Núñez se trasladó a Lima
El volante de River dice que cambió su estilo para ayudar más al equipo y, sobre la final, asegura: “Con Flamengo somos parecidos, buscamos siempre el arco de enfrente para ganar”
La expectativa crece y Lima se llena de hinchas. De River habría unos 10.000 ayer en la capital peruana, pero se cree que habrá muchos más mañana, cuando el club argentino y Flamengo, de Brasil, jueguen la final por la Copa Libertadores. El defensor del título confía en su DT, Marcelo Gallardo. “Hice el clic que me pedía él para que dejara de jugar como un chico”, cuenta el volante Exequiel Palacios, en una entrevista con la nacion.
Exequiel Palacios se desenvuelve ante los micrófonos como en el campo de juego: es simple y directo, con conceptos claros y los pies sobre la tierra. Con su tono de voz moderado, sonríe cuando recuerda al niño que llegó a River con 10 años y disfruta al hablar de su familia, que a las semanas de su nacimiento se mudó desde Famaillá, Tucumán, hacia San Martín, provincia de Buenos Aires, donde todavía vive con su novia, en una casa justo al lado de la de sus padres. Y, por sobre todas las cosas, mantiene la calma y el perfil bajo, reiterando varias palabras que moldean su discurso: trabajo, privilegio, orgullo, aprendizaje, compañerismo y respeto.
“Soy un privilegiado y un agradecido. Vivir esto es lo que siempre soñé desde chico. Siento un orgullo enorme de estar acá y disfruto cada día”, cuenta Palacios en diálogo con la nacion. Desde su explosión hace dos años, el tucumano vive en una montaña rusa: se consolidó en primera, jugó el Mundial Sub 20, renovó su contrato hasta junio de 2021, brilló en los superclásicos, su representante y sus padres le cambiaron el número de teléfono tras los rumores de un romance mediático, debutó y se destacó en la selección nacional, ganó la Copa Libertadores ante Boca en Madrid y se perdió la Copa América por lesión.
“Siendo muy chico, se convirtió en hombre”, supo explicar el técnico Marcelo Gallardo, uno de los grandes artífices de su presente. A los 21 años, acumula 83 partidos y 10 goles en River, pero demuestra templanza, sabiduría y carácter para jugar como un experimentado. Fanático de Iniesta, Kroos y Modric, sus virtudes deslumbraron a varios clubes del exterior, pero su cabeza sigue en Núñez con un sueño muy claro: el bicampeonato de América.
–¿Cómo vivís el presente del equipo?
–Estoy muy contento de poder jugar siempre. Es un orgullo el equipo y el grupo que tenemos. Estamos peleando en las tres competencias, con mucha humildad y trabajo. Este grupo es muy trabajador, entre todos nos mejoramos día a día con entrenamientos muy intensos. Acá se juega como se entrena.
–Alcanzaron una nueva final de Copa Libertadores… ¿cuánto costó el camino?
–Fue una Copa difícil, como la vez pasada. Nos tocó definir siempre de visitante, con rivales muy duros. Pero en esos momentos se ve reflejado el carácter que tiene este equipo. Estamos contentos de poder estar en una final y queremos seguir haciendo historia.
–¿Cómo creés que será la final con Flamengo?
–Flamengo es un equipo muy fuerte y poderoso. Hay que respetarlo, como ellos nos van a respetar a nosotros. Esperemos que salga una linda final, seguramente será de igual a igual. Ambos nos vamos a cuidar y vamos a tomar recaudos para defender, pero también vamos a atacar. Somos equipos parecidos, buscamos siempre el arco contrario para ganar.
–¿Por qué hoy River se acostumbró a pelear todo lo que juega?
–Este es un grupo que siempre va por más, tiene hambre,