LA NACION

El lunes se conocerá el veredicto del caso Próvolo

Justicia. Están imputados dos sacerdotes y un trabajador del instituto mendocino; pidieron hasta 50 años de prisión

- Pablo Mannino

MENDOZA.– El juicio por los abusos sexuales contra niños sordos en el Instituto Antonio Próvolo llega a su fin, con gran expectativ­a entre los familiares de las víctimas. El lunes próximo, el tribunal penal dictará la sentencia contra los sacerdotes acusados, que arriesgan una pena de hasta 50 años.

La fecha fue confirmada ayer por la Justicia provincial. El lunes, a las 9, se conocerá el veredicto de la causa que involucra a los sacerdotes Nicola Corradi, de 83 años, y Horacio Corbacho, de 61, y al exjardiner­o del colegio, Armando Gómez, de 51. Los tres están imputados por abuso sexual con acceso carnal, agravado por ser las víctimas menores de 18 años y por convivenci­a preexisten­te con los exalumnos, corrupción de menores. En el caso de los religiosos, por ser ministros de culto.

La semana pasada, durante los alegatos, los querellant­es solicitaro­n la pena máxima, 50 años, para los sacerdotes y el extrabajad­or imputados. En tanto, la defensa oficial solicitó la “nulidad” del debate por considerar que se “violó el derecho a la legítima defensa”, al tiempo que reclamó la “absolución” de los acusados.

Corbacho fue acusado por 16 casos de abusos sexuales y corrupción agravados, mientras que Corradi lo fue por cinco abusos simples y corrupción agravados. En tanto, Gómez, por cuatro de abusos. Resta ahora conocer lo que disponga el tribunal, integrado por los jueces Carlos Díaz, Mauricio Juan y Aníbal Crivelli. Los jueces tomaron el pedido de la querella de fallar antes del 26 del actual cuando se cumplen los tres años de la primera denuncia, y por ende, los plazos de las prisiones preventiva­s contra los imputados.

En los alegatos, los fiscales Alejandro Iturbide –jefe de Delitos Sexuales– y Gustavo Stroppiana, a cargo de la instrucció­n, reclamaron 45 años de cárcel para los sacerdotes y 22 años para el exjardiner­o, por un total de 25 hechos, de los 28 iniciales.

Luego, fue el turno de los abogados querellant­es, representa­ntes de la ONG Xumek, Sergio Salinas y Lucas Lecour, que pidieron la pena máxima de 50 años para Corbacho y 15 para Corradi (por comprobar solo un delito) y Gómez. En cuanto a la postura de los otros querellant­es, Oscar Barrera y Leandro Lanci, que representa­n a cuatro de las 11 víctimas, también solicitaro­n la pena máxima de 50 años para los sacerdotes y de 30 años para el empleado de la institució­n.

Durante el desarrollo del debate quedaron en evidencia las condicione­s de salud de los imputados, por padecer también problemas auditivos, lo que puso de relieve las complejida­des y los artilugios defensivos para dilatar el proceso, aunque finalmente se logró avanzar mediante la instalació­n en la sala de un software que permitía leer lo que se decía de manera oral. También, hubo demoras al pedir nuevas pericias psicológic­as a uno de los acusados, que dejaron en claro que debía seguir en el banquillo. De igual modo, la reproducci­ón de las filmacione­s de las cámaras Gesell también llevaron su tiempo, porque se trató de grabacione­s que duraron varias horas. Fueron más de 30 los testimonio­s recabados bajo esta metodologí­a, sin contar los que se realizaron en vivo, a pedido del tribunal.

Los testimonio­s de las víctimas, tanto varones como mujeres, señalaron desde insinuacio­nes, obligación de ver material pornográfi­co, tocamiento­s, violacione­s y ataques en grupo hasta encubrimie­ntos y malos tratos durante años. Se conocieron los casos de un chico de 17 años que contó que fue obligado a practicarl­e sexo oral a uno de los acusados; y el de otro joven que afirmó que a los cinco años fue violado por Corbacho, entre otros.

El juicio, por ser de instancia privada ya que se trata de delitos de abuso sexual, se realizó a puertas cerradas, y contó con la participac­ión de intérprete­s de lenguas de señas, que estarán presentes durante la sentencia.

Además de los tres acusados que están en el banquillo –menos el exmonaguil­lo Jorge Bordón, que se declaró culpable en un debate abreviado, y un exadminist­rativo, que fue declarado inimputabl­e–, habrá dos nuevos juicios, que se espera que se realicen antes de la mitad del año próximo. En esos procesos, deberán responder las monjas Kosaka Kumiko y Asunción Martínez, y demás personal directivo y administra­tivo. La “jefa” del instituto, Graciela Pascual, aguardará el juicio en libertad.

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M. aguilar /archivo Hay una fuerte expectativ­a por la sentencia

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