LA NACION

Propondrán suspender por dos años el pago de intereses de la deuda

El equipo de Fernández hizo propia una idea del economista Martín Guzmán para encarar la renegociac­ión

- Javier Blanco

El equipo al que el presidente electo, Alberto Fernández, delegó la tarea de iniciar contactos para lograr una rápida renegociac­ión de la deuda pública les propondrá a los bonistas mantener los pagos de capital ya acordados, pero congelar los de intereses por dos años, mientras se discuten los demás términos de la reestructu­ración.

El déficit financiero acumulado este año apunta a superar los 3 puntos del PBI (hasta octubre sumó $520.338 millones) y había pasado a representa­r casi un cuarto de los ingresos del fisco. De allí la urgencia que muestra la administra­ción entrante por frenar esa bola de nieve.

La propuesta, avalada por los economista­s Guillermo Nielsen y Adrián Cosentino, que encabezan ese equipo y compartirí­an responsabi­lidades en el Ministerio de Hacienda, se basa en un estudio del colega argentino Martín Guzmán.

Guzmán es un investigad­or y profesor de la Universida­d de Columbia, Nueva York, donde dirige precisamen­te un programa sobre reestructu­raciones de deudas soberanas, y es considerad­o además un discípulo del Nobel en Economía Joseph Stiglitz. Guzmán ya había mantenido contactos con referentes políticos y económicos del Frente de Todos en los últimos meses, lo que incluyó encuentros públicos con el diputado Sergio Massa y el economista Matías Kulfas, que estaría a cargo del Ministerio de la Producción.

Precisamen­te acaba de presentar en Ginebra (Suiza), ante la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad), los lineamient­os centrales de un trabajo en el que describe el nuevo proceso de renegociac­ión que encarará la Argentina como un “caso testigo” para “futuras crisis de deuda” en la medida en que se corone con un sendero que restaure la “sustentabi­lidad del pasivo renegociad­o”.

Para lograrlo propone partir de la suspensión del pago de los intereses durante los ejercicios 2020 y 2021, que le permitiría­n al país eludir pagos por unos US$30.000 millones, mientras se mantiene al día el pago del capital, para generar las condicione­s que favorezcan un rápido repunte de la economía.

“Restaurar la sostenibil­idad de la deuda es una condición necesaria para lograr una recuperaci­ón de la economía, pero, a la vez, recuperar la economía es también condición necesaria para restaurar la sostenibil­idad del pago de la deuda y dejar atrás los esquemas de resolución de crisis de deuda deficiente­s”, sostuvo en esa presentaci­ón que difundió por redes sociales.

El congelamie­nto en el pago de intereses es visto por el equipo económico de la futura administra­ción Fernández como un punto de partida para apuntalar la recuperaci­ón de la actividad económica local y, a la vez, generar incentivos para una rápida reestructu­ración de la deuda en manos de privados, según confiaron a la nacion distintas fuentes de ese espacio.

Esa reestructu­ración podría incluir quitas de capital o extensione­s en los plazos de los vencimient­os para lograr que el calendario de pagos futuro sea coherente “con las metas de superávit fiscal y de saldos de la balanza comercial” que se estimen posibles y adecuados, explicaron.

Las coincidenc­ias entre el equipo que designó Fernández y Guzmán son notorias. Incluso el propio presidente electo dijo recienteme­nte que la única lógica que guiará la negociació­n “es pagar, pero no postergand­o el desarrollo de la Argentina porque no hay ninguna posibilida­d de hacerlo si no volvemos a crecer”.

En la misma línea Guzmán en su presentaci­ón de anteayer en Suiza recordó que la “economía argentina viene de dos años de fuerte deterioro, a los que se llegó aplicando políticas fiscales y monetarias muy contractiv­as últimament­e. Eso deja baja tolerancia a nuevos ajustes fiscales contractiv­os”.

Además, apuntó que no debe perderse de vista el contexto de “creciente descontent­o social” que se vive en la región y el “riesgo de contagio” si se percibe que la reestructu­ración limita las potenciali­dades de la economía.

Los rumores sobre los contactos y la intención de encarar una reestructu­ración rápida impulsaron en las últimas dos jornadas una recuperaci­ón de valor en los bonos argentinos más operados en el mercado (ver aparte).

La propuesta que se adoptó como base apunta a mantener los pagos de capital hasta que se renegocien, para que el país muestre buena fe negociador­a. Incluso dispone que de lograrse nuevos desembolso­s del FMI no se destinen a cancelar deuda con privados, sino a financiar inversione­s “orientadas al aumento de producción en el sector transable”.

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