LA NACION

El conjunto millonario llegó a Lima, donde pasado mañana disputará la final de la Copa Libertador­es con Flamengo; el viaje de la pasión

Se proyecta una audiencia histórica para el partido en Lima; el atractivo de único juego y un acuerdo con una señal internacio­nal de deportes permitirá que se pueda mirar en aviones y cruceros

- Ariel Ruya

LIMA, Perú.– River espía la quinta. En sus vitrinas, descansan los trofeos de 1986, 1996, 2015 y 2018, los dos últimos, parte del magnífico recorrido de Marcelo Gallardo en cinco temporadas y en proceso de seguir cazando la historia. Flamengo se desvive por su segunda. En sus vitrinas, convulsion­adas por el respaldo de 40 millones de hinchas, algo así como un país entero vestido de rojo y negro, apenas hay una: la de 1981, 38 años atrás. Una marea de pasiones y excesos contenidos se pasea por las calles de la metrópolis de la mejor cultura culinaria en esta parte de mundo.

Lima es la meca del buen comer y, por estas horas, está atragantad­a de futboleros con bandas rojas y cariocas entusiasta­s de miradas amenazante­s. Los hay en todos lados: en escalas en Santiago, Chile, en el arribo a Lima, detrás de cada esquina. Llegan por tierra y por aire. Se citan por “la gloria eterna”, como le agrada decir a la Conmebol, que hizo un curso intensivo de logística –algo menor a la final de todos los tiempos, un año atrás, en Madrid–, para abandonar el estadio Nacional y los conflictos sociales que acorralaro­n la sede de Chile, y asentarse en Perú, en el estadio Universita­rio, una suerte de elefante blanco para unos 80.000 espectador­es.

La finalísima será el próximo sábado, a las 17 de nuestro país. River es el campeón, Flamengo es el favorito. River tiene impregnado el moderno sello distintivo de sentirse copero, Flamengo es la soberbia formación que no pierde desde hace 25 partidos. La primera final a partido único de la historia, sin embargo, no tendrá el calor y el ojo clínico exclusivo de los miles de privilegia­dos que estarán en la cancha. Habrá muchos más. Y no se trata de la caravana millonaria, del Monumental a Ezeiza. O la efervescen­cia y el colorido de los torcedores en la despedida de Flamengo: mientras el plantel ejecutaba el último ensayo, la multitud se apostó sobre la puerta del predio Ninho do Urubu para desandar junto al micro los 50 kilómetros hasta el aeropuerto Galeao, de Río de Janeiro. El sábado, el club carioca abrirá dos estadios para vivir el encuentro.

Récord de audiencia

Serán millones. Por aire, por mar y por tierra, en un suceso inédito. Las cifras que se trazan asustan, provocan escalofrío, suenan impensadas y exponen el sentido de la globalizac­ión, esa palabra que repiquetea en los oídos así se hable de deportes, política, economía, cultura... Una audiencia potencial máxima de 5 mil millones de personas en 169 países para un partido que marcará un antes y un después para la Copa Libertador­es.

Por primera vez en la historia, el encuentro podrá ser seguido en vivo desde vuelos y cruceros internacio­nales gracias al acuerdo firmado con el canal Sport 24, una señal internacio­nal de deportes. La proyección alcanzará cifras históricas de

los panamerica­nos, una prueba aprobada por lima

audiencias. “Estamos muy orgullosos de poder llevar la magia y pasión del fútbol sudamerica­no cada vez a más gente en todo el mundo. Sin duda el formato de final única despierta un gran interés dentro y fuera de nuestras fronteras, generando una gran oportunida­d para proyectar la mejor imagen de nuestro fútbol”, señala Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol.

Ese es el concepto: acabar con la mística de la antigua Libertador­es, convertida en un suceso de vanguardia mundial. Algo así como lo que ocurre con la Copa Davis, que se está jugando en la Caja Mágica de Madrid y presenta un nuevo formato. Lógicament­e, la transforma­ción despierta nostalgia y asoma el recuerdo de la primera final, del festejo de Peñarol frente a Olimpia, en Paraguay, en 1960. ¿Hasta dónde el negocio lo supera todo? El caos y la violencia generó que el partido definitori­o entre River y Boca, de 2018, se trasladara a Madrid. La experienci­a resultó prácticame­nte un testeo para lo que entró en vigencia esta temporada. Lo cierto es que habrá un gran impacto internacio­nal con una audiencia histórica que podrá disfrutar en vivo de la competició­n de clubes más importante del fútbol continenta­l de América del Sur.

Y además, será una fiesta más allá del recorrido de la pelota. Está previsto un show musical en la antesala, un formato que se puso en práctica en la Nueva Olla de Asunción, en el juego definitori­o entre Independie­nte del Valle y Colón, de Santa Fe, por la Copa Sudamerica­na. El espectácul­o, que comenzará aproximada­mente 30 minutos antes del partido, contará con la actuación en vivo de artistas internacio­nales como Fito Páez, la estrella colombiana Sebastián Yatra, la carioca Anitta y la ascendente Tini Stoessel. También cantará la banda porteña Turf, suerte de clásico en la historia deportiva reciente de River, y el rapero Gabriel o Pensador. “Es un orgullo poder contar con artistas de esta talla internacio­nal que van a poner el broche de oro a una jornada de grandes emociones” señala Claudia Cortázar, gerenta de marketing de la Conmebol.

Y luego, sí: habrá un partido. Y un campeón, el de la “gloria eterna”.

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Guadalupe pardo / reuters
 ?? Luka GonzaLes / afp ?? el estadio Monumental de lima, para 80.000 espectador­es, ya está listo para el partido decisivo
Luka GonzaLes / afp el estadio Monumental de lima, para 80.000 espectador­es, ya está listo para el partido decisivo

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