lavado. El empresario patagónico negó ser testaferro de los Kirchner Báez denunció una extorsión de la AFI para incriminar a Cristina
A poco más de un año del comienzo del juicio por lavado de dinero, el empresario Lázaro Báez, detenido desde abril de 2016, declaró ayer por primera vez y negó ser el testaferro de Néstor y Cristina Kirchner. Dijo ser víctima de una “campaña atroz” por parte de los distintos “poderes reales” del país, y negó todas las acusaciones en su contra. Su declaración ante el Tribunal Oral Federal Nº 4 duró una hora y no aceptó responder las preguntas del fiscal Abel Córdoba ni de las partes querellantes en esta causa. Su exposición apuntó contra el oficialismo, pero no se detuvo en las cuestiones técnicas de la acusación.
En esta causa se lo investiga por el delito de lavado de dinero a través de la conformación de una estructura jurídica bancaria y societaria para la canalización de 60 millones de dólares, supuestamente provenientes de la adjudicación irregular de contratos de obra pública.
El dueño de Austral Construcciones planteó que el gobierno de Mauricio Macri lo persiguió y extorsionó a través de los organismos de control del Estado para que involucrara a Cristina y Néstor
Kirchner en la trama delictiva. Describió cómo, siempre según su relato, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) lo presionó a través de la abogada Claudia Balbín, su hijo Santiago Viola, el fiscal Eduardo Miragaya y la subdirectora del organismo, Silvia Majdalani.
“Esto comenzó en abril de 2016, cuando me llevaron a un control oftalmológico que no tenía previsto, en el hospital penitenciario. Se me acercó una mujer muy bien vestida, de cabello largo, de 60 años, que se identifica como la doctora Balbín, y venía con dos señores de traje. Me dijo trabajar para la AFI con la señora Majdalani”, describió Báez. Y continuó su relato: “Ante mi estupor, dijo que si yo colaboraba recuperaría mis empresas y bienes y que recuperaría mi libertad. A cambio tenía que decir que yo era el testaferro de la familia Kirchner, que todo le pertenecía a la expresidenta”.
“Dijeron que mi familia sufriría las consecuencias y que terminarían todos presos: hablaban de mis hijos. Además, me advirtió que mis empresas terminarían arruinadas, lo que a la postre sucedió. Ustedes me ven en este lugar, señores jueces, porque ya saben cuál fue mi respuesta”, dijo, y agregó: “Jamás diría algo para perjudicara a la expresidenta, menos para perjudicar los intereses de peronismo”.
“La doctora Balbín continuó su estrategia, tomó la defensa de mis hijos, les hizo creer que recusando al juez de la causa iban a protegerme”, agregó. Y se refirió así a la recusación que había hecho Santiago Viola, abogado de Leandro Báez, contra el juez federal Sebastián Casanello.
Viola había denunciado que Casanello había estado en la quinta de Olivos en 2016 para dialogar con la expresidenta Cristina Kirchner. Dos testigos declararon falsamente sobre esa versión y luego fueron procesados y elevados a juicio por el delito de falso testimonio. La operación contra Casanello fue mencionada por Báez como parte de la estrategia de Balbín, según él, comandada por Majdalani.
Como consecuencia de estos dichos, el diputado Rodolfo Tailhade le pidió ayer al senador Juan Carlos Marino, presidente de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia, que le pida al TOF Nº 4 la declaración de Báez.
Además, Tailhade le pidió a Marino que le solicite al TOF ordenarle a Báez asistir a la Comisión Bicameral, para explicar y ampliar sus dichos.