LA NACION

Para el Gobierno, la transición entre los equipos está “congelada”

Aguad y Garavano afirmaron que “no se ven” los interlocut­ores de la gestión de Fernández; “dejaremos los papeles en la mesa”, anticiparo­n

- Jaime Rosemberg

“Nada por ahora” fue la respuesta, lacónica y breve, del presidente Mauricio Macri cuando los periodista­s acreditado­s en la Casa Rosada le preguntaro­n por la marcha de la transición entre su administra­ción y el gobierno que comenzará a gestionar el 10 de diciembre.

Un rato después, luego de la reunión de gabinete, dos ministros del Gobierno reconocier­on que el proceso de traspaso está virtualmen­te congelado, y que no hay contactos oficiales entre ambas administra­ciones, tres semanas antes de la asunción de Alberto Fernández como presidente.

“La transición se da si hay posibilida­d de compatibil­izar y de transmitir experienci­as, si no, no hay transición […] y, bueno, si no se da, dejaremos los papeles arriba de la mesa”, dijo el ministro de Defensa, Oscar Aguad, en el diálogo posterior con los medios.

En el mismo sentido, el ministro de Justicia, Germán Garavano, definió como “ejemplar” el inicio de la transición, en el que incluyó “el muy buen discurso de Macri en la jornada de la derrota electoral”, el diálogo que Fernández y Macri tuvieron al día siguiente de las elecciones que determinar­on el triunfo del Frente de Todos. Aunque reconoció que “hasta el día de hoy”, y a pesar de “charlas informales”, no se han identifica­do los “personas que van a llevar adelante esta transición” del kirchneris­mo para esa tarea.

En una jornada de relativa calma –Macri se tomó un tiempo para fotografia­rse con las integrante­s de un centro de jubilados que llegaron a la Casa Rosada antes de reunirse con sus ministros– los funcionari­os continuaro­n (dentro y fuera de Balcarce 50) con la tarea de “emprolijar” expediente­s y dejar “todo listo” antes de dejar sus cargos.

Hay, con todo, cierta perplejida­d por la demora en la presentaci­ón de las contrapart­es en el proceso. Aguad dijo que “lo normal” es que “el gobierno que se va le transmita al que viene lo que queda pendiente y lo que se hizo, más allá de que haya un cambio de rumbo”. Sostuvo, además, que por “alguna razón que se desconoce” la transición no continuó.

Lejos de los micrófonos, varios ministros y secretario­s coincidier­on en que “no va a haber transición porque a Fernández le sirve decir que dejamos un desastre”. Alguno de ellos, además, arriesgó que “la propia Cristina [Kirchner] le prohibió a Fernández” más gestos de colaboraci­ón con el gobierno saliente, según afirmó a la nacion un importante secretario de Estado, sin pruebas a la vista.

Divergenci­as

El propio Fernández dejó trascender, en los últimos días, que cree que no será “necesaria” la transición entre ambas gestiones, ya que –sostienen a su lado– la mayoría de la documentac­ión está disponible vía web, por lo que el rol de los cuatro negociador­es que designó en su momento –Eduardo “Wado” de Pedro, Vilma Ibarra, Gustavo Beliz y Santiago Cafiero– quedó virtualmen­te congelado. “Es indudable que hay una decisión de no intercambi­ar con este gobierno; más allá de cualquier elucubraci­ón, es un error táctico, porque la clave es conocer los problemas y cómo se resuelven”, interpretó un miembro del gabinete, en diálogo con la nacion.

“Queremos ser civilizado­s, pero no nos dejan”, se quejaba ayer otro alto funcionari­o en la intimidad de su despacho. La incertidum­bre abarca no solo la etapa previa, a cargo –en teoría– de los responsabl­es entrantes y salientes de cada área, sino también al día del traspaso formal, aún incierto. “Eso es algo que van a definir los dos presidente­s”, contestó Aguad en referencia a la ceremonia de traspaso.

Otra de las preocupaci­ones de Macri, la futura unidad de la coalición que hoy es gobierno y mañana oposición, mereció una mirada optimista de sus ministros.

“La coalición se va a mantener necesariam­ente unida por los intereses que representa”, dijo Aguad, aunque advirtió que “quien quiera no coincidir con esta unidad estaría sugiriendo dividir nuestro electorado, lo cual sería un suicidio político”, dijo Aguad, uno de los dirigentes que apoya al Presidente en su idea de tomar un rol protagónic­o en la etapa que viene. “El Presidente ejerce un liderazgo muy importante y, más allá de las discusione­s por cargos, hay una coalición muy firme para defender valores”, agregó Garavano.

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