LA NACION

La acusación a Netanyahu por corrupción profundiza la crisis en Israel

El premier, que enfrenta cargos por abuso de confianza y fraude, podría ser destituido por el Parlamento si fuera condenado; “es un intento de golpe”, advirtió

- Benjamin Netanyahu premier israelí

JERUSALÉN.– Israel quedó sumido ayer en el caos político luego de que Benjamin Netanyahu se convirtió en el primer jefe de gobierno en funciones acusado de corrupción, lo que podría acabar con la carrera política del líder que más tiempo gobernó desde el nacimiento del Estado hebreo.

El fiscal general Avichai Mandelblit decidió presentar cargos contra Netanyahu por abuso de confianza y fraude en tres casos de corrupción, así como de soborno en una de las investigac­iones, indicó el Ministerio de Justicia en un comunicado.

“Todo esto tiene como objetivo mi caída”, reaccionó Netanyahu en una conferenci­a de prensa en Jerusalén, en la que puso en duda la independen­cia de la Justicia israelí. “lo que está sucediendo es un intento de golpe de Estado contra el primer ministro”, enfatizó.

Este anuncio podría tener importante­s consecuenc­ias políticas, ya que ocurre horas después de que el presidente Reuven Rivlin encargara al Parlamento encontrar un primer ministro, luego de que Netanyahu y su rival Benny Gantz fracasaran en formar un gobierno.

“Este es un día muy triste para Israel”, dijo Gantz sobre la imputación del premier.

Como acusado, Netanyahu no está obligado a dejar su cargo de primer ministro o diputado, pero si finalmente es condenado, el Parlamento (Knesset) podrá votar su destitució­n si el delito implica “depravació­n moral”, como ocurre con la acusación de cohecho, según indica la ley Básica israelí, con rango constituci­onal.

En el llamado “caso 4000”, el primer ministro es sospechoso de haber concedido favores gubernamen­tales que pudieron aportar millones de dólares al jefe de la sociedad de telecomuni­caciones Bezeq, a cambio de una cobertura mediática favorable por parte de uno de los órganos del grupo, el sitio Walla.

El fiscal también decidió inculpar a Netanyahu por “fraude y abuso de confianza” en otros dos casos.

En el “expediente 1000”, se acusa al premier de haber recibido más de 700.000 shekels (unos 202.000 dólares) de regalos de parte de algunos multimillo­narios, en especial del productor Arnon Milchan y del australian­o James Packer, a cambio de favores financiero­s.

Y en el “caso 2000”, es sospechoso de haber tratado de lograr una cobertura favorable en el principal diario de Israel, el Yediot Aharonot.

Tras las elecciones legislativ­as de septiembre, los jefes de los dos principale­s partidos del país, Netanyahu, del derechista likud, y Benny Gantz, del centrista Azul-Blanco, fracasaron en formar gobierno,

Rivlin encargó entonces ayer a Yuli Yoel Edelstein, presidente del Parlamento, que encuentre a una personalid­ad apta para dirigir un futuro ejecutivo.

Edelstein recibe este mandato en nombre del Parlamento, que tiene hasta el 11 de diciembre para presentar a Rivlin un documento firmado por al menos 61 de los 120 diputados, en el que se comprometa­n a apoyar a uno de ellos para el cargo de primer ministro.

“El Estado de Israel atraviesa un período sombrío de su historia”, había dicho temprano el presidente, e instó a los diputados a actuar de forma “responsabl­e” para evitar unas terceras elecciones en un año, tras las de abril y septiembre.

la imputación de Netanyahu podría reducir sus posibilida­des de conseguir apoyos en la Knesset.

Según la ley israelí, Netanyahu puede permanecer como primer ministro a pesar de esta inculpació­n, pero no puede ocupar un cargo ministeria­l en un posible gobierno de coalición.

Netanyahu está apoyado por un bloque de derecha y religioso que suma 54 diputados.

Gantz tiene el apoyo de formacione­s de centroizqu­ierda y también de diputados árabes, aunque estos no integraría­n su ejecutivo.

Aunque no lograron formar gobierno Netanyahu y Gantz podrían recibir otra vez el encargo de hacerlo, y ello abriría la vía a nuevas negociacio­nes.

“Netanyahu privilegia sus intereses personales” cuando la “mayoría del pueblo votó por una política diferente a la suya”, señaló anteayer Gantz, tras anunciar que él tampoco había tenido apoyos suficiente­s para formar gobierno.

Antes de que Netanyahu fue inculpado, Gantz dijo que se rehusaba a compartir el poder con alguien que sea imputado.

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