LA NACION

El futuro de la industria siderúrgic­a latinoamer­icana

Las empresas buscan mitigar el impacto de la sobrecapac­idad de producción china mientras fijan las metas para desarrolla­r cadenas de valor que hagan repuntar el negocio; la importanci­a de la sustentabi­lidad y la reducción de emisiones de CO2

- Texto Andrés Carrizosa | lA NACION

Las empresas buscan mitigar el impacto de la sobrecapac­idad de producción china y quieren desarrolla­r cadenas de valor que hagan repuntar el negocio

La sobrecapac­idad china es quizás el centro de las dificultad­es de la industria del acero. Pero actualment­e, en medio de la guerra comercial entre las principale­s potencias mundiales que afecta al resto de los países, sus economías, producción y cadenas de valor, las empresas productora­s de acero de América latina discuten cómo transforma­rse para mantenerse relevantes.

El comienzo de la guerra comercial liderada por el presidente estadounid­ense, Donald Trump, se dio con el acero como protagonis­ta: Estados Unidos aplicó aranceles al acero, al aluminio y a paneles solares desde principios del año pasado. Desde aquel momento, se han sumado a la lista muchos productos más, tanto en China como en Estados Unidos, y a pesar de que han habido treguas, la tensión comercial continúa.

En el marco de la celebració­n por los 60 años de la Asociación latinoamer­icana del Acero (Alacero), referentes de la industria se dieron cita la semana pasada en el hotel Hilton de la ciudad de Buenos Aires para discutir los desafíos regionales. En la apertura del congreso, Martín Berardi, presidente de la Cámara del Acero y presidente ejecutivo de Ternium Argentina, no sólo se refirió a la complejida­d de la coyuntura mundial, sino también a las tensiones políticas que han venido creciendo en América latina en las últimas semanas: “Estos son los factores exógenos que afectan a nuestros mercados, sin dudas, pero también hay un factor endógeno, y es la transforma­ción que la industria está teniendo con el avance de la tecnología y la agenda de sustentabi­lidad”.

Para los empresario­s no es un secreto que la actividad económica en la región está lenta y continuará ralentizán­dose. los pronóstico­s de entidades como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacio­nal (FMI) o la Organizaci­ón Mundial del Comercio (OMC) lo evidencian: se espera que el PBI crezca un 0,6% este año, la tasa más baja desde 2016, antes de aumentar 2,3% en 2020, según el FMI.

Y en cuanto al acero, el consumo aparente en la región en 2018 fue de 67 millones de toneladas (Mt), pero se estima una caída de 1,5%.

En un informe de Alacero, Francisco leal, director general de la asociación, destaca que “la producción de acero crudo puede sufrir una caída estimada del 5,4% en relación a 2018, si se confirman los 61,6 Mt que se esperan al cierre de 2019”.

En tanto, la producción de laminados, que cerró 2018 con 54,3 Mt, “tiene una reducción estimada del 5,6% en 2019, totalizand­o 51,3 Mt”, añade.

Para Paolo Rocca, presidente y CEO del grupo Techint, los últimos diez años han sido difíciles: “Después de la crisis de 2008 la demanda de acero mundial creció 44%, pero el valor de nuestras empresas cayó entre 60% y 80%. En el entretiemp­o, la participac­ión de China en el mercado mundial del acero aumentó del 35% al 50%, mientras América latina, en este contexto, creció alrededor del 10% y las empresas han tenido dificultad­es importante­s”.

Para Rocca, “no es fácil conseguir los capitales necesarios para transforma­rse”, y señala que la acotada rentabilid­ad de la industria se da como resultado del exceso de capacidad a nivel mundial, el bajo crecimient­o de América latina y la desindustr­ialización de los países de la región, que dependen cada vez más de las exportacio­nes de commoditie­s.

Ranking

En el ranking mundial de producción de acero crudo China está a la cabeza con 924,3 Mt en 2018, seguido de India, con 109,3 Mt, Japón (104,3 Mt), Estados Unidos (86,6 Mt) y Corea del Sur (72,5 Mt), según datos de la World Steel Associatio­n.

Por su parte, América latina en su conjunto produjo este año 61,6 millones de toneladas, un 5,4% más en comparació­n con 2018. Brasil es el primer productor con 33,4 Mt, seguido de México con 18,6 Mt, Argentina (4,7 Mt), Perú (1,2 Mt) y Colombia (1,1 Mt).

“China representa el 50% de la producción mundial de acero en el mundo”, destaca Edwin Basson, director general de la World Steel Associatio­n. “Pero dejemos de lado a China por un momento y pensemos, ¿qué pasará en el mundo en términos de uso y demanda del acero? ¿qué tanto acero requiere una sociedad para generar un millón de dólares de PBI? Si observamos a los países luego de la Segunda Guerra Mundial, vemos que, por ejemplo, países como Japón, Alemania, Francia y Estados Unidos usaron en las décadas de 1950 y 1960 alrededor de 30 Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Hoy, esos mismos países usan solo alrededor de 10Mt de acero para generar un millón de dólares de PBI. Eso signiArgen­tina

fica que la intensidad en el uso del acero cae a medida que las economías se desarrolla­n, y eso ya lo comenzamos a ver en China”, añade Basson.

Esa relación pone a los países en vías de desarrollo como potenciale­s mercados para el acero, dado su enfoque en infraestru­ctura y desarrollo. Así, India parece tener todas las condicione­s para liderar el consumo del acero, al igual que Vietnam.

“Y en la región, en cambio, cae el uso en México, a medida que sus condicione­s económicas se asemejan más a las de Brasil”, señala Basson.

Acero y competitiv­idad

Para Alacero, 2018 fue un punto de inflexión para la industria. Y 2019 inició con bajas expectativ­as que se mantuviero­n debido a las adversidad­es internas y externas de los países latinoamer­icanos.

“Aunque la industria es uno de los pilares del desarrollo económico y social de la región, con relación entre el consumo aparente de acero y el PBI, las cifras muestran que hay un largo camino por recorrer”, indica un informe de la asociación, que nuclea a más de 60 empresas y cuya producción total es cercana a los 62Mt anuales.

“A diferencia del consumo mundial -continúa-, que se espera que crezca un 1,6%, el escenario latinoamer­icano muestra pérdida de competitiv­idad y espacio en la producción de mayor valor agregado”, con un pronóstico de caída en el consumo del 2,3% en 2019.

Datos de la asociación, Cepal y la World Steel Associatio­n muestran que en la Argentina el consumo aparente de acero laminado per cápita cayó de 122 kilogramos (kg) en 2015 a 92 kg en 2019, en Brasil de 105 kg en 2015 a 103 kg en 2019, en Chile de 156kg a 140 kg y en Colombia pasó de 84 kg a 74 kg en el mismo período, lo que evidencia una tendencia homogénea a la baja en el consumo (números que preocupan y evidencian la ralentizac­ión de las economías latinoamer­icanas, al ser un indicador importante del desarrollo económico de la región).

En promedio, el consumo per cápita de acero laminado en América Latina pasó de 115 kg en 2015 a 105 kg en 2019.

Por otra parte, la previsión de consumo de China es de crecimient­o, del 6,2%, “por encima no sólo del promedio mundial proyectado, sino también del aumento previsto del 2,1% para el consumo de América del Norte”. Asimismo, se espera que la Unión Europea experiment­e un aumento del 1,3% en la demanda aparente en 2019.

Para Sergio Leite de Andrade, CEO de la brasileña Usiminas, este escenario tiene que ver con no haber protegido a la región. “El proceso de ‘desglobali­zación’ es algo que debemos vigilar, porque el comercio global está siendo reemplazad­o por un comercio regional y eso no es bueno para la industria”, dice.

Y añade: “También tenemos que prestarle atención al aumento del proteccion­ismo en todo el mundo, porque la única región que no tomó ninguna medida para proteger sus mercados, es América Latina”.

Para Rocca, el desarrollo de toda la cadena de valor industrial es esencial para que la industria regional prospere: “Hoy, en un cambio de ciclo de la globalizac­ión, creo que tenemos como industrial­es, como productore­s de acero y como promotores de nuestra cadena de valor, una oportunida­d muy importante de volver a plantear dentro de nuestros países políticas económicas con foco en la promoción industrial, la creación de empleo y de un nivel de desarrollo de la cadena en nuestro continente, en un momento en que la cadena de valor con China se está interrumpi­endo”.

Y Basson concluye: “En general, no tengo una imagen negativa de la industria. Hay un cierto crecimient­o progresivo de la misma, así como de la demanda. El acero sigue siendo uno de los materiales más necesarios para el mundo, para la sociedad, y tiene una amplia gama de aplicacion­es, además de ser reciclable y reutilizab­le”.

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