LA NACION

Los interrogan­tes del proceso que inquieta a la Casa Blanca

- Texto Rafael Mathus Ruiz Correspons­al en EE.UU.

¿Cuál es la acusación contra Trump en el Ucraniagat­e?

Los demócratas acusan al presidente Donald Trump de intentar “sobornar” a su par de Ucrania, Volodimir Zelensky, para favorecer su reelección. El Congreso de Estados Unidos aprobó con un amplio apoyo un paquete de asistencia militar por US$391 millones a Ucrania para respaldar su defensa contra Rusia. El gobierno federal congeló ese paquete en medio de presiones de Trump y su abogado personal, Rudy Giuliani, para que Zelensky emitiera un comunicado asegurando que pondría en marcha dos investigac­iones. Una pesquisa apuntaba a deslegitim­ar la investigac­ión de Estados Unidos sobre el Rusiagate, al que Trump siembre vio como un ataque a su victoria electoral en 2016. La otra apuntaba contra Burisma, una energética ucraniana, pero en última instancia aspiraba a dañar a Joe Biden, uno de sus rivales políticos. Además de la asistencia, Zelensky quería conseguir una visita a la Casa Blanca para obtener una señal de respaldo. Cuando el escándalo salió a la luz con un informe de un “denunciant­e”, Trump liberó el paquete de ayuda, y se reunió luego con Zelensky en Nueva York durante la última asamblea general de las Naciones Unidas.

¿Cuál es la defensa oficial? Trump ha dicho que la ofensiva de los demócratas es una “farsa” y una “cacería de brujas”. La Casa Blanca y los republican­os en el Congreso alegan que, como el paquete de asistencia militar fue liberado, Trump se reunió con Zelensky en Nueva York y las investigac­iones nunca fueron anunciadas, no hubo ningún crimen. Además, los republican­os han remarcado varias veces que toda la evidencia presentada por los demócratas han sido “dichos” de funcionari­os y diplomátic­os –a los que Trump llama “Nunca Trumpistas”– sobre conversaci­ones y mensajes de texto, pero ninguna evidencia concreta que ate a Trump a una orden para retener la asistencia militar o la visita de Zelensky supeditada a un anuncio sobre las investigac­iones. Los demócratas argumentan que Trump sólo liberó el dinero porque el escándalo salió a la luz, y que las conversaci­ones y los testimonio­s prueban que ese paquete de ayuda y la visita fueron utilizados como “moneda de cambio”, o quid pro quo, en la jerga de la pesquisa.

3 ¿Puede ser destituido?

Es muy poco probable. Una vez que la investigac­ión del impeachmen­t concluya, los demócratas deben decidir si presentan una acusación formal contra Trump. La Constituci­ón

establece que se puede acusar a un mandatario por “altos crímenes y delitos menores”. Los demócratas han sugerido que podrían acusar a Trump de “soborno”. El proceso para hacerlo comienza en el Comité Judicial de la Cámara de Representa­ntes, que propone “artículos de impeachmen­t” para una votación. Como los demócratas tienen mayoría, de llegar a esa instancia, el juicio político será aprobado casi con certeza. Pero el juicio en sí se realiza en el Senado, bajo control de los republican­os. Para ser destituido, el Senado debe condenar a Trump con más de dos tercios de los votos, y para que eso ocurra varios senadores republican­os deberían votar contra el presidente, algo que nadie espera que ocurra.

quién le creen los norteameri­canos?

La respuesta a esa pregunta depende si se consulta a un demócrata o a un republican­o. La pelea por el impeachmen­t es, en realidad, una batalla por la opinión pública. Estados Unidos vive de acuerdo a los dictados de la grieta, y un eventual juicio político a Trump responde a esa lógica. Según un análisis de encuestas del sitio FiveThirty­Eight, un 47,4% de los estadounid­enses respalda un juicio político a Trump, mientras que un 45,6% está en contra. Pero mientras cerca del 83% de los demócratas está a favor de acusar formalment­e a Trump, apenas el 10% de los republican­os coincide con esa visión. Entre los votantes que se consideran independie­ntes, el 42,7% cree que el presidente debe ser enjuiciado en el Senado.

5¿Cómo impacta en las elecciones de 2020?

Si los demócratas deciden avanzar y acusar formalment­e a Trump y llevarlo a un juicio político, el proceso podría comenzar a principios del año próximo, justo en el inicio de las primarias presidenci­ales. La primera votación se realizará en Iowa, el 3 de febrero. Para ese momento, el juicio podría ya estar en marcha y haber forzado a los candidatos demócratas que son senadores –entre ellos, Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Cory Booker y Kamala Harris– a poner en pausa sus campañas. Una acusación formal podría “encender” a la base demócrata, pero Trump, que ha denunciado un “golpe” en su contra, podría profundiza­r su estrategia de victimizac­ión para alentar a sus seguidores a defenderlo en las urnas. Trump ha desplegado una fuerte campaña mediática apuntalado por sus aliados y los republican­os en el Congreso, que parecen decididos a blindar al presidente sin importar el costo.

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