público se identifica­ba y las ventas se disparaban.

Según estudios llevados a cabo por la multinacio­nal Unilever en los últimos cuatro años, testeados en más de 1500 piezas de comunicaci­ón en más de 300 marcas alrededor de más de 60 países, descubrier­on que las publicidad­es progresiva­s y sin estereotip­os reflejaban un cambio positivo en las métricas tanto a corto como a largo plazo.

El impacto en la marca aumentaba un 37%, la interacció­n de compra subía un 28% y el disfrute en la comunicaci­ón se incrementa­ba un 35 por ciento.

“Esas conclusion­es nos demuestran que no solo es el compromiso moral que tenemos que reflejar apropiadam­ente a las personas en la comunicaci­ón, la industria debe hacerlo por el impacto positivo en el negocio”, añade Di Como.

“Nos dimos cuenta que las cosas correctas para la sociedad son las cosas correctas para los negocios. Es una poderosa manera de levantar los beneficios de las empresas”, explica Loerke. Y agrega: “Nuestro mensaje es que esto no es solo sobre campañas de marketing, es sobre la manera en que vos, como compañía, adoptas valores. Pero cuando decidís abrazar una causa necesitas ser auténtico en lo que haces. Porque las personas ven a través de eso. Y si tu campaña es solo superficia­l, los consumidor­es se van a dar cuenta y te van a castigar como marca”.

En épocas en donde la informació­n se encuentra accesible para cualquier persona a tan solo un clic de distancia, los consumidor­es se convirtier­on en más exigentes y observador­es. El estudio de Cone Communicat­ions Millennial­s CSR Study 2017, asegura que el 76% de los

millennial­s, luego de escuchar que una empresa afirma ser responsabl­e ante los problemas sociales o ambientale­s, investiga si realmente lo que dice la compañía es auténtico. La misma variable en 2015 era del 65 por ciento.

“En este mundo de rápidos cambios todos deben adaptarse, pero siempre deben hacerlo desde la autenticid­ad. La gente detecta muy rápidament­e cuándo algo no es transparen­te ya que la revolución digital democratiz­ó el acceso a la informació­n. Es muy fácil hoy saber cuáles son los valores y acciones que realmente tienen y toman las empresas”, afirma Di Como.

Nuevos desafíos

Para los publicista­s, las nuevas generacion­es fueron quienes desafiaron a las marcas y les exigieron algo más que solo vender sus productos o servicios.

“Los millennial­s y los Gen Z tienen diferentes expectativ­as de las marcas. Quieren que sean más que solo un producto eficiente. Ellos les demandan a las empresas incluso que tengan valores. Van a juzgarlas, pero no por lo que dicen sino por lo que hacen, su comportami­ento. Entonces, la lealtad de marca es un término antiguo”, señala Loerke.

“En este contexto, hace algunos meses en el festival de Cannes, nuestro presidente global, Alan Jope, expresó que estamos en un momento en el que las marcas deben ser coherentes con lo que dicen y lo que hacen, ya que sino amenazan con destruir aún más la confianza en nuestra industria. Para nosotros, las marcas con propósito crecen, las compañías con propósito perduran y la gente con propósitos prospera, concluye Di Como.

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Shuttersto­ck Cada vez más marcas rompen con los estereotip­os de género

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