Condenaron por violación al fiscal que investigaba delitos sexuales
Fallo. Julio César Castro, que lideró la acusación contra Jorge Mangieri, fue sentenciado ayer a pasar seis años y seis meses en prisión por abusar de su expareja
Hace 12 años encabezaba la unidad especial de investigación de delitos contra la integridad sexual. Hace cuatro años ocupó el rol del acusador por parte del Estado en el juicio contra Jorge Mangieri por el homicidio de la estudiante Ángeles Rawson. Y hace poco más de un año aspiraba a un cargo como juez porteño. Sin embargo, su carrera y su vida dieron un vuelco radical a partir de sus actos privados. El suspendido fiscal general Julio César Castro fue condenado a seis años y medio de prisión por abuso con acceso carnal en contexto de violencia de género. La víctima fue su expareja.
Según informó el portal de noticias del Ministerio Público Fiscal (www.fiscales.gob.ar), la pena impuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 8 coincide con la que el 6 de este mes había solicitado la fiscal María Luz Castany al considerar acreditada la responsabilidad de Castro en los delitos de abuso sexual con acceso carnal reiterado en dos oportunidades en concurso real con lesiones leves en perjuicio de su expareja.
La representante del Ministerio Público Fiscal hizo su alegato en compañía de Florencia Díaz, integrante de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM). El debate oral había comenzado en agosto pasado.
Castro fue denunciado en 2017 por su expareja por una serie de episodios violentos que comenzaron en octubre de 2016, cuando abusó sexualmente de ella, y continuaron en noviembre de ese año, cuando le provocó lesiones. Al año siguiente, en enero, tuvo lugar un segundo hecho de abuso sexual, y una lesión en un brazo en marzo de ese año, momento en que la víctima tomó la decisión de efectuar la denuncia ante la Justicia. Según informó el portal de noticias del Ministerio Público, la fiscal Castany inició su alegato brindando un pormenorizado detalle del contexto de violencia de género en que se habrían desarrollado los hechos que conforman el objeto del debate, marco que calificó como de profunda “asimetría” entre víctima y victimario, factor objetivo que elevó el riesgo en que se encontraba aquella.
En esa línea, repasó que el acusado tiene 25 años más que la víctima, que cuando iniciaron la relación esta era una joven abogada que recién comenzaba su carrera profesional, mientras que Castro era un reconocido fiscal, con 35 años de trayectoria, titular de la unidad fiscal especializada en delitos sexuales y que se encontraba concursando para un cargo de juez en los Tribunales Orales en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal. “Castro gozaba de reconocimiento en el ámbito judicial, era una persona influyente, con contactos, o al menos esa era la impresión que quería causar en la víctima, quien lo admiraba y respetaba profundamente”, indicó.
A la hora de graficar la dinámica de violencia que enmarcó la relación en la época en que se suscitaron los hechos, la fiscalía hizo un análisis de la gran cantidad de comunicaciones entre ambos a través de la aplicación WhatsApp, mensajes que, entre otros aspectos, dan cuenta del “maltrato psicológico”, violencia verbal, insultos y menosprecio en su autoestima que dispensaba Castro a su expareja, para luego justificar tal accionar en conductas previas de la víctima.
La fiscalía analizó gran cantidad de comunicaciones por WhatsApp, que daban cuenta del “maltrato psicológico”, violencia verbal, insultos y menosprecio en la autoestima de la víctima. El tribunal aceptó los argumentos de la acusación y determinó la pena de seis años y seis meses de prisión para Castro.