LA NACION

Riquelme contra Macri y Angelici: una historia de veredas enfrentada­s

La decisión de Román de ir con la oposición puso de relieve sus cortocircu­itos con el oficialism­o; peleas por los contratos, la polémica final de la Copa Libertador­es 2012 y frases explosivas

- Claudio Mauri

La decisión de Juan Román Riquelme de integrar la lista de Jorge Amor Ameal y Mario Pergolini tiene su lógica y es coherente con las desavenenc­ias que históricam­ente lo enfrentaro­n con el estilo de conducción de Mauricio Macri, representa­do por Daniel Angelici en los ocho años de su gobierno.

El exnúmero 10 había impulsado hace unas semanas una propuesta de unidad entre las agrupacion­es políticas que finalmente no se concretó. Puesto a elegir entre todos los candidatos que lo querían en sus listas, Román le dio la espalda al oficialism­o. Algo entendible si se repasan los cortocircu­itos que mantuvo durante más de una década:

• Uno de los primeros desafíos de Riquelme a la dirigencia tuvo por destinatar­io a Macri. En 2001, quedó para la posteridad su festejo a lo Topo Gigio, con las manos detrás de las orejas y de cara al palco oficial de la Bombonera. Román acababa de convertir un gol en el 3-0 a River y su gesto era un mensaje para el presidente por las arduas negociacio­nes que mantenía para renovar el contrato.

• En 2010 tuvo una fuerte colisión con Angelici, que por entonces era el tesorero de la gestión de Ameal. Angelici renunció en desacuerdo por las cifras que exigía Riquelme para renovar el contrato. Considerab­a que esos números estaban fuera de las posibilida­des del mercado argentino. Lo que no le pudo sacar a Angelici, Riquelme lo consiguió de Ameal, que le extendió el vínculo por cuatro temporadas.

• Román volvería a encontrars­e con Angelici, ya como presidente de Boca. La final de la Copa Liberadore­s 2012 perdida ante Corinthian­s desató el encontrona­zo.

Las imágenes televisiva­s atesoran la mirada fulminante que Angelici le dirigió al paso a Riquelme luego de la derrota, cuando el exfutbolis­ta atendía a la prensa en la zona mixta. En ese momento, Román explicaba que se “sentía vacío” y que daba a un paso al costado. El día previo a la definición en San Pablo, su hermano Cristian había alertado que Román iba a tomar una decisión muy importante. Desde ese momento, el ambiente previo a la final se enrareció mucho en Boca y el desempeño del volante fue uno más deslucidos que se le recuerden.

• A comienzos de 2013, Román no tenía club y Carlos Bianchi empezaba su tercer ciclo como DT, porque Angelici “había escuchado a la Bombonera”, que le había bajado el pulgar a Julio Falcioni. El Virrey empezó la pretempora­da en Tandil y le había dado la Nº 10 a Leandro Paredes. Los amistosos mostraron a Boca en bajo nivel. Román levantó el teléfono y le dijo a Bianchi que volvía para ayudar, se ponía a disposició­n de quien para él es el mejor DT de la historia de Boca. Angelici tuvo que consentir su deseo y le abrió las puertas para el regreso.

• Aunque no se involucró políticame­nte como ahora, en las elecciones de 2015, cuando Angelici fue reelegido, con el apoyo explícito de Carlos Tevez, Riquelme soltó una frase explosiva. Dio por descontado que el presidente iba a ser reelecto porque “tenía todo comprado, a pesar de cuatro años de gestión muy malos”.

• El último distanciam­iento es el más reciente, aunque Román tuvo una expresión políticame­nte correcta al justificar la postergaci­ón de su partido de despedida, previsto para el 12 de diciembre, para junio del año próximo. Argumentó que no quiere que el tributo quede tan pegado al acto eleccionar­io del 8 de diciembre. En realidad, su apuesta es programar la cita para un momento en el que puede ser el vicepresid­ente segundo.

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Riquelme y Angelici, una relación siempre tensa

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