El Papa inició su cuarta gira por Asia con visitas a Tailandia y Japón
Busca alentar a la pequeña minoría católica de ambos países, de mayoría budista, impulsar el diálogo con otras religiones y promover la paz
ROMA.– Siendo un joven jesuita, Jorge Bergoglio soñaba con ir de misionero a Japón. Pero, como cuentan sus biografías, eso no pudo ser. Una pulmonía violenta que sufrió a los 21 años y culminó con la extirpación de una pequeña parte de su pulmón izquierdo hizo que su superior de ese momento, el padre Pedro Arrupe –conocido por haber sido testigo del bombardeo atómico sobre Hiroshima–, considerara no recomendable que ese joven novicio argentino viajara tan lejos.
Quizá gracias a esa decisión el exarzobispo de Buenos Aires llegará este sábado a Japón no como misionero, sino como papa, en una gira que emprendió ayer que lo llevará primero a Tailandia. El fin de este viaje –el 32º de su pontificado– es alentar a la pequeña minoría católica de estos dos países, de mayoría budista; impulsar el diálogo con otras religiones, y promover la paz, a través de un llamado a la eliminación de armas nucleares.
“Usar armas nucleares es inmoral”, sentenció el Papa en un videomensaje que envió en vísperas de su viaje a Japón. “Vuestro país es muy consciente del sufrimiento causado por la guerra. Junto con ustedes, rezo para que el poder destructivo de las armas nucleares no vuelva a desatarse nunca más en la historia humana”, también dijo Francisco, que volverá a abogar por el desarme nuclear cuando visite el domingo próximo Nagasaki e Hiroshima, las dos ciudades de Japón arrasadas por bombas atómicas, el 6 y el 9 de agosto de 1945, al final de la Segunda Guerra Mundial.
El cuarto viaje del Papa a Asia –después de haber visitado Corea del Sur, en 2014; Sri Lanka y las Filipinas, en 2015, y Myanmar y Bangladesh, en 2017– comenzará en Bangkok, donde aterrizará hoy, a las 12.30 hora local, después de un vuelo de 11 horas y media desde esta capital. Será su primera visita a Tailandia, un país de 69 millones de habitantes ya visitado por san Juan Pablo II en 1984, donde hay solo 389.000 católicos. Allí se celebra el 350º aniversario del establecimiento del vicariato apostólico de la misión de Siam, la primera jurisdicción católica de lo que después se convirtió en Tailandia (“tierra de los libres”), ya que es la única nación del sudeste asiático que no sufrió ninguna dominación colonial, pese a haber tenido estrechos lazos comerciales con ingleses y holandeses.
Hoy tendrá en el aeropuerto una ceremonia de bienvenida sin discursos y luego se trasladará a la nunciatura, donde el resto de la jornada descansará del largo viaje y se ajustará a un distinto huso horario (seis horas de diferencia con Roma). Recién mañana comenzarán las actividades. Entonces, el Papa se reunirá con el primer ministro del país y tendrá su primer discurso ante autoridades, y miembros de la monarquía y del cuerpo diplomático. Hablará en español, según adelantó el Vaticano, y tendrá como traductora para toda la escala tailandesa a sor Ana María Sivori, una prima segunda de él, de 77 años, que es monja en Tailandia desde hace 50 años. Probablemente en su primer discurso el Papa hablará de la desigual distribución de la riqueza que hay en este país, que en las últimas décadas tuvo un fuerte crecimiento, que lo convirtió en un “tigre asiático” debido a inversiones extranjeras y mano de obra barata, pero aún tiene graves problemas sociales pendientes. Tailandia también es un país que ha estado bajo los reflectores de la agencias internacionales y de las organizaciones de los derechos humanos por los fenómenos relacionados con la trata de personas y el turismo sexual, temas que seguramente serán abordados.
Como más del 90% de la población es budista, el Papa también se reunirá con el patriarca máximo de los budistas, con el rey Maha Vajiralongkorn, Rama X, celebrará una misa y visitará un hospital católico. Pese a que los católicos representan menos del 1% de la población, la Iglesia es importante en Tailandia porque maneja centenares de colegios y decenas de hospitales, clínicas y centros para ancianos y huérfanos. El viernes estará totalmente dedicado a eventos religiosos: Francisco visitará el santuario en honor al primer sacerdote mártir del país, el beato Nicolas Bunkered Kitbamrung, se reunirá con sacerdotes, religiosos, monjas, seminaristas y catequistas; con los 15 obispos del país, con los miembros de la Compañía de Jesús; con los líderes de otras religiones en la Universidad Chulalongkonr, el ateneo más antiguo y volverá a celebrar una misa ante jóvenes en la catedral de la Asunción de Bangkok.
Al día siguiente, se despedirá de Tailandia, y después de seis horas de vuelo aterrizará en Japón. Para Bergoglio será la segunda vez en ese país, en el que estuvo en octubre de 1987 para visitar a los jesuitas argentinos que había enviado allí siendo provincial en su madre patria.