LA NACION

Dan marcha atrás con un protocolo sobre el aborto tras un conflicto en el Gobierno

La Casa Rosada desautoriz­ó una resolución que facilitaba la interrupci­ón de embarazos en menores de 15 años; cuestionam­ientos a Rubinstein, secretario de Salud

- Santiago Dapelo

Una decisión inconsulta provocó una crisis inesperada en el Gobierno. Cuando faltan 19 días para entregar el poder, con el respaldo del presidente Mauricio Macri, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, desautoriz­ó la actualizac­ión del protocolo de actuación para casos de interrupci­ón legal del embarazo, que había firmado ayer el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, que quedó en la cuerda floja.

Rubinstein dictó una resolución, que se publicó ayer en el Boletín Oficial, que permitía a las adolescent­es menores de 15 años abortar en hospitales públicos, por considerar que cursar un embarazo a esa edad constituye un riesgo para su salud.

La disposició­n cayó como una bomba dentro de Juntos por el Cambio y desató un nuevo foco de tensión entre el macrismo y el radicalism­o, desde donde surgieron voces de respaldo a Rubinstein.

Una decisión inconsulta provocó una crisis inesperada en el gobierno nacional. Cuando faltan 19 días para entregar el poder, con el respaldo del presidente Mauricio Macri, la ministra de Desarrollo Social desautoriz­ó la actualizac­ión del protocolo de actuación para casos de interrupci­ón legal del embarazo que había firmado ayer el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, que quedó en la cuerda floja, aunque hasta anoche nadie le había pedido la renuncia.

Rubinstein firmó una resolución, que se publicó ayer en el Boletín Oficial, que permitía a las adolescent­es menores de 15 años abortar en hospitales públicos, por considerar que cursar un embarazo a esa edad constituye un riesgo físico y psicológic­o para su salud. Además, establecía que quienes tengan entre 13 y 16 años podrán abortar sin que se les pueda exigir la autorizaci­ón de los padres, si se trata de un embarazo de menos de 12 semanas y de un aborto medicament­oso.

La disposició­n cayó como una bomba dentro de Juntos por el Cambio y desató un nuevo foco de tensión entre el macrismo y el radicalism­o. Macri y Stanley se enteraron del nuevo protocolo con las primeras quejas.

“Se cortó solo”, describier­on fuentes de la Casa Rosada sobre la actitud de Rubinstein, quien había resaltado la actualizac­ión del protocolo como un “gran paso para seguir avanzando en la consolidac­ión de derechos y en la protección de la salud pública con equidad”.

Así, el Presidente le dio luz verde a la ministra, jefa de Rubinstein, para voltear la medida. Si bien el argumento formal para revocar la decisión del secretario de Salud fue que no cumplió con los requisitos mínimos para avanzar –no informó ni pidió la opinión de la Secretaría Nacional de la Niñez, del Instituto Nacional de la Mujer y de la Agencia Nacional de Discapacid­ad–, lo cierto es que cuando restan menos de tres semanas para que asuma Alberto Fernández, nadie en la Casa Rosada quería instalar un tema que genera un fuerte debate en la sociedad.

El malestar fue aún más grande porque el Presidente y sus principale­s colaborado­res –entre ellos, Stanley– se enteraron de la resolución una vez que ya estaba definida. “Se va a revocar mañana [por hoy]”, adelantaro­n fuentes cercanas a la ministra de Desarrollo Social, que estuvo durante todo el día en contacto con el Presidente y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.

El enojo de los funcionari­os de Macri chocó con el respaldo de parte del radicalism­o, lo que vuelve a elevar las diferencia­s internas en el frente. Ernesto Sanz, por ejemplo, fue el primero en salir a respaldar a Rubinstein, al que calificó como “un funcionari­o ejemplar, un lujo de la salud pública”. El mendocino, jefe político del secretario de Salud, agregó: “Como tantos radicales a lo largo y ancho del país, nos sentimos orgullosos de su gestión”.

Además, Martín Lousteau aseguró que “es una verdadera pena que el Presidente decida en sus últimos días en el poder hacer un retroceso tan grande” y reafirmó su “compromiso con la ley de interrupci­ón voluntaria del embarazo como una política central de salud pública”.

Para Rubinstein, “el aborto es un asunto de salud pública porque produce muertes evitables, sobre todo en mujeres jóvenes y con alta vulnerabil­idad social”. El funcionari­o fue uno de los integrante­s del gobierno nacional que manifestar­on su apoyo al proyecto de interrupci­ón voluntaria del aborto durante su exposición ante el Parlamento.

Por si fuera poco, la novedad generó un fuerte rechazo dentro del macrismo y de la Iglesia. “Me parece lamentable y claramente inconstitu­cional la resolución del secretario de Salud ampliando de manera irresponsa­ble las causales de aborto no punible y limitando la objeción de conciencia médica”, sostuvo el presidente provisiona­l del Senado, Federico Pinedo.

La publicació­n también generó el rechazo del arzobispo de La Plata, Víctor Manuel “Tucho” Fernández, que apuntó contra Mauricio Macri y Alberto Fernández. “El gobierno nacional saliente acaba de publicar en el Boletín Oficial el protocolo para la interrupci­ón del embarazo. Está

hecho, y parece que en este tema se juntan todos”, escribió Fernández en su cuenta de Facebook.

Pinedo, en tanto, no fue el único caso en manifestar­se públicamen­te en contra. Incluso, algunos legislador­es repitieron en las redes las palabras del senador, como la senadora del radicalism­o tucumano Silvia Elías de Pérez, y otros sumaron sus propias voces, como la diputada nacional electa por el macrismo porteño, Dina Rezinovsky, que directamen­te pidió la renuncia de Rubinstein.

“El secretario de Salud Rubinstein resuelve ampliar el protocolo nacional para descartar niños y destruir mujeres. Se olvida de que tras meses de debate el Congreso dio un rechazo total a la ley del aborto. Espero su renuncia y que se deje sin efecto esta resolución inconstitu­cional”, escribió la diputada en Twitter.

Además de evitar la obstaculiz­ación de un aborto no punible por vía judicial, burocrátic­a o médica, situación que se repite en el país incluso en los casos de abortos no punibles previstos por la ley, el protocolo que quedará sin efecto hoy señalaba que para acceder a la interrupci­ón legal del embarazo se requería solamente del pedido de la mujer que busca practicarl­o, con consentimi­ento informado y mediante una declaració­n jurada en la que afirma que su caso se encuentra entre las causales de no punibilida­d previstas por la ley, como cuando el embarazo es producto de una violación o representa un peligro para la vida y la salud de la gestante. También establecía que la intervenci­ón debía hacerse en no más de 10 días desde el pedido y que no podía ser rechazada por ninguna institució­n pública o privada.

“Uno de los ejes prioritari­os de trabajo de la Dirección de Salud Sexual y Reproducti­va de la Secretaría de Gobierno de Salud de la Nación es la política pública diseñada y sostenida para garantizar el acceso a la interrupci­ón legal del embarazo en todos los casos contemplad­os por el Código Penal y refrendado­s por el Fallo F. A. L. de la Corte Suprema de Justicia de la Nación”, describió la norma en el anexo de la actualizac­ión que se publicó ayer.

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El secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, impulsor de los cambios

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